Una familia grandiosa

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Capitulo 25:

Él tocó el timbre repetidas veces, pareciendo algo desesperado. Miró la hora en su reloj y aun faltaban unos cuantos minutos para las 10 de la mañana. Ella debería estar todavía. Le rogaba al cielo que todavía estuviera.
La puerta se abrió y se encontraron de frente. Ella lo miró fijo por unos cuantos segundos y luego se dio la vuelta para seguir con lo que estaba haciendo.
—Lamento mucho no haber venido anoche —se apresuró él a decir mientras ingresaba tras ella y cerraba la puerta.
—Está bien —se limitó a decirle.
—Niall tuvo un pequeño accidente —fue lo primero que se le vino a la mente para decirle. Aun no podía (no se animaba) a contarle sobre Vanessa—Tuve que llevarlo al hospital, nos hicieron pasar la noche allí.
—Pudiste haberme avisado —dijo ella sin mirarlo.
Estaba terminando de meter la ropa dentro de su valija.
—Hilary, deja eso y mírame —le pidió. Ella no lo hizo. Solo seguía guardando sus cosas con una premeditada calma. Zayn suspiró y se acercó, la tomó del brazo suavemente y la puso de pie. La acomodó hasta que la mirada avellana de ella estuvo sobre la de él. Pudo ver el dolor en sus ojos —Lo lamento, de verdad.
Ella solo asintió y luego lo besó cortamente. Se alejó y volvió a su valija. Dentro de cualquier momento su taxi iba a llegar.
—¿Cómo está ahora el imbécil de Niall? —le preguntó. El moreno se puso algo nervioso.
—Debe... debe estar durmiendo. Lo llevé a su casa.
—¿Y su novia no pudo hacerse cargo de él?
—Brittany estuvo todo el tiempo con nosotros. Pero aun así no podía dejarlo...
El timbre sonó.
—Ese es mi taxi —aseguró ella y cerró su valija.
—Hilary... —la llamó él.
—Tranquilo, Zayn, no estoy enojada —dijo ella de manera dulce y caminó hasta la puerta arrastrando su bolso con rueditas —Solo me hubiese gustado pasar la noche contigo, mi cielo hermoso —sonrió —Pero cuando vuelva no te salvas de mí.
Él le sonrió levemente y asintió. Era el peor, no podía seguir haciéndole eso a ella.
—Tengo que contarte algo...
El timbre volvió a sonar. Ella se apresuró más.
—Otro día me lo cuentas, lindo —le dijo —Voy a llegar tarde.
Zayn suspiró y tomó su bolso para ayudarla a salir de la casa. Se acercaron al coche y él metió el bolso de su novia en el baúl.
—Volveré en diez o quince días —le informó.
—¿No iba a ser solo una semana?
—Ronald dijo que las reuniones podrían alargarse, no lo sé.
—Ese hombre no es de mi agrado...
—Lo sé, jamás lo fue —sonrió ella sintiéndose contenta de que Zayn la celara un poco. Hacía bastante que no lo hacía.
—Llámame cuando llegues, ¿sí? —le dijo él y besó su frente.
—Sí, cariño —dijo ella y lo besó cortamente en los labios. Se subió al taxi y este arrancó.
Zayn observó como el auto amarillo doblaba en la esquina. Soltó un suspiró y decidió ir a su casa. Necesitaba despejarse un poco. Necesitaba pensar en como iba a decirle toda la verdad a Hilary. Sí, ya estaba decidido. Cuando ella volviera iba a saberlo todo. Tendría que prepararse para lo peor.

—No puedo creer que no me hayas dicho que estás embarazada —le dijo él.
Vanessa soltó un suspiro mientras sacaba su ropa del armario y la colocaba sobre la cama.
—No estaba lista para contártelo, Nick —le aseguró —Espero que no te enojes por eso...
—¡Jamás haría tal cosa! —exclamó. Ella lo miró y pudo ver la preocupación en el rostro de su primo —Solo estoy tan sorprendido... Creo que nadie de tu familia se lo esperaba.
—Tampoco yo —murmuró.
Brittany la había dejado en la puerta de su casa, y se había ido a trabajar. A pesar de todo ella seguía trabajando en las oficinas Hudgens.
Vanessa había entrado a su departamento, y al recordar lo sucedido con Robert se largó a llorar. Tardó aproximadamente una hora en calmarse.
Luego de eso se duchó e intentó comunicarse con su madre. Pero la empleada de la casa de sus padres le decía que no estaba. Sabía que aquello era mentira y que simplemente su madre no quería atenderla. Y le dolía tanto que aquello fuera así. En ese momento le gustaría recibir un abrazo materno.
—¿A dónde piensas ir, Vanessa? —le preguntó él sacándola de sus pensamientos.
Nick había llegado a verla después del medio día. Cuando lo vio, se tiró a sus brazos, para sentir un poco de consuelo familiar. Se sentaron a hablar y Vanessa le contó casi todo. Le contó casi todo porque aun no le decía que el padre de su bebé era nada más y nada menos que su cuñado.
—Tengo una cuenta bancaria, la cual no es conocida ni por Robert, ni por Anthony. En sí, la única que lo sabe es Brittany, y ahora tú. En esa cuenta tengo el suficiente dinero como para vivir medio año(...)
(...)Puedo alquilarme algo pequeñito y comenzar a buscar un trabajo... Pero no pienso quedarme ni un solo segundo más en este lugar.
—Vanessa, no creo que tu padre haya hablado en serio —dijo él.
Ella sonrió con amargura.
—Se nota que no lo conoces realmente, primito. Pero no te preocupes, estaré bien.
—Podrías venir a vivir conmigo —ella lo miró tiernamente —Sabes que mamá te adora...
—Lo sé, pero no puedo irme a vivir a tu casa.
—¿Por qué no? —quiso saber.
Ella suspiró y se sentó en la cama, justo al lado de Jonas.
—No quiero que tu padre tenga problemas con Anthony por abrirme las puertas de tu casa. Sabes a lo que me refiero.
—Vanessa, que mi padre tenga negocios con tu abuelo no significa nada.
—Si significa, cariño —dijo y le acarició el pelo —Así que ya no te preocupes por mí, estaré bien, de verdad.
—¿Y Brittany? Podrías ir a vivir con ella...
—Brittany vendió su departamento porque estaba realmente en mal estado. Y ahora está viviendo con su novio. La muy loca quiere que viva con ellos. Ha perdido completamente el juicio —aseguró y volvió a ponerse de pie para seguir con sus cosas. Se dio cuenta de que iba a necesitar más de dos valijas.
—Oye, ¿y el padre del bebé? No creas que no me di cuenta de que no me lo mencionaste en ningún momento —ella se tensó —¿Quién es?
Ella dobló lentamente un vestido. Estaba intentando retrasar completamente la respuesta.
—Te va a sorprender un poco —le contó.
—Ah, ¿si? —inquirió él —¿Lo conozco?
—Emmm... sí, lo conoces.
—Anda, suelta ya quien es —la apresuró. Realmente se moría de ganas de saber quien era.
—Es Zayn, el hermano mayor de Miley —le dijo sin rodeos.
Nick se quedó pasmado, como si ella acabara de golpearlo con algo y dejarlo completamente tieso. Luego su ceño comenzó a deformarse en un simple gesto de desconcierto.
—¿Zayn? —inquirió —¿Zayn Malik? ¿Mi cuñado, Zayn?
Ella solo asintió mientras apretaba los labios. Seguramente ahora iba a tener que explicar por qué aquello era así.
—Sé que estás sorprendido...
—¿Sorprendido? ¡Estoy atónito, Vanessa! Me hubiese sorprendido mucho menos si me decías que eras la jefa de una organización israelita que busca acabar con la vida del presidente. ¡Por Dios! ¿Cómo es que estás embarazada de él? ¡Tiene novia!
Vanessa asintió y suspiró.
—Es una larga historia, Nick, y en este momento no creo estar en condiciones de contártela.
—Está bien —dijo él —No voy a presionarte. Pero realmente estoy desconcertado.
—Te aseguro que ninguno de los dos buscó esto, pero sucedió. Él tomó la noticia con bastante calma, para mi sorpresa. Hasta parece... ¿contento?
—¿Estás enamorada de él? —le preguntó con recelo.
—¿Qué? —dijo aterrorizada —¡No! Él y yo no somos amantes, Nick, jamás lo fuimos. Nosotros solo... —dejó de hablar.
—¿Estuvieron una noche juntos? —terminó la frase por ella. Vanessa asintió. Ya no valía la pena no contarle.
—Fue momento de arrebato —dijo con la mirada fija en sus cosas —Nos conocimos en una fiesta y empezamos a hablar(...)
(...)Luego tomamos un poco y... sucedió.
Se sentía algo tonta. No podía (mejor dicho, no quería) mirar a Nick a los ojos en ese momento. Ahora que sabía como habían pasado las cosas, su primo podía creer que ella era una cualquiera, y luego darle la espalda como el resto de su familia.
Por alguna extraña razón se le llenaron los ojos de lágrimas, y una presión en medio del pecho le dificultó un poco la respiración. ¡Maldita sea, estaba tan sensible!
Nick estiró la mano y tomó la de ella. Sabía perfectamente que era lo que su prima estaba pensando. La tiró hacia él hasta que ella volvió a sentarse a su lado.
—Mírame, Vanessa —le pidió. Ella se tragó su angustia y lo miró —Yo no estoy aquí para juzgarte. Solo estoy aquí para escucharte y estar a tu lado siempre, ¿entiendes eso? Yo no voy a dejarte sola en esto, Vanessa. Jamás.
Ella soltó un par de lágrimas y se acercó a abrazarlo. Nick la sostuvo cerca, haciéndole saber que lo que le había dicho era totalmente cierto. Le acarició la espalda de manera dulce, consolándola. Estaba realmente sorprendido con la actitud que su tío Robert había tomado. ¿Echar a su propia hija a la calle? ¿Qué clase de padre hacía eso?
—Te quiero mucho, Nick —susurró sin soltarlo.
—Y yo a ti, Vanessa.
—Pero ya —dijo ella y lo soltó para luego secarse el rostro —No más llanto, tengo que terminar de armar mis valijas.
—No me parece justo que te vayas. ¡Esta es tu casa, Vanessa!
—No, no lo es —aseguró ella —No está a mi nombre. Es de Anthony, y Robert me dejó muy en claro que ninguno de los dos me quiere aquí.
—Voy a ir a hablar con ellos...
—¡NO! —se exaltó ella —No quiero que hagas nada de eso, Nicholas. Me basta con que estés conmigo —él parecía no estar convencido —Júrame que no vas a hacer nada.
—No lo sé...
—Nick —le advirtió —Júramelo, ahora.
Él suspiró rendido y asintió levemente con la cabeza.
—Está bien, te lo juro.
—Ahora dime: Juro que no haré nada de nada. No hablaré con nadie, ni tampoco iré a buscar a nadie.
—¿En serio?
—Sí, ahora mismo.
—¿Quieres que me ponga de pie y apoye una mano sobre donde late mi corazón y te recite el juramento? —preguntó con sarcasmo.
—No sería una mala idea —asintió ella. Nick la miró entrecerrando los ojos. Vanessa se aguantó una sonrisa —Solo me basta con que lo digas.
—Bien —resopló —Juro que no haré nada de nada. No hablaré con nadie, ni tampoco iré a buscar a nadie y bla bla bla, ¿contenta?
—Mas o menos —dijo frunciendo el ceño —Tu tono de voz no me convenció del todo.
—Que chistosa —ironizó mientras ella reía levemente —Pero en realidad sabes que debería ir a hablar.
—Lo único que sé es que vas a ser tío segundo y espero que seas un buen tío segundo si quieres seguir viéndonos —dijo amenazadora.
Él sonrió.
—Me gusta como suena lo de tío... sácale lo de segundo, está de más ¿Ya has pensado algún nombre? —preguntó.
—¡Wow! Es muy rápido para eso... recién estoy asumiendo la idea de que voy a tener un hijo y tú ya quieres que sepa hasta que ropa va a usar.
—Solo preguntaba, exagerada...
Ambos rieron y el teléfono sonó. Vanessa miró unos segundos a Nick antes de alejarse para atender.
—¿Hola? —atendió.
—Hola, Vanessa, soy Arnold.
—Ah —dijo sin ánimos. No estaba muy contenta de hablar con el abogado de su querido y adorado abuelo —¿Cómo estás, Arnold? ¿Qué necesitas?
—Llamo para decirte que hablé con tu abuelo y con tu padre y ambos estuvieron de acuerdo en darte más tiempo para que puedas acomodarte.
—Eso me llena de alegría —dijo irónica —¿Cuánto tiempo dispongo para abandonar la casa, Gran Hermano?
—Tienes una semana —le informó.
—Perfecto, adiós —colgó irritada. Se giró a ver su primo —Tengo una familia grandiosa.

Camila

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now