La puerta secreta

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Capitulo 99:

El taxi se detuvo justo en la esquina que ella le había indicado. Le entró un billete y se bajó sin recibir el cambio. En lo único que podía pensar era en encontrara a su hija y a Trish. Solo quería terminar con esa maldita pesadilla de una vez por todas. Se cubrió la cabeza con la pequeña capucha que llevaba su abrigo, y se encaminó hacia uno de los costados de la residencia Hudgens.
Ella había crecido en ese lugar. Y a pesar de todo había amado esa casa cuando era una niña. Más de una vez había imaginado que era un castillo encantado y ella era la princesa que podía jugar a ser rescatada. Pero el cuento de hadas comenzó a romperse a medida que comenzó a crecer. Sacudió la cabeza, no podía seguir pensando en el pasado.
Se acercó un poco más y se asomó por la esquina para divisar la entrada principal. Como lo supuso estaba llena de hombres armados hasta los dientes. Sonrió, eso quería decir que había algo realmente importante dentro. Su hija.
Soltó una pequeña carcajada aunque la situación no se prestaba para sonrisas. Pero no pudo evitarlo. Su padre podía ser un hijo de puta, pero era bastante idiota como para secuestrar a alguien y tenerlo en un lugar tan... obvio.
Se alejó de la esquina y comenzó a dirigirse hacia el centro del lado lateral de la residencia. Ella conocía un lugar 'secreto' para entrar a la casa. Y estaba segura que Robert ni siquiera tenía en mente aquel pasadizo. Cuando llegó a dónde creía o mejor dicho recordaba donde estaba el lugar, estiró las manos, metiéndolas dentro de la espesa enredadera que cubría el enorme muro, en busca de un material más fino que la pared.
'Sí' exclamó su mente cuando sus manos se encontraron con la pequeña y vieja puerta. Temblando de expectación, empujó. Pero la madera no abrió. Se negó a entrar en pánico. No. No iba a perder la calma. Esa era la única forma de entrar y encontrar a su niña. Y no iba a perderla. Empujó de nuevo, esta vez con más fuerza. La vieja madre gruñó pero cedió ante la presión. Un suspiro de alivio escapó de sus labios, y sin dudarlo ingresó al pequeño pasillo que llevaba a la parte baja de la mansión.
Sabía que aquello era estúpido, que era completamente peligroso. Pero sabía que Amara estaba allí, podía sentirlo dentro de su pecho.
Cerró la puertita con cuidado y sacó el celular para alumbrar su camino. Le había sacado el chip a su teléfono así que nadie podía llamarla. Comenzó a caminar, alumbrando sus pasos. El pasillo se veía viejo, abandonado, y estaba segura que ella había sido la última persona en entrar en ese lugar. Cuando era niña había jugado a las escondidas con Brittany, y su escondite siempre era ese. Su mejor amiga nunca la encontraba, y Vanessa siempre ganaba al presentarse sin revelar su escondite.
Volvió a sonreír al saber que pronto todo terminaría.


Zayn se bajó rápidamente de su auto al llegar al lugar indicado por el detective y divisó, a varios metros, la enorme mansión rodeada de grandes muros de enredaderas. Recordó que Vanessa le había hablado una vez de esa casa.
Se acercó a la camioneta blanca, que estaba estacionada a una cuadra de la propiedad. La puerta trasera del vehículo se abrió y el detective lo hizo ingresar.
—¿La han visto? —quiso saber Zayn. Tenía el corazón en la boca. La había llamado más de una docena de veces, pero el maldito teléfono aparecía como fuera de servicio.
Todo era su maldita culpa, por no haberle dicho la verdad desde un principio. ¿Por qué siempre cometía el mismo error? ¿Cuándo mierda iba a aprender?
Pero en realidad solo había querido protegerla.
—No, no ha habido señales de ella —indicó el detective.
—¿Cree que ella crea que este es el lugar?
—Estoy seguro de eso, Malik. Pero no se preocupe, estamos a punto de ingresar. Tengo hombres llegando para rodear todo el lugar. En menos de cinco minutos estaremos dentro y sacaremos a su hija y a su madre.
—Entonces ya no hay dudas de que ellas están allí dentro, ¿verdad?
—No, mi hombre infiltrado nos ha pasado todos los datos exactos del lugar en donde las tienen. Como le dije antes están en la parte subterránea de la casa. Hudgens volvió el lugar una especie de cuartel de seguridad, es difícil llegar allí desde arriba. Pero tenemos un plan y espero que la señorita Vanessa recobre el sentido y no haga una locura.
Zayn también lo esperaba, porque si algo salía mal y él perdía a alguna de ellas esa noche, jamás en su vida iba a lograr reponerse.

Camila.

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