Roto

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Sin duda ese no era el escenario de sus sueños y Yoongi no sabía qué hacer.

Había corrido como un desquiciado cuando Shownu lo había encontrado, su lobo le pedía que corriera a proteger a su cachorro y aunque su parte humana aún seguía en estado de shock por la veracidad de aquel liquido blanco, corrió al punto que el corazón le zumbaba en sus oídos y los pulmones le dolían.

Necesitaba apurarse.

Su primera impresión al llegar a la casa de su hermana, fue ver a Jin tendido en el suelo de Rosé, pálido, sudoroso, demacrado, el omega que alguna vez amo, lucía peor que como lo había dejado unos dias atrás, casi podía deslumbrar el aura de muerte rodeando a su primer amor y sintió una arcada por el excesivo cansancio y la escena en sí.

Te dije que el único lastimado seria yo.

Eso había dicho Jin antes de irse aquella tarde para comprobar su paternidad.

Te dije que era una mala idea.

El alfa solo se rompió un poco más por el terrible monstruo que comenzaba a consumirlo es decir; la culpa, había roto a dos personas maravillosas, al punto de que ambas estaban físicamente heridas y él...él estaba ileso, ni un rasguño, ni un dolor le recorría el cuerpo.

—Yoongi—titubeo el omega cuando logró ubicarlo —Yoongi—le suplico, pero el alfa negó con la cabeza y un poco más recompuesto subió las escaleras para ver a su omega, sin mirar al otro que aun esperaba alguna migaja del amor que se juraron tener.

Jin se rio tanto, que volvió a orinarse, literalmente.

Había elegido y no era él, maldición, nunca fue él.

Yoongi se aproximó a la habitación donde aguardaba un Jimin envuelto en su aroma, el omega supo que había llegado antes de que entrará, pues un escalofrió recorrió su cuerpo, añorando el calor ajeno, el aroma a menta lo envolvía, pero no era suficiente, necesitaba al portador de aquel aroma.

El instinto era el que guiaba aquel deseo.

Porque él no estaba a gusto como otras veces, ese aroma se sentía ajeno, aunque necesario, sabía que era por su cachorro, que ese chiquitín era el que necesitaba el aroma de su padre para sentirse protegido, su lobo ni siquiera buscaba acurrucarse entre la ropa del alfa, porque ya no se sentía como su lugar favorito, ya no se sentía suyo, aunque le perteneciera.

Lobo y humano tenían en claro que Yoongi era solo un elemento necesario para que su cachorro estuviera bien, solo eso.

¿Lo amaba? Quizá, ya no estaba seguro de si eso era amor.

¿Lo necesitaba? Si, pero por el cachorro.

¿Lo odiaba? Si y mucho, pero se odiaba más así mismo.

¿Lo perdonaría? No, no podría hacerlo.

La escena del frasco rompiéndose se repetía en su mente, una y otra vez, su corazón se contraía dolorosamente contra su pecho, ante esa imagen, no estaba seguro de haber experimentado un dolor igual en su corta existencia.

Una sonrisa amarga se forma en sus bonitos labios, unas semanas atrás, ese aroma llenaría su corazón de calidez, sus latidos serían rápidos y la sensación burbujeante estaría en la boca de su estómago, pero ante los brazos del alfa que acababa de llegar y que por fin se decidía a acostarse y abrazar con fuerza su espalda, solo podía sentir un vacío, esos brazos hubieran sido el lugar perfecto para perderse, hubiera sentido la gloria con ese beso que el alfa dejaba en la marca de su cuello, pero ya no.

MI Bonito 💗Where stories live. Discover now