La fiesta de la luna ámbar

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Volk, la tierra de los lobos, era una de las cinco tierras que se extendían por el mundo. El lugar tenía enormes extensiones de bosques, montañas y mar.

En Volk existían cuatro grandes clanes, Norte, Sur, Oeste y Este, cada uno ubicado en su respectivo punto cardinal, cada clan contaba con diez manadas, la manada principal era la encargada de representar al clan frente al Centro.

El Centro, era un hermoso y enorme castillo, en donde residía el consejo, conformado por los lobos viejos, que se encargaban de dar sabiduría a los líderes de cada clan para que lograran vivir en armonía.

Sin embargo, el centro también era el lugar donde se guardaba la historia de todos los clanes, donde residía la justicia y ahí también llevaban a cabo las festividades propias de cada una en las estaciones, las cuales duraban alrededor de una semana.

En primavera, celebraban la fiesta de la luna llena, aquella de color plateado que comenzaba el ciclo de un nuevo año y la iniciación oficial de los nuevos cachorros, el clan Sur se encargaba de ella.

En verano, celebraban la fiesta de la luna roja, aquella de un rojo intenso que denotaba días fértiles en los vientres de los omegas y las betas, pero también marcaba un periodo de emociones a flor de piel. Los líderes de los clanes siempre buscaban apaciguarlas porque podría desatarse alguna guerra, el clan Este tenía el mando de esta fecha.

En otoño, celebraban la fiesta de la luna ámbar, en la que se compartían justamente las cosechas, se agradecía con hermosas danzas y cintas de colores a Selene la diosa principal de los lobos, Oeste era el clan que se encargaba de llevar a cabo aquella hermosa ceremonia.

Por último, en invierno, se lleva a cabo la fiesta de la luna celeste, la que marcaba un tiempo de calma y prosperidad, donde hacían una gran fogata y compartían la historia de los primeros lobos, esta era la última del año y que se cerraba el ciclo. Norte siempre se encargaba de ella.

Cuarenta manadas de lobos se juntaban olvidando distinciones y festejando alegremente.

En estas fiestas también se celebraban las uniones lobunas ante todos los lobos de Volk y claro estas fiestas eran el lugar perfecto para encontrar pareja o como los románticos decían, el alma gemela, aquel o aquella destinado a ti, hecho para ti.

Y eso tenía a Hoseok muerto de miedo.

La fiesta de la luna ámbar se acercaba y él ya tenía diecinueve, había asistido exactamente a doce fiestas con todos los clanes y él no había encontrado a su alfa o beta destinado. Ser un omega de su edad y sin dueño, siendo el hijo menor del líder Alfa del clan Sur, con su hermana mayor unida a una omega y esperando al primer nieto, era mucha presión, una pena y una habladuría para las diez manadas que siempre estaban al pendiente de su vida.

Deja de usar supresores en las fiestas le dijo Taehyung su mejor amigo y casi hermano Cuando yo fui a mi primera fiesta, Jungkook me encontró en menos de un minuto

Hoseok no quería eso.

El llevaba esas doce fiestas olfateando discretamente a los alfas que le parecían su pareja destinada, pero por más que olfateaba y olfateaba a todos los chicos guapos de los otros clanes no lo encontraba.

-Quizá no tengo una pareja destinada. -se dijo mientras dejaba los supresores en la mesita de noche de su habitación.

-Hoseok vámonos. -dijo Hyojin, su madre desde la entrada de su cuarto.

-vámonos...


SUNSHINE🦖

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