—Tienes potencial, si mi madre te libera de ser su guardaespaldas, serás recibida en el de los exploradores —dijo, tome su mano, pero negué.

     —Prefiero no hacer planes tan a futuro, por ahora, estoy bien con lo que tengo —respondí.

     Disfrutando mi pequeño triunfo, termine en la armería con Olivia, tomando un poco de soda, en el poco tiempo que llevaba de tratarla, ya me agradaba. Pasados unos momentos sin interrupciones, se me ocurrió preguntar por el paradero de Enid.

     —Ella es así, a veces desaparece, me parece que sale... de hecho, me soprende que tu no hagas lo mismo, digo, evitar a la gente —comento y le dió un trago a su bebida.

     —Trato de hacerlo, pero Deanna me obligó a convivir con todos quienes pudiera, aunque unos me agradan, como tú, eres una buena persona —le dije, ella sonrió.

     —Y se ve que tu también eres una buena persona, aunque eres mi heroína luego de patearle el trasero a Aiden, te mueves muy bien —observo, yo negué y termine mi bebida.

     —El se mueve de manera predecible, incluso formal, pues los movimientos que yo ocupe son libres, así que no pudo con ellos. Algo malo, si es el encargado de ir en las expediciones, ¿ya ha perdido gente? —pregunte, ella asintió.

     —Cuatro hace no mucho —admitió, yo suspire y asentí.

     —No me sorprende —comente, justo en ese momento, otra persona llegó y tocó la puerta de la armería.

     —Olivia, Deanna te necesita, lleva un carrito, llegaron nuevas personas y necesita que recojas sus armas —le informó, yo me alarme y de inmediato me incorporé.

     —¿Los trajeron Aarón y Eric? —demande, él asintió—, ¿ellos han preguntado por mi?

     —No —respondió, yo asentí y me volví a sentar en la silla.

     —¿Que sucede? —me pregunto Olivia, yo negué, limpie una lágrima que estaba saliendo por mi ojo.

     —Si fueran mis amigos, ellos habrían venido corriendo a decírmelo, pero no es así...

     —Sera porque Eric esta lastimado, ahora mismo está en su casa —explico el tipo, me preocupe.

     —¿Que tiene?

     —No lo sé, pero parece que es grabé, entró cojeando —me informó, yo mire preocupada a Olivia.

     —Quiero ver a los nuevos, pero Eric... fueron por mi, yo...

     —Ve, yo veré a los nuevos, mas tarde te veré, en cuanto traiga las armas —dijo, yo asentí y le sonreí.

     —Gracias —respondí y salí corriendo de la armería, con dirección a la casa de los chicos.

     Apenas llegué, pude ver a Pete salir de la casa, llevaba su maletín, una ligera capa de sudor cubría su frente.

     —¿Como esta? —pregunte.

     —Se fracturó el tobillo, pero ya lo he inmovilizado, estará bien, necesita descanso —respondió, yo asentí y entre, de inmediato subí corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación, ahí Aarón le limpiaba las lágrimas que le habían salido del rostro—. Chicos...

     No perdí tiempo y fui a abrazarlos, era sorprendente, pero ya los podía considerar mis amigos luego de ayudarme a buscar a mi familia, ellos me devolvieron el abrazo.

     —¿Que te sucedió? —le pregunté a Eric cuando lo solte.

     —Me separé de Aarón e hice una tontería, termine con el pie debajo de una planta —respondió y rió, acaricié su cabeza con una mano y resople.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora