¿Te casarías conmigo?

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Capitulo 60:

Vanessa les entregó a las amables ancianas una pequeña sonrisa, algo nerviosa, pero una sonrisa al final de cuentas. Con un intento de despreocupación palmeó el brazo de Zayn.
—Vamos, cariño —le habló con toda la confianza del mundo —Será solo un besito.
Él la miró con el ceño fruncido. ¿Qué le sucedía? ¿Acaso estaba loca?
Zayn acomodó su garganta y sonrió también.
—¿No te parece que es poco prudente? —inquirió él.
¿Qué había pasado con ellos?, pensó Vanessa. De repente los papeles habían cambiado, y ahora la acosadora era ella y el pobre acosado era él.
—Zayn, ¿Por qué te niegas a besar a tu mujer? —preguntó Kate.
Zayn alzó la vista hacia ella y se rascó la nuca con impaciencia.
—Abuela, lo que pasa es que...
—Oh, ven aquí —dijo Vanessa tomándolo de la campera y arrastrándolo hacia ella.
Sus labios se encontraron, pero el contacto fue mínimo. Unos segundos, él les diría milésimas, que le bastaron para poder derribarlo completamente. Vanessa lo soltó y volvió la mirada hacia las mujeres. Las cuatro tenían caras de decepción.
—¿Eso es todo? —inquirió Rachel.
—Ustedes están jugando con nosotras —aseguró Gloria.
—Por favor, incluso en mis tiempos los besos eran más apasionados... —dijo Jenna.
—El peor beso que vi en mi vida —asintió Kate —Zayn Javaad Malik, te ordeno que beses como dios manda a Vanessa.
Y ahora la nerviosa era ella. No estaba segura de querer hacerlo. Con aquel pequeño piquito, su corazón se había acelerado tanto que lo podía sentir en medio de la garganta.
Giró un poco la cabeza para encontrarse con la mirada azulina. Soltó lentamente el aire de sus pulmones.
Zayn se acercó a ella y la tomó con suavidad de la nuca, para luego tirarla hacia sí y apoyar su boca, muy despacio, sobre la de ella. Los ojos de Vanessa se cerraron, sus labios se separaron un poco para recibirlo.
Malik fue consciente del repentino sentimiento de posesividad que le recorrió el cuerpo, mientras movía apenas los labios sobre los suaves que tenía al frente. Y no quiso soltarla, no podía soltarla. No sabía cuanto tiempo ya estaban llevando, tampoco le importaba... pero tenía que parar.
Se alejaron con cuidado, abriendo los ojos al mismo tiempo y mirándose confundidos. Zayn atrajo su mano hacia su mejilla y tocó con su pulgar los labios, humedecidos, de ella.
—Eso fue un beso... —dijo Kate rompiendo el imponente silencio que los había rodeado.
Vanessa tomó sus cosas de una de las sillas y miró a la mujer.
—Un gusto conocerla, señora Malik... la vendré a visitar muy pronto —dijo rápido y de la misma manera se echó a caminar hacia la salida.
Zayn no pudo reaccionar, estaba idiotizado. Se encontró con la mirada inquisidora de su abuela. Tomó su campera.
—Abuela, te quiero —le dijo y se acercó a besarle la frente. Kate frunció el ceño.
—¿Qué sucede, Zayn? —quiso saber.
—No tengo tiempo para comentártelo ahora, ¿si? Otro día con más calma, te lo diré —les sonrió a las amigas de su abuela —Señoras, las veré pronto.
—Adiós, galán —dijeron las tres al unísono.
Zayn corrió hacia la misma dirección que la morena había tomado, y la divisó ya en la calle, esperando a que algún taxi parara.
—¡Vanessa! —la llamó.
Ella alzó la vista hacia él y sus nervios se notaron a leguas.
La búsqueda de un taxi se hizo casi intensa.
Vanessa daría todo lo que fuera por conseguir un taxi y no tener que hablar con él sobre nada. Pero no, Dios, ni nadie estaba de su lado últimamente y no iba a concederle el deseo de poder escapar. Zayn llegó a su lado en un abrir y cerrar de ojos.
—Voy a ir a ver a mi madre —le dijo ella antes de que él hablara.
—Puedes esperar un poco —dijo con toda la calma del mundo. Vanessa no lo había mirado a la cara, su mirada estaba fija en la fila de autos que pasaba frente a ellos, esperando a que un auto amarillo apareciera en su vida —Vanessa...
—Lo sé —lo interrumpió ella —Todo está bien, teníamos que hacerlo por tu abuela, nada más.
—Pero...
—Fue divertido —habló y soltó una risita nerviosa —Quisiera ser así de divertida cuando tenga esa edad.
—Si me escucharas un segundo...
Un teléfono comenzó a sonar. Zayn maldijo entre dientes y Vanessa agradeció en silencio, aquella interrupción. El teléfono que sonaba era el de él, así que con cierto enojo lo sacó de su bolsillo.

—Hola —contestó de mala gana.
—¿Qué pasa, amor? —preguntó ella —¿Por qué tan enojado?
Su enojo se apaciguó y su rostro cambio. Ahora lo que se asentaba en él era la culpa. Siempre que escuchaba su voz, lo llenaba la culpa.
—Hola, Hil —acomodó su garganta y le dio la espalda a la morena —Estoy... acabo de salir de ver a mi abuela Kate.
—Oh, me hubieses avisado y te acompañaba, cielo —aseguró ella.
—No, no quería molestarte... solo fue una visita pequeña —escuchó el sonido de auto frenando cerca y giró rápidamente para ver como Vanessa se subía al taxi —Amor, te llamo en un ratito, ¿si? Estoy manejando.
—Bien, yo estoy en tu casa, aquí te espero —dijo contenta y colgó.
Zayn guardó rápidamente el teléfono y se acercó al coche.
—Vanessa, deja que te lleve.
—Zayn... iré a tu casa por la noche, ¿si? Y ahí hablaremos más tranquilos. Necesito relajarme un poco, ¿bien?
Él la miró sin estar del todo convencido, pero entonces se alejó de la puerta del auto y este arrancó, dejándolo aun más confundido.
Maldiciendo en voz baja, fue hacia su coche y prendió marcha hacia su casa. Estaba hecho un lío. No sabía que hacer de su vida. Y él único culpable era él... él por no querer lastimar a los demás y no pensar en sí mismo. Pero ¿Cómo no iba a hacerlo?
Sacudiendo la cabeza se limitó a pensar en el tráfico y en la llegada a su casa. La verdad era que no quería estar allí, no mientras Vanessa estaba en quien sabía donde. ¿Y sí se había ido a encontrar con su doctorcito?
—Espero que esto te guste, cielo —dijo y le sirvió un pedazo de carne con papas en su plato. Realmente se veía delicioso.
Ella tomó asiento frente a él y comenzó a comer en silencio. Las palabras fueron pocas durante la cena. Un par de risas y preguntas sobre el trabajo, pero nada más.
Zayn sabía que había algo raro en todo eso... lo presentía.
—¿Y... —bebió un poco de vino —cuando llegan tus padres?
—No lo sé, retrasaron el viaje... tampoco me importa mucho.
—¿Por qué? —preguntó él y mordió un pedazo de pan. Pero entonces algo duro y frió se interpuso entre sus dientes. Dejó de masticar y miró a Hilary. Ella esperaba con los ojos bien abiertos y una semisonrisa en sus labios.
Zayn se metió los dedos en la boca, en busca de aquel objeto que había frenado su cena.
Siguió observando el rostro de su novia, y sintió un pequeño escalofrío bajar por su espalda. Entonces el objeto salió y él lo observó con cuidado.
Un anillo.
Un dorado y plateado, redondo y simple anillo, había salido de su boca. Estaba un poco cubierto de pan, pero era claro que era un anillo. Volvió la vista a Hilary.
—Zayn... —habló ella —Esto no es nada convencional, pero no me importa. Te amo, eres el hombre de mi vida, y quiero pasarla contigo para siempre —los latidos del corazón de Malik se dispararon a la estratosfera. Aquello no podía estar pasando —Mi amor, ¿te casarías conmigo?

Camila.

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now