Un buen acuerdo

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Capitulo 48:

Vanessa cerró la puerta de su habitación con cuidado, para no despertar a Brittany. Su amiga había llorado por una hora completa, contándole la discusión que había mantenido con Niall. Jamás había escuchado algo tan absurdo como aquello. ¿Pelear porque un perro se comió el regalo de mes de novios? Simplemente había hecho un gran esfuerzo para no reírse de ella. A veces Brittany era un poco exagerada.
Y ahora había caído rendida en un profundo sueño en medio de su cama. Pero ella no tenía sueño aun. Estaba muy acelerada, tenía demasiadas cosas en la mente. Su bebé, su madre, su padre, Zayn...
Zayn. ¿Qué iba a hacer con eso? Suspiró y dirigió sus pasos a la sala. La televisión estaba prendida e iluminaba un poco todo. Divisó la sobra de Zayn acostado en el sillón. ¿Estaría despierto? Se acercó despacio.
Sonrió levemente al ver lo profundamente dormido que estaba. Entonces sintió un cosquilleo en su panza. Se mordió el labio, recordando sus besos. Si Brittany no hubiese llegado, ellos dos hubiesen terminado... desnudos.
Por alguna rara razón, se le escapó una risita. Zayn se removió en el sillón. Ella apretó los labios y se aguantó la risa. Por suerte él no despertó. Se dirigió a la cocina y se sentó frente a la mesada, con un vaso de leche en la mano.
¿Se estaba enamorando de Zayn? ¿Era aquello posible? Sacudió la cabeza.
Ella siempre supo que aquello de vivir juntos era una pésima idea. Pero... no pudo decirle que no. Él se había mostrado tan preocupado, tan... posesivo.
Y en cierto modo le gustaba aquel lado de él. Jamás un hombre se había comportado así con ella. Pero sabía por qué estaba pasando todo aquello. Era por el bebé. Si ella no estuviera embarazada, él simplemente ni la registraría.
Un nudo se asentó en medio de su garganta. Algo nerviosa tomó un sorbo de leche caliente, eso la ayudaba a dormir.
—¿Qué haces aquí? —escuchó que él preguntaba.
Levantó rápidamente la vista y se le aceleró el pulso. Estaba parado en la puerta, restregándose los ojos, con el cabello algo desordenado.
—Yo... —habló nerviosa. Acomodó la garganta —Quería un vaso de leche caliente... me ayuda a dormir mejor. Al bebé le gusta.
—¿Y Brittany? —quiso saber él mientras se acercaba a ella y tomaba asiento en frente suyo. Vanessa se removió nerviosa en su lugar.
—Se quedó dormida —contestó.
—¿Qué pasó? —preguntó y la miró fijo a los ojos.
Ella apartó la mirada de él, jugó con sus manos, comenzó a mover una pierna.
—Ella y Niall discutieron porque Hércules se comió el regalo de 'mes de novios' que ella le dio...
—¿Estás de broma? —inquirió.
Ella sonrió. Aun no lo miraba.
—No, no estoy de broma. Al parecer ella le dio a elegir entre el perro o ella. Y Niall dijo que no iba a echar al pobre animal a la calle por un estúpido oso de felpa —rió sin poder evitarlo y tomó un poco más de leche —Creo que fue una terrible discusión.
—Perdón que diga esto pero... ambos son unos idiotas.
—Óyeme —ella lo miró al fin —No insultes a mi hermana. En todo caso el único idiota aquí es Niall. Es un maldito insensible.
—Sí, no voy a discutir eso contigo, porque simplemente tienes razón. Pero debes admitir que Britt... es un poco susceptible.
—Bueno —asintió —Puede ser un poco exagerada...
Se quedaron en silencio. Vanessa miraba fijamente la mesada, sus uñas hacían un suave ruido contra ella.
Cada cinco segundos se llevaba el vaso a la boca. Se sentía incomoda, invadida. No quería seguir hablando con él.
—Vanessa —la llamó.
—¿Sí? —dijo y se esforzó a mirarlo.
—¿Hubiésemos seguido si Brittany no hubiese llegado?
Sus mejillas tomaron color al instante. Pero sabía que no iba a poder evadir el tema. Maldita sea, eran adultos. Tenían que comportarse como tales.
—No sé —murmuró.
—Sí, sí lo sabes —aseguró él.
Vanessa sintió una pequeña punzada de enojo recorrer su cuerpo. ¿Por qué él insistía en hacerla sentir culpable?
—¿Qué quieres Zayn? —le preguntó —¿Qué pretendes con todo esto?
—No pretendo nada, Vanessa... Pero no podemos seguir como si nada pasara.
—¿Acaso no lo entiendes? —dijo y se puso de pie —No quiero que pase nada entre nosotros. No voy a enamorarme de ti, Zayn, olvídalo. Nadie va a volver a jugar con mis sentimientos... ya no. Ya no soy la estúpida que fui con Jesse.
—No puedes compararme con ese infeliz...
—¿No puedo? —inquirió y sonrió nerviosa —Claro que puedo, Zayn... porque eres peor que Jesse. Tu novia todavía no sabe nada de mí... Me presentaste a tu familia, me trajiste a vivir contigo y me besas como si no pasara nada, como si Hilary no existiera.
—Pienso todo el tiempo en Hilary, maldita sea —dijo entre dientes, sintiéndose indignado con ella porque lo calificaba peor que a su ex —Pero soy un ser humano, Vanessa, no soy perfecto y tengo miedo... miedo a todo esto que pasa.
—Pero insistes... insistes en comportarte como si fueras mío. No lo eres. Y yo no soy tuya, Zayn, no lo soy.
—Vanessa...
—Seamos sensatos... podemos convivir y ser amigos —aseguró y volvió a sentarse. Sus ojos estaban brillosos por las lágrimas, pero no iba a llorar —Cuando ella vuelva, vas a ver que lo que pasa aquí es simplemente pasajero. Tú no quieres perderla por algo que no va a funcionar...
—¿Y por qué no puede funcionar? —quiso saber él.
—Porque fue algo de una noche. Nada más que eso. Si yo no estuviera embarazada, Zayn... nosotros seguiríamos siendo un par de desconocidos. Eres una buena persona y harás lo correcto, que es estar con la mujer que amas. Yo solo soy la madre de tu hijo o hija, es lo único que nos une. Si él o ella no estuviera... seguirías siendo solo un recuerdo para mí.
—¿Un recuerdo? —inquirió.
—Sí, solo eso.
—Que simple lo haces sonar, Vanessa—dijo en voz baja.
—No, solo estoy razonando —suspiró y volvió a ponerse de pie —Creo que si ambos cooperamos podemos hacerlo.
—No lo sé...
—Prométeme que lo intentaremos —le pidió. Él tragó saliva y respiró profundamente.
—Te lo prometo...
—Muchas gracias —sonrió ella —Creo que... voy a ir a dormir.
—Sí, ha sido un largo día.
Vanessa se acercó a él y besó su frente.
—Hasta mañana —dijo para luego salir de allí.
Zayn se quedó en silencio, con los brazos sobre la mesada. Aquello apestaba. Era realmente una mier-da.
Si Hilary no volvía pronto entonces iba a volverse loco. Mañana mismo iba a llamarla para preguntarle cuando volvía. Necesitaba hablar con ella, necesitaba que supiera todo. Vanessa tenía razón al decir que era peor que Jesse.
Se puso de pie y se dirigió a la sala, para volver a sentarse frente al televisor. Encontró el DVD que le habían pasado hoy en su cumpleaños. Lo colocó para volver a mirarlo. Sonrió al volver a ver a su querido abuelo.
En ese momento lo necesitaba mucho. Alguien como él le podría decir que hacer, que camino tomar. Simón lo aconsejaría y lo ayudaría.
Se recostó y cerró los ojos. El juego que Vanessa le acababa de proponer jugar no le gustaba. No le gustaba tener que fingir, tener que ocultar sus sentimientos. Pero si ella era feliz con eso, entonces iba a esforzarse.
—No voy a enamorarme de ti, Zayn, olvídalo... Nadie va a volver a jugar con mis sentimientos.
Ojala ella comprendiera que él jamás le haría daño.


Camila.

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