- ¿Quieres llamar desde el mío?

- No me lo sé de memoria...- se mordió el labio molesta.

Luke la miró con el ceño fruncido sin saber muy bien qué hacer, podría dejarla ahí tirada, sería muy gracioso, pero por otro lado algo le decía que pensara con claridad el asunto que tenía entre manos. Y así fue, de repente una bombilla se encendió en su cabeza y una media sonrisa apareció en su cara.

- Yo te llevo. Tengo el coche fuera aparcado.

- ¿Qué?- preguntó pestañeando varias veces seguidas sin creérselo.

- Como no aceptes ya juro que este arrebato amable se esfumará en menos de lo que puedas imaginarte.- la miró enarcando una ceja con los brazos cruzados.- Además, no tengo paraguas y tú sí.

Sin duda para Ally esto estaba siendo cada vez más raro. Primero la protegía de los rayos y ahora la llevaba a casa, se sentía como si estuviera soñando y al despertarse el Luke capullo e imbécil volvería, pero por suerte o por desgracia eso no era así, no era un sueño y lo que estaba escuchando era real.

- Vale, venga vámonos ya, quiero llegar a casa cuanto antes y encerrarme en mi cuarto con la música a todo volumen.

Dicho eso sacó su paraguas y lo abrió al salir. Al ser más bajita, Luke cogió el paraguas y la dirigió hasta su coche sin decir palabra.

- Como sigas apretándome tanto el brazo vas a acabar arrancándomelo.- dijo Luke entre risas.

- Per-perdón.- se disculpó Ally notando como sus mejillas se volvían rojas debido a la vergüenza.

Llegaron al coche a paso rápido y Luke esperó a que Ally entrara en el asiento copiloto para dirigirse él al del conductor. Cuando entró en él cogió todo el aire que pudo y lo expulsó con un gran suspiro. Tras eso miró a Ally, la cual estaba algo encogida mirando todo el interior del coche, se la notaba tensa y nerviosa.

- Tranquila, no voy a secuestrarte ni nada si es lo que piensas, gafitas.- dijo entre risas mientras arrancaba el motor.

- Imbécil.- frunció el ceño.- Solo estaba mirando el coche. Es muy nuevo y parece bastante caro...

- Regalo de cumpleaños.- se encogió de hombros como si fuera la cosa más normal del mundo.- Al cumplir 18 me lo regalaron.

- Lo dices como si fuera un regalo cualquiera.- abrió los ojos como platos.- ¡Es un Mercedes deportivo!

- Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerdes, sé bien de que marca es mi coche, dulzura.

- Eres estúpido... Y a mí no me llames así, Luke.- le señaló con el dedo molesta.

Al notarlo Luke giró el coche y paró a un lado de la calle por la que circulaban para mirar a Ally fijamente. Ella por el contrario no se esperaba que este parara el coche y sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Le apetecía divertirse.

-¿Cómo quieres que no te llame, dulzura? - dijo burlón acercándose a ella poco a poco sin borrar su sonrisa.

- Así, no me llames así.- contestó Ally sin moverse y seria.

- ¿Así... Cómo?- repitió sin moverse con la voz ronca.

Se había inclinado hacia Ally acortando distancia para así intimidarla, le encantaba ver lo vulnerable que era cuando todas sus defensas habían bajado debido al pánico que tenía a las tormentas. Muchos puntos a su favor para divertirse a su costa.

- ¡Quítate de encima!- gritó empujándolo con ambas manos.

- Vaya, de nuevo la gatita saca las garras grrrrr.- enarcó una ceja muy divertido.

La Sombra de las Estrellas [Luke Hemmings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora