Hoy era nuestro segundo día en la casa fortificada, por lo que iría a buscar provisiones con Daryl, por cierto, mi relación con él iba mejor, claro que sintió curiosidad por mi actitud distante con él, para mi fortuna pude decir que estaba de ese humor por mi período, el cual, como si se burlará, me llegó en esa misma semana, era un horror tener el olor de sangre tras de ti, parecía un imán para los caminantes, en fin, como era un tema femenino, se lo creyó y lo dejo por la paz, desde ese momento me di cuenta de que tenía un punto débil en esa gran armadura: las mujeres. Yo lograba ponerlo nervioso, incómodo o incluso sonrojarlo, de vez en cuando le hacía pequeñas bromas coquetas, él me ignoraba, pero ya sus mejillas se teñían de rojo, se veía adorable así, cuando Carol descubrió el porque yo hacia esas bromas, comenzó a unirseme, Daryl no tenía más remedio que dejarse, aunque estoy segura que de haber sido hombres, nos habría pateado el trasero. Del lado de mi enamoramiento... Pues creo que estaba controlado,ya no actuaba nerviosa, el hacerle ese tipo de bromas me ayudaba a decirle, de uno u otro modo, la verdad, y sus reacciones no eran tan malas a veces, no guardaba la esperanza de que algo sucediera, pero por lo menos suponía que cuando dejará de importarme de esa manera, se lo tomaría a bien.

     Volviendo a la realidad, saque de uno de los armarios de la casa un poco de ropa, estaba lloviendo, por lo que necesitaríamos ropa abrigadora o un cambio para movernos por provisiones, en el interior del armario no habia mucho por elegir, así que tome un pants gris oscuro y una sudadera negra, también me tuve que cambiar mis botas, ya que el tacón hacía mucho ruido y me había dado cuenta de que atraía a los caminantes ese pequeño claqueteo. Sintiéndome una abominación en contra de todo lo femenino y la moda, me quite mi ropa sudada y llena de lodo, además de mojada, termine desnuda frente a un espejo, la lluvia habia limpiado un poco mi cuerpo, pero mis brazos seguían algo sucios y mi cabello hecho un asco, la única ventaja era que seguía teniendo un poco de curvas, no tan prominentes como antes, pero discretas, mire mis costillas, aún no se veían, eso también era bueno, seguía en un buen estado de salud.

     Mire mi ropa interior, estaba hecha un asco, por lo que no me la pondría de nuevo, en mi excursión con Daryl buscaría una muda nueva, y también algo de ropa prenatal para Lori, ya estaba por entrar a su primer trimestre, en cuestión de nada, su vientre estaría por estallar. Sin nada debajo, me puse la sudadera y luego el pants, también unas zapatillas negras, me mire en el espejo, parecía una vagabunda reciente, la sudadera era unas dos tallas más grande que la mía, el pants era lo único que me venía bien, me mire una última vez en el espejo y baje a la sala, donde Daryl me esperaba.

     En la entrada estaba él, no se había cambiado nada, seguía con la ropa sucia y mojada, sonreí, era típico de él.

     —Wow, asaltaste una tienda de modas —bromeó Carol mientras caminaba hacia Daryl.

     —Ya sabes, tenía que estar de muerte para mi excursión.

     —Cuidado, Daryl, de seguro lleva una sorpresa debajo de eso y planea ocuparla contra ti —le dijo, me sorprendió riendo, me uní a él, ay, Carol, si supieras que no llevo nada debajo... Olvídalo, de seguro tendrías material para más bromas.

     —La sabré manejar —respondió.

     —Bien, tomen éstas provisiones, no son muchas, pero si suficientes —dijo y me dió una bolsa, la abrí, había una comida, relativamente completa y una poca de fruta, sabía que la fruta era para mí, asentí y le dirigí una mirada de agradecimiento a Carol, seguía cumpliendo su promesa.

     —Perfecto, nos vemos más tarde, cuiden a Lori, por favor —pedí, ella asintió.

     —Tranquila, cariño, la dulce Carol sabe lo que hace —me respondió, yo reí, una mujer con un arma en la cintura podía ser todo, menos dulce.

El Arquero del Fin del MundoWhere stories live. Discover now