Todo cambia en un momento

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Capitulo 95:

Ella comenzó a despertarse. Primero sus pensamientos, luego su cuerpo, lentamente sus ojos. Su mirada quejó fija en la ventana. El cielo estaba oscureciendo. Suaves tonos anaranjados y violetas surcaban el atardecer.
Suspiró, removiéndose un poco, y su cuerpo fue consciente de los rastros del amor. Estaba apoyada sobre algo que emanaba un agradable calor. Levantó la cabeza y lo miró.
Zayn dormía profundamente, el rostro relajado y algo sonriente. Ella apoyó su mentón contra su pecho. Se habían dormido profundamente luego de haber compartido aquel momento tan... único. Él la había arrastrado contra su pecho y la había abrazado. Aun la sostenía rodeada con su fuerte brazo, como si temiera que ella fuera a irse. Levantó una mano y acarició el lado izquierdo de su pecho. Él la había hecho volar más allá de lo que había sido capaz de creer. Pensó en todo lo que habían pasado. Pensó que había estado a punto de perderlo, solo por temor a no arriesgarse. Por alguna razón sus ojos se llenaron de lágrimas. Se incorporó un poco y acercó su rostro a él, para besarlo despacio en los labios.
—Te amo tanto —murmuró con la voz algo quebrada.
Se iba a alejar de su rostro, pero una mano se instaló en su nuca, inmovilizándola. Ella lo miró algo sorprendida. Los ojos de él se abrieron lentamente, hasta mirarla fijo.
—¿Por qué hay temblor en tus palabras, amor? —le preguntó. Su voz salió grave, rasposa. Ella se lamió los labios y carraspeó para poder hablar con normalidad.
—Hola —fue lo único que se le ocurrió decirle. Él sonrió.
—No contestaste mi pregunta —le dijo y con la mano que la sostenía, la acercó a él, besándola. Vanessa cerró los ojos y lo dejó hacer. Abrió los labios para su beso, suspirando cuando su lengua empujó dentro de su boca, provocándola. Ella se aferró a sus hombros y gimió. Zayn separó sus labios, dejándola colgada. Ella pudo leer en sus ojos que aun esperaba una respuesta.
—Estaba pensando que pude haberte perdido, Zayn. Me estaba imaginando que sería de mí ahora si te hubieses casado.
Zayn acomodó un mechó detrás de su oreja y suspiró.
—Ya no pienses en eso, preciosa. Porque ya no hay nada, ni nadie que pueda alejarte de mí. Te amo.
Ella sonrió y escondió el rostro contra su cuello. Se quedaron allí, abrazados en silencio. La mano de él subía y bajaba por su espalda desnuda.
Zayn miró por la ventana y supuso que eran aproximadamente las siete de la tarde por el color del cielo. Suspiró. Estaba tan bien, se sentía tan nuevo que no quería levantarse de esa cama nunca más.
Vanessa depositó un suave beso debajo de su mandíbula y se incorporó.
—Debemos levantarnos —le comentó —Nuestra pequeña llegará pronto.
Él sonrió, pero luego hizo un pequeño puchero.
—No quiero levantarme aun —se quejó. Vanessa comenzó a levantarse. Sin ningún pudor salió de la cama así desnuda como estaba. Él la miró fascinado.
—Te daré un pequeño incentivo —le dijo y comenzó a caminar por la habitación.
Él pudo sentir como su cuerpo comenzaba a reaccionar ante la provocación de aquellas caderas. Se sentó en la cama, contra las almohadas, tratando de parecer poco interesado.
—Veamos que tienes para ofrecerme —la desafió.
Vanessa caminó hacia una pequeña puerta que daba hacia el baño principal de la habitación. Lo miró sobre su hombro
—Yo podría dejarte entrar... a bañarte conmigo.
Él tragó sonoramente, ya que su garganta acababa de secarse completamente. Su corazón dio un brinco y Zayn Jr. fue plenamente consciente de ella. Se encogió de hombros, intentando seguir con su postura.
—Prefiero quedarme aquí —le aseguró. Ella sonrió tranquila.
—Está bien —le dijo sin preocuparse y entró al baño.
'¿Eso es todo? ¿No vas a insistirme y a provocarme para que salga de esta cama?'
Se dijo a sí mismo. Escuchó el sonido del agua corriendo y esperó. Esperó a que ella volviera a buscarlo. Pero eso no pasaba. Guardó absoluto silencio para ver si podía escucharla. Nada, solo el agua cayendo. Se puso de pie en un salto y con sigilo se acercó a la puerta. Apoyó con mucho cuidado la oreja sobre la misma. Un suave tarareo sonaba detrás de la puerta. Ella estaba cantando. Entonces decidió abrir.
Asomó la cabeza y la vio. Su corazón se aceleró al ver su silueta a través del vidrio, que permitía ver si había alguien allí, pero de manera borrosa. El agua caía sobre ella, haciéndola parecer irreal. Se lamió los labios. Tenía que tenerla de nuevo, acariciar cada parte de su cuerpo. Cerró la puerta despacio detrás de sí y se encaminó hacia ella.
Vanessa estaba dándole la espalda al vidrio, pero algo le decía que ya no estaba sola en aquel cuarto. Sonrió levemente, y siguió dejando que el agua cayera sobre ella. Su plan de ignorarlo había funcionado. Estiró la mano en busca de una esponja. Escuchó el suave sonido del vidrio siendo abierto, pero aun así no giró. El vidrio volvió a cerrarse, alguien estaba con ella en aquella ducha. Su piel se erizó, pero siguió quieta en su lugar.
Con la esponja en una mano, buscó el jabón y frotó suavemente hasta formar una enorme cantidad de espuma. Iba a pasarme la esponja por un brazo, pero una mano la detuvo, tomándola suavemente de la muñeca.
Ella giró un poco la cabeza y se encontró con su cuerpo muy próximo al suyo.
—Déjame ayudarte —le murmuró al oído y le quitó la esponja de la mano.
—Creí que querías seguir acostado en aquella cama —le recordó ella. Zayn comenzó a pasar la esponja contra su pequeña espalda. Vanessa suspiró y acomodó su cabello hacia un costado para que él pudiera hacer mejor su trabajo. Una vez que él frotó la esponja sobre sus hombros también, ella giró para enfrentarlo de una vez. Le quitó la esponja y la volvió a llenar de jabón para enjabonar su magnifico torso. Él la miraba fijo, esperando a que hablara. Vanessa enfrentó su mirada y buscó el pote de shampoo.
—Este es realmente un sueño —habló él, las palabras salieron suaves de sus labios.
—Siempre quise tenerte en la ducha —coqueteó ella mientras le pasaba el shampoo por el pelo y lo lavaba lentamente.
Zayn se relajó en sus manos, dejó que aquellos dedos masajearan su cuero cabelludo, luego la dejó acariciarlo. Vanessa parecía sumamente feliz dándole caricias que le hacían cosquillas en el estomago.
Se dieron un buen baño el uno al otro. Mientras Zayn la lavaba, dejaba besos sobre su piel, provocando risas en ella. Se había olvidado que era extremadamente cosquilluda en el cuello. Sonrió y comenzó a molestarla de verdad.
Vanessa reía e intentaba escapar de sus imparables manos que estaban por todos lados. Intentó vengarse pero él la dominaba. Tomar un baño, juntos era una completa aventura.
Una vez que estuvieron completamente limpios y arrugados por tanto estar bajo el agua, decidieron salir, no sin antes compartir un largo beso de esos que hacen perder el aire.
Vanessa fue la primera en salir, envuelta en una toalla alrededor de sus pechos y con una toalla más pequeña para secarse el cabello. Zayn tomó una toalla grande y se cubrió las caderas para ir tras ella.
—¿Crees que ya estén por llegar con Amara? —preguntó él. La morena que terminaba de colocarse la ropa se giró a verlo.
—Sí, ya es hora de que vuelva. La extraño demasiado.
Él se acercó a ella con el jean sin terminar de abotonar. Le entregó una sonrisa traviesa y sexy. Que decía vamos-a-portarnos-mal. Vanessa arqueó una ceja.
—Tal vez mis padres crean que necesitamos práctica para darle un hermanito a nuestra niña —le dijo y movió las cejas de arriba a bajo.
Ella rió divertida.
—Dame un respiro muchacho —dijo sin dejar de reír —La niña a penas tiene un poco más de un mes...
—Yo solo dije que necesitamos práctica.
—Hicimos a esa cosita hermosa en una noche —razonó y le guiñó un ojo —No creo que necesitemos practicar nada, bombón.
—Mírate —dijo haciéndose el sorprendido —Y yo que creí que era el único que tenía esas tendencias medias perversas.
Rieron y ella le terminó de abrochar el pantalón sin dejar de mirarlo a los ojos.
—Eso pasa porque haces de mí una completa depravada —se puso de puntitas y lo besó en los labios, para luego salir del cuarto. Zayn sonrió contento y terminó de vestirse.
Salió de la habitación a tiempo de escuchar el teléfono sonando.
—¡Yo contesto, amor! —le gritó a Vanessa que estaba en la cocina. Se acercó con pasos rápidos al living y tomó el aparato —Diga.
—Zayn, Zayn—exclamó Chace del otro lado. El se irguió derecho al escuchar la voz afligida de su hermano.
—Sí, Chace, soy yo, ¿Qué pasa? —le preguntó.
—Zayn, yo no sé que pasó —lloró el menor de los malik —Estoy en el hospital... le dispararon a papá...
—¿Qué? —dijo sin poder creerlo.
—... yo estaba con ellos yendo a tu casa junto a Amarita. Una camioneta salió en nuestro camino muchos hombres bajaron, abrieron la puerta... ¡Intenté detenerlos! Papá también, y le dispararon. Se llevaron a Amara y a mamá.

Camila.

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now