Intento de una cena romántica

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Capitulo 70:

Vanessa soltó un cansado suspiro, mientras se pasaba el dorso de la mano sobre la frente. Estaba agotada. Pero el rico olor a comida que salía del horno le indicaba que tanto trabajo había valido la pena. Se paró, orgullosa de sí misma, con las manos en las caderas y observó el desastre de la cocina. Rió divertida y luego negó con la cabeza. Ya habría tiempo para ordenar aquello. Pero lo que sí necesitaba ahora era un buen baño. Fue a su habitación y entró a su baño. Dejó la canilla abierta mientras buscaba que ponerse para esperar a Zayn.
Estaba nerviosa. Más que nerviosa. Él le había llamado hacía aproximadamente una hora para decirle que estaría allí a las nueve. No le dejó preguntarle nada con respecto a Hilary. Pero Vanessa supo que era algo que iban a hablar en persona.
Se duchó lo más rápido que pudo y se cambió a la velocidad de la luz. Cuando estaba terminando de secarse el cabello el timbro sonó. Su corazón latió acelerado. Dejó la toalla sobre la cama y corrió hacia la puerta.
—¿Quién es? —preguntó antes de abrir.
—Soy yo, Vanessa, Zayn—dijo él.
La morena se reacomodó la ropa y abrió la puerta para encontrarse de frente con aquellos hermosos ojos oscuros. Él estaba apoyado contra el marco de la puerta, de una forma tan despreocupada y sexy, que hizo temblar las rodillas de ella. Levantó la mano y presentó ante ella una rosa blanca. Embobada, Vanessa, la tomó.
—Son mis favoritas...
—Lo sé —dijo él y se acercó para depositar un suave beso en su mejilla.
¿De que iba todo aquello? Se preguntó la morena cuando él se alejó lo suficiente para mirarlo de nuevo a los ojos.
—Gracias, es hermosa —aseguró y la acercó a su nariz para apreciar su aroma.
—¿No me vas a invitar a pasar? —quiso saber.
—Oh, lo siento —se disculpó confundida y le dio el paso.
El moreno ingresó y ella cerró la puerta despacio. Se giró a verlo, a la vez que él giraba para verla. Él tenía aquella media sonrisa gravada en el rostro. Ella sentía miles de mariposas en el estomago.
—Estás muy linda —habló al fin.
—También tú —aseguró ella.
—¿Puedo acercarme a ti y besarte? —le preguntó.
Vanessa se quedó sin respiración. Deseaba tanto que él la besara, deseaba tanto besarlo. Se mordió el labio inferior. Primero tenía que saber.
—¿Qué pasó con... Hilary?
—Le dije la verdad —respondió sincero —Simplemente la verdad.
Los ojos de ella se llenaron de lágrimas, y rápidamente bajó la mirada. Sintió el cuerpo de Zayn acercándose y pronto una mano fuerte y tibia se colocó bajo su barbilla, haciendo que levantara la mirada.
—La lastimaste —murmuró.
—Era inevitable —aseguró y acarició su mejilla con la mano libre —Y no debes llorar por ella, Vanessa. Porque va a estar bien, y algún día va a darse cuenta de que era lo correcto.
—Sé lo que se siente cuando te lastiman de esa manera, Zayn —le contó ella —Yo soñaba con casarme con Jesse —el moreno sintió una puntada de celos en medio estomago —Yo soñaba con formar una familia con él —soltó una risita lastimosa —Y él rompió mi corazón por teléfono...
—Yo quise a Hilary, Vanessa. Y siempre voy a tener muy lindos recuerdos de lo que tuvimos. Pero era mejor romper su corazón ahora, que cuando estuviéramos ya casados.
Ella se quedó en silencio por incontables minutos, mirándolo fijamente. Zayn podía ver las diferentes emociones que pasaban por ella.
—No rompas mi corazón, Zayn —susurró con miedo.
Él ladeó la cabeza para mirarla con ternura.
—Jamás, mi amor —prometió mientras apoyaba los labios en los de ella.
Absorbió un suave gemido y sintió como ella elevaba los brazos para rodear su cuello. Aquel era un beso que expresaba más que mil palabras. Era un beso que afirmaba lo que ambos sabían: se necesitaban.
Él se alejó solo para poder besar la punta de su nariz y luego abrazarla fuertemente, escondiendo el rostro entre sus suaves cabellos. Vanessa acarició lo que pudo de aquella enorme espalda, y depositó un suave beso bajo su oreja.
Se quedaron así, abrazados, sintiendo los latidos del otro. Zayn no quería soltarla, pero despacio se fue alejando.

Volvió a tocar su rostro, no se cansaba de mirarla. Ella le entregó una dulce sonrisa.
—¿Qué te parece si vamos a comer? —le preguntó.
—¿Cocinaste? —inquirió él. Vanessa sonrió.
—Sí, y por tu bien que digas que salió riquísimo. Me volví loca haciéndolo, y la cocina quedó hecha un desastre.
—Prometo ayudarte a ordenarlo, si me das otro besito —dijo moviendo ambas cejas.
—No, no habrá más besitos hasta después de comer. Estoy hambrienta... Esta niña come y come y come sin parar —exclamó. Él sonrió y se acercó a ella para depositar ambas manos alrededor del abultado vientre.
—Pobre mi princesa —dijo haciendo un puchero —Mamá quiere echarte la culpa de que se haya convertido en una comilona insaciable.
—Sí, seguro —dijo la morena y se encaminaron hacia la cocina.
Mientras ella terminaba de sacar la comida del horno. Zayn se encargó de poner la mesa. Ninguno de los dos podía dejar de reír, de mirarse, de seguir sonriendo. ¿Podía ser verdad que al fin las cosas estaban dejando de ser tan complicadas?
El teléfono comenzó a sonar. Zayn miró a Vanessa y ella alzó ambas cejas en un simple gesto de sorpresa.
—¿Esperas algún llamado? —preguntó él. Ella se encogió de hombros.
—No —dijo pensativa —Fíjate en el identificador de llamadas si aparece quien es...
Zayn se puso de pie y se acercó al pequeño teléfono inalámbrico.
—Es Brittany —dijo al instante.
Vanessa arrojó el repasador sobre la mesa y se acercó rápidamente a él para quitarle el teléfono de las manos.
Le hizo un gesto de que se mantuviera callado. Él sonrió pícaro y asintió.
—Hey, amiga —la saludó al atender.
—¡Estoy enojadísima contigo, Vanessa Hudgens! —aseguró la rubia. Vanessa se aguantó las ganas de echarse a reír.
—¿Por qué? —preguntó haciéndose la tonta.
—¿Por qué? ¿Cómo que por qué, Vanessa? ¿Desde cuanto estás con Zayn y no me lo dijiste? ¿Y... por qué salieron corriendo como dos idiotas? Aun estoy intentando hacer reaccionar a Niall, él tampoco puede creer que Zayn no le haya dicho nada...
—¿Puedes calmarte un poco? —interrumpió a su amiga —Sí, lo sé, siento eso de habernos ido corriendo, fue infantil de nuestra parte —Zayn la abrazó por detrás y apoyó el mentón sobre su hombro. Vanessa se relajó en sus brazos —Pero te aseguro que todo tiene una buena explicación Brittonita.
—Pues entonces dímela —exigió. Zayn comenzó a besar el cuello de la morena. Vanessa se aguantó las cosquillas —Oh, Dios mío... estas con él.
—Amiga, te juro por nuestra hermosa amistad que mañana vamos a ir a starbucks juntas y vamos a tener una larga y extensa charla.
—Vanessa, ¿me estás por colgar el teléfono? —inquirió sin poder creerlo.
—Britt, vamos a tener una cena romántica, o eso creo... Esto es tan sorprendente para mí, como para ti. Así que cuando yo misma sepa bien que es todo esto, voy a decírtelo.
—Eres de lo peor Vanessa, el amor te vuelve idiota.
—Pfff, mira quien habla, la que no babea como una idiota cada vez que habla de lo maravilloso que es su novio.
Zayn rió por lo bajo.
—Dile a ese imbécil que no se ría —exclamó Snow —Y bien, voy a dejarlos en paz... pero solo por ahora. Mañana te quiero a las once de la mañana en el starbucks de siempre.
—Perfecto —sonrió Vanessa —Ahí voy a estar.
—Y... amiga —dijo ya con voz más calma.
—¿Qué? —preguntó.
—Me alegra que al fin hayan decidido arriesgarse —Vanessa pudo notar la voz emocionada de su mejor amiga y otra vez sus ojos se llenaron de lágrimas. ¡Diablos que las hormonas del embarazo la hacían llorar por nada! —Te amo, ¿lo sabes?
—Y yo a ti, hermana —dijo con un hilo de voz. Zayn la miró bien. ¿Estaba por llorar? La giró hacia él para ver que sus marrones ojos rebosaban de lágrimas.
—Ah, y una cosa más —dijo la rubia. Vanessa apretó los ojos, dejando caer las lágrimas. Zayn las secó al instante —Dicen que el sexo es mejor cuando una está embarazada.
—¡Brittany! —exclamó sin poder creerlo.
Snow rió divertida y luego se despidió de nuevo para colgar. Zayn seguía mirando algo preocupado a la morena.
—¿Todo está bien? —quiso saber.
—Sí, sí —asintió ella y se restregó los ojos —Solo que Brittany me hace llorar porque es una loca sentimentalista.
Entonces el estomago de ella gruñó. Él la miró divertido.
—Creo que no deberíamos retrasar más la cena.
—No, la verdad que no.
Volvieron a la cocina y se sentaron uno frente al otro. Comenzaron a comer y Zayn la felicitó de mil maneras posibles por la comida. Estaba deliciosa.
—¿Sabes? —habló él mientras terminaba de tragar —Siempre quise saber como se conocieron Brittany y tú.
Vanessa se limpió la boca con una servilleta y tomó un poco de jugo.
—Nos conocimos en el jardín de infantes —le contó —Recuerdo muy bien ese día, y eso que solo tenía cinco años. Era mi primer día de clases, y esa era como la quinta escuela a la que me cambiaban. Y como sabrás los primeros días siempre son los peores, o casi siempre.
—Ni me lo digas —sonrió él —Mi primer día en la primaria fue una pesadilla. Pero eso no importa, sigue contándome.
—Yo estaba en un rincón sentada jugando con una muñeca, cuando otra niña se acercó a mí y me la quitó. Yo intenté recuperarla, pero la muy perra me empujó y yo caí al suelo. En ese momento apareció Brittany y le gritó a la otra niña que me dejara en paz y le sacó mi muñeca. La malvada perra de cinco años se fue llorando a contarle a la maestra. Britt y yo nos escondimos en una casita de juegos y estuvimos metidas ahí todo el recreo. Desde ese día nos volvimos inseparables. Ella siempre ha sido mi guardiana en cierto modo. A todos lados a donde íbamos ella siempre ponía la cara por mí. Y jamás me dejó sola...
—Por eso es que se aman tanto —dijo él. Vanessa se secó las nuevas lágrimas que tenía en los ojos y sonrió.
—¿Y cómo no hacerlo? —preguntó —No sé que sería de mí sin esa loca Brittonita.
—¿Qué es eso de Brittonita y Vanemoon? —inquirió divertido —Niall y yo siempre quisimos saberlo.
—Es una linda anécdota —sonrió ella.

—Tenemos tiempo de oírla —aseguró él.
—Cuando teníamos quince años, hicimos una fiesta de disfraces. Yo tenía una mal sana obsesión con Sailor Moon, así que me disfracé de Serena. Mientras que Brittany eligió un raro disfraz color verde. Cuando yo la vi le pregunte, qué demonios era —Vanessa rió divertida al recordarla —El chico del que ella estaba enamorada en ese momento se había disfrazado de Super Man, y ella se había pintado de verde de la cabeza a los pies para ser su kriptonita y convertirse en su debilidad. La cosa que ambas terminamos teniendo nuestra primer experiencia con el alcohol. Ella le confesó su amor oculto a Super Man, que salió huyendo porque Brittany le vomitó encima. Y yo recorrí toda la fiesta diciendo que el Caballero de la Rosa me visitaba por las noches... fue una fiesta muy particular.
Zayn soltó una estrepitosa carcajada al imaginárselas a ambas en aquel estado.
—Seguro que eran un chiste —dijo divertido.
—Te aseguro que sí —rió ella —Los últimos tres años del secundario fueron insoportables gracias a ese día. Y por eso quedamos como Brittonita y Vanemoon.
—Vaya que estaban locas... aunque creo que eso no ha cambiado demasiado.
—Tonto —sonrió Vanessa.
Terminaron de cenar, entre risas, historias, miradas dulces, un par de caricias y uno que otro pequeño besito. Zayn recogió todo de la mesa y ayudó a Vanessa a limpiar la cocina.

Camila.

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now