Falsa Calma

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El azul de cielo se perdía entre el azul del lago, no había un arriba o un abajo, era solo una infinita calma, su respiración estaba entrecortada, el aire frio llenaba sus pulmones y la brisa del agua mojaba un poco su rostro, quizá ese azul solo significaba que se acercaba una tormenta, quizá era una falsa calma, pero de algún modo su cuerpo se sentía sereno, lleno de la paz que extrañaba.

Ese azul le recordaba tanto a su infancia y la inocencia de la misma.

Y extrañaba eso, la inocencia, la ignorancia pura, la felicidad que podía resumirse a bebidas frías, los pies sumergiéndose en la cálida arena o el sol abrazador tostando su piel dorada. Esos años parecían tan lejanos y cercanos al miso tiempo, había crecido rápido, demasiado para su gusto y su cuerpo se había llenado de cicatrices que no entendía como sanarlas.

Deseaba tener una respuesta clara de como sanar esa parte que había descubierto, deseaba dejar que la falsa calma borrara por un segundo aquellos labios ultrajando, aquellas manos profanando, tomo otro respiro y cerro los ojos, porque realmente ya no quería pensar en eso.

Un par de brazos delgados, rodearon su cintura, una respiración acelerada se refugiaba en su cuello, logrando que su corazón latiera rápidamente. Las manos de Hoseok tomaron las de Rosé y las acaricio con suavidad, intentando tranquilizar la agitación de su alfa, podía sentir como ambos corazones latían al mismo ritmo desenfrenado.

—¿mejor? —preguntó cuando ella solo se acurruco en su espalda y lo apretó más fuerte, como si tuviera miedo de que se fuera.

—¿He sido muy bruta? —Hoseok sonrió y giro un poco la cabeza para ver el cabello negro enmarañado, Rosé alzo la vista un poco y se encontró con el rostro de su omega.

—Si por bruta te refieres a ti corriendo como una loba loca y rabiosa, quizá sí. —la alfa volvió a esconder su rostro en la espalda de su bonito.

—Tengo miedo bonito. —confesó.

—¿De qué?

—De que alguien te lastime—el omega suspiro intranquilo— de que alguien si quiera se le ocurra ponerte un dedo encima y no esté ahí para impedirlo, tengo miedo porque no puedo sentirte, no sé lo que sientes o donde estás y eso me aterra, me siento ciega, perdida y es mi maldita culpa hacernos tan vulnerables—Hoseok giro para abrazarla de frente, la loba aun estaba con la cabeza gacha, aun sumida en la verdad que habían descubierto unos dias atrás. —estoy aterrada Hoseok, ¿Y si nunca vuelvo a sentirte? ¿Y si nuestro lazo se pierde para siempre? Y luego está ella, me da miedo que ella siga atormentándote...de que venga a buscarte y te reclame...

—no lo hará—Hoseok tomo el rostro de Rosé entre sus manos y acaricio sus mejillas con sus pulgares— tu estarás aquí para transformarte en loba rabiosa y desagarrarle el cuello. —la loba esbozo una sonrisa torcida.

—Ni si quiera puedo sentir si estas en peligro ¿Cómo podre cuidarte?

—Tendrás que vigilarme todo el tiempo en ese caso, no me molestaría tener tus ojos encima de mi todo el día. —el omega levantó sus cejas, sugerente, como ella solía hacer, intentando desviar la atención de la alfa, pero ella aun era consumida por la culpa.

—¿Y si ...? —los pulgares de Hoseok impidieron que dijera una palabra más, Rosé hizo un puchero adorable que le hizo sentir mariposas en la boca del estómago.

—Recuperaremos nuestro lazo, lo haremos.

Se miraron un largo instante, siendo el azul, siendo la falsa calma del otro, porque ninguno de los dos tenía la certeza, porque la posibilidad de no volver a estar unidos, danzaba sobre ellos de manera burlesca, aguardando por devorarlos y los lobos sentían una oscuridad que los apartaba lentamente, tan lejos y tan cerca, la sensación de una ola que nace antes de conocer la orilla del mar.

MI Bonito 💗Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin