Consecuencias.

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No se cayó porque sus manos ayudaron a que no se rompiera la cara.

Rosé solo pudo mirar con horror, como el omega casi se caía por las escaleras, sintiendo un hueco tan grande en el estómago que se abrazo con fuerza incapaz de alejar aquella escalofriante sensación de estar a punto de ver a la persona de su vida, lastimarse gravemente.

-¿estás bien?

La pregunta era tonta, un poco ilógica, pero Rosé no sabía que decir, no sabía qué hacer, todo había sucedido tan rápido, tan peligrosamente que incluso su loba se encontraba ida mirando al omega, reincorporarse. El mareo había aumentado y Hoseok se había sostenido antes de romperse la cara.

-Estoy bien.

El silencio después de la respuesta fue como una ola gigante ahogando todo a su paso. Ninguno de los dos se movió o hizo algo, simplemente se quedaron ahí, reviviendo en silencio todo lo que acababa de suceder. Hoseok se sentó en uno d ellos escalones sosteniendo su cabeza con la mano derecha, Rosé se había acercado peor mantenía sus brazos a su alrededor, protegiéndose de algo.

¿Dónde se habían perdido? ¿Quién había sido el culpable? ¿Por qué nada era como lo habían planeado en sus mentes? ¿Dónde estaba el y vivieron felices por siempre? Porque no se sentía como si eso pudiera ser una realidad... la realidad es muy diferente, a nuestro mundo perfecto en nuestra mente.

Hoseok no sabía exactamente que debía suceder en aquel momento, si debían seguir hablando, si debían solo abrazarse y perdonarse, si debía irse, debía terminar todo ¿Qué se supone que debe de suceder cuando lastimas a la persona más especial de tu vida? ¿Quién debía disculparse? ¿Cómo se reconstruirían? ¿Se reconstruirían?

-Tienes hasta mañana para pensarlo, iré a descansar. -Hoseok se levantó, mordiéndose el labio, estaba a punto de seguir subiendo, pero la mano de Rosé lo detuvo.

-Debo curarte esa marca, está infectada. -El omega la miro sin ganas.

-No podrás curarla, si te preocupa, trae a Jackson o a Jimin. -La alfa soltó su mano y el omega termino de alejarse.

Rosé observo el lugar por donde se había ido y suspiro con tristeza, si tan solo ella no hubiera sido consumida por el orgullo y las ganas de lastimar como ella había sido lastimada, si su egoísmo no la hubiera cegado...si tan solo hubieran hablado.

Hablar

¿Por qué es tan difícil hacerlo? ¿Por qué era tan difícil hacerse responsable de sus errores? Porque era aceptar que no era perfecta, que no era del todo buena y que había fallado ¿A quién le gusta saberse equivocado? A nadie.

Salió de la casa, hacia la de Jackson, pensando en la marca infectada, en el pálido rostro de Hoseok, su cuerpo tan delgado, el dolor de su mirada, lo había roto, había roto lo que mas amaba y eso le dolía mas que todo.

-¿Qué nos hemos hecho bonito?

Destruirse.

Ambos.

Nunca fue la culpa de uno o de otro, fue de ambos y era tan difícil aceptar que aquella relación se fue construyendo sobre sus ideales y que se rompió por los mismos. Ella quería un amor bonito, de esos que parecían demasiado ficticios, donde se enamoran y viven felices para siempre, y el querer que Hoseok fuera como ese príncipe imaginario fue lo que no le permitió apreciar del todo al chico de cabello negro.

Hoseok, era sarcástico, refunfuñón y siempre tenía que estar discutiendo, demasiado independiente, pero atento y al pendiente de ella, se resistía a entregarse, pero se deshacía entre sus brazos. No era el príncipe imaginario y no era perfecto, pero eso justamente, era lo que la hacía volver una y otra vez a su hogar, porque claro, ella pudo irse con Kihyun y no regresar, claro, tuvo la opción, pero el lazo le recordaba a ese omega hecho a su medida de manera imperfecta.

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