—¿Por que se separaron? —inquiri, ellos compartieron una mirada significativa, una luz de esperanza se manifestó en mi corazón—, ¿los encontraron? —pregunte con un hilo de voz, Eric miró a Aarón, pero finalmente terminó por asentir, un jadeo se me escapó y cai de rodillas mientras las lágrimas llegaban a mi.

     —¿Están todos? —esta vez tenía miedo, pero volvieron a asentir—, gracias, gracias, gracias mundo, gracias dioses, gracias chicos —dije y los abracé mientras me levantaba—, ¿comprenderan si me voy?, quiero verlos, han sido tres semanas muy duras, yo...

     —Vanessa —me corto Aarón, lo mire—. Aún hay algo que no sabes.

     —¿Que? —demande, Eric volvió a darle un asentimiento a Aarón, este fue hacia su armario, lo abrió y saco un paquete largo, cubierto con una manta azul, en cuanto quitó ésta, una visión sorprendente apareció ante mis ojos—. Mis armas —susurre mientras tomaba mi arco y mi carjac, para confirmar que fueran mías, busque entre las flechas las que Daryl me había hecho y ahí estaban, cuatro con los detalles tan lindo que el habia tallado—, ¿como?

     —Eso no es todo —dijo Aarón, de un cajón saco una foto y me la tendió, yo la tome y mire la imagen, era de una tumba, y en ésta estaban recargadas mis armas.

     —¿Que significa esto?

     —Vanessa, es muy difícil decirte lo que te diré, pero lo favor, tranquila... Cuando fuimos por ti a la iglesia, no teníamos ni siquiera un día de haber encontrado una tumba con un nombre "Vanessa Stride", tenía las armas recargadas y una rosa blanca encima, pensamos lo peor, que tus amigos te habian encontrado, pero no como querían, de inmediato fuimos a buscarte y te encontramos.

     —No entiendo, ¿por que no me lo dijeron?

     —Te viste a ti misma —respondió Eric, le mire—. Estabas al límite, de haberte dicho eso, los habrías buscado con desesperación para probarles que estabas viva y ello sólo te habría llevado a la muerte. Prometimos ayudarte a buscar, porque no queríamos que nada malo te pasará.

     —¡Era mi decisión! —les reclame mientras dejaba mi arco—, y ahora, ¿como se supone que me paré delante de ellos?, ¿que les diré?, "Hola, no estoy muerta, ¿como han estado?"... ¿saben el tiempo que perdí volviendo todo el tiempo aquí?, horas valiosas. Tres semanas, tres semanas he estado lejos de ellos y sólo Dios sabe cuanto tiempo llevan creyéndome muerta.

     —Las mismas —me informó Aarón, lo mire—. Los hemos estado vigilando desde hace tres días, oímos todo... Les afecto tu muerte, te extrañan y...

     —¿Y qué?, ¿hay algo más?

     —Daryl —pronuncio su nombre, de inmediato, otra cosa me golpeó, ¿como le diría a él que estaba viva?, ¿como se lo tomaría?, ¿querría verme otra vez?—, él está mal, y no se como vaya a tomar la noticia, asi que quisimos hacer todo para tratar de crear un escenario donde la noticia no le fuera tan... caótica, como lo es para ti ahora.

     —¿Esta bien? —pregunte, sin importarme nada más por ahora, ellos asintieron.

     —Igual que el resto —dijo Eric, asentí, iba a volver a habla, pero un toquido en la puerta principal me interrumpió.

     —Yo iré... debieron de habermelo dicho, entiendo que sus intenciones eran buenas, pero... es mi vida, son mis amigos, yo puedo decidir también —les reclame mientras limpiaba mis lágrimas y cerraba la sudadera.

     Con el mundo a cuestas, baje las escaleras, nunca había pensado que tendría tan cerca a la vez tan lejos a mi familia, debía de encontrar un modo o algo de hacerles saber que estaba viva, sin que fuera tan directo, pues temía por su reacción, de seguro pensarían que los de Alexandria eran quienes me habían secuestrado y trataría de acabar con todas las personas del lugar. Con esa clase de pensamientos, abrí la puerta, fuera estaba Enid.

El Arquero del Fin del MundoWhere stories live. Discover now