Cuando abrí la puerta de la cabina, maldije a Merle mentalmente, Carol me miro con un gesto divertido mientras se acomodaba en la torre.

     —A veces te arrepientes de haberlo salvado, ¿no? —pregunto en broma, no se como, Merle había conseguido agradarle a ella y al resto del grupo en poco tiempo, digo, una cosa es que a mi me agradará por ser hermano de quien me gusta, pero ellos no tenían pretexto, era algo interesante.

     —Ni te imaginas, ¿te parece que haga el primer turno? Si sucede algo, te grito —le propuse, ella asintió.

     —Perfecto, el darles clases a los niños es agotador, me vendría bien un descanso —dijo mientras se acomodaba en una pequeña, pero cómoda silla, hace menos de una semana, Rick le había dado la tarea de educar a los enanos de la prisión, no envidiaba su trabajo para nada.

     —De acuerdo, nos vemos en un rato —me despedí y salí de la cabina.

     Corrí rápidamente hacía la otra torre, ya me vengaría de Merle más tarde, de todos modos, casi siempre se me ocurría una treta infantil para molestarlo, con un poco de creatividad, estaríamos a mano.

      Subí otra vez las escaleras, pero esta vez de la otra torre correcta, en cuanto llegue, vi que Daryl estaba de espaldas, me quedé callada mirando las alas de su chaleco, una sonrisa traviesa cruzó por mis labios, sin duda alguna, en más de una ocasión, se las había ganado, era el ángel del grupo.

     —¡Hey!, Lamento la tardanza, pero Merle es el culpable —expliqué y me puse aún lado de él, miraba fijamente un lado de la reja, había caminantes lanzándose contra esta, supongo que por la actividad y vida que sentían.

     —¿Te ha mandado a otro lado?

     —A la torre de Carol, pero en fin, ya estoy aquí —dije y tome el rifle, revise la carga, estaba listo para las emergencias.

     —A todos parece irles bien, ¿no? Dentro de la prisión —comento y se giró a verme, yo asentí.

     —Si, es la primera vez que somos un grupo numeroso, y aunque no todos puedan defenderse, Rick ha logrado que colaboren a su manera —medite, sin duda alguna, el regreso de Rick como líder, había traído muchas cosas buenas, mire a Daryl de soslayo—, ¿hay algo que aún no te convenza?

     —Son muchos rostros nuevos, llega a ser algo confuso y problemático —le entendía, me pasaba igual, supongo que era cuestión de acostumbrarse.

     —Vamos, tranquilo —dije mientras le daba un pequeño puño en el hombro—, si logramos sobrevivir a muchos caminantes en el invierno, el confiar en caras nuevas no nos será problemático.

     —¿Cómo puedes confiar en ellos tan rápido? —pregunto, yo lo medite.

     —Supongo que trato de convencerme de que el mundo no ha cambiado tanto y que eso aún es posible.

     —Pero ha cambiado.

     —Y nosotros con él, ¿no es extraño? —pregunte mientras caminaba hacia la ventana—, nunca pensé estar en una prisión, con extraños que voy conociendo y amigos que se hicieron familia, sin embargo, mírame, aquí estoy. Sobrevivimos a un ataque de un demente y volvimos a poner de pie todo —comente, el claro ejemplo era la torre de vigilancia de la entrada y las otras dos, las habíamos arreglado lo mejor que pudimos, y allí estaban, siendonos útiles, en la que estábamos sólo cambiamos los vidrios por bolsas y mantas, pues estaban rotos.

     —En eso tienes razón, el grupo donde iniciamos se ha vuelto una familia —me concedió.

     —Con nuevos integrantes —añadí pensando en Judith, Michonne y, oficialmente desde hace unas semanas, Merle.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora