Capítulo 63: Panorama no romántico

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—No es cierto —comentó Adán desde el pasillo que venía con su hermana en brazos—, estamos despiertos y no, no nos molesta que Gianluca esté aquí.

—¿Cuánto rato llevan ahí parados?

—Recién llegamos, no estábamos escuchando. No nos interesan los temas de viejos.

—¿A quién le dices vieja? Vieja tu bicicleta, nosotros estamos en la flor de la vida.

Gianluca y Adán no pudieron evitar largar a reír luego de eso, seguidos por Cielo que no entendía nada pero le hacía gracia igual. A Lexie no le quedó más que reír también, a pesar de que unos momentos antes haya estado llorando. La pequeña fue hasta donde el médico para saludarlo con un gran abrazo y se quedó sentada en medio de los dos adultos sin intención de marcharse. El chico se encogió de hombros y se acomodó en el sillón del lado, al parecer hasta ahí había llegado el momento romántico de Lexie y Gianluca.

—¿Por qué no están durmiendo? —pregunto ella—. Es tarde.

—Son vacaciones y no es tan tarde... Y Cielo no podía dormir.

La rubia y el médico se miraron por unos segundos y luego, como si estuviesen sincronizados, ambos se encogieron de hombros con una sonrisa.

—¿Qué les parece ver una película? —preguntó Gianluca sin saber qué más hacer, Cielo asintió con emoción y Adán solo se encogió de hombros.

—Por mí está bien —comentó el chico.

—¿Cuál quieren ver?

—¡La de Rapunzel! —exclamó Cielo.

—¡Sí! —apoyó su madre haciendo reír a su novio y a su hijo llevarse una mano a la cabeza.

—No, por favor, otra vez no —el chico miró a Gianluca en busca de apoyo, aunque estaba claro que no les llevaría la contraria, quería intentar ponerlo de su lado—. Se saben la película de memoria, se saben todos los diálogos, las canciones. ¡Hasta yo me las sé por culpa de ellas! —luego apuntó solo a su madre—. Y terminará llorando desconsoladamente.

—¡Eso no es cierto!

—Siempre empiezas a llorar desde que ella se desilusiona de él y no dejas de hacerlo hasta unos veinte minutos después de que aparezcan los créditos.

—Está bien —accedió Lexie—, veremos otra.

—¿Los minions? —preguntó Cielo hacia su hermano, Adán puso los ojos en blanco porque esa era otra película que habían visto mil veces pero esta vez sonrió.

—Los minions será.

—Haré palomitas de maíz —la rubia se levantó emocionada y los tres la quedaron mirando extrañados—. Las pondré en el microondas por dos minutos, ¿qué creían?

Gianluca se levantó para ayudarla o acompañarla y luego volvieron a acomodarse en el sillón como estaban con Cielo en medio. La pequeña se quedó dormida en mitad de la película y Adán se fue a su habitación cuando recibió una llamada que debía ser de la novia. Pudieron haber cortado la película ahí, ya que ninguno de los niños estaban presentes pero no lo hicieron. Lexie la puso en pausa para ir a acostar a Cielo y luego volvió, se acurrucó al lado de su novio y terminaron de ver esa película animada como si fuera el panorama más romántico de la vida.

Una vez que terminó, ambos se fueron a la habitación de Lexie y se acomodaron en la cama. Abrazados comenzaron a tener una de esas largas conversaciones que solían tener a veces, de esas en las que imaginaban todo un futuro juntos, un futuro en el que todo era demasiado feliz. Todas las cosas que les gustaría hacer, todos los viajes, planeaban estar juntos para siempre sin importarles lo que el resto pudiera decir o pensar.

Se durmieron cerca de las tres de la mañana cuando ya no pudieron más del sueño y estuvieron así hasta aproximadamente las siete cuando Gianluca se movió para levantarse.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó una somnolienta Lexie con el pelo todo desordenado y los ojos brillosos.

—Me voy a casa antes de que despierten los niños —se acercó para besar su frente—. Sigue durmiendo, te llamo en la tarde.

—Pero si ellos saben que te quedaste.

—Sí, pero el tema aún es sensible y no quiero que se sientan pasados a llevar. Además, me tengo que ir a preparar para un hermoso turno de ocho horas en la clínica.

—Te voy a dejar a la puerta, entonces.

—No, no te preocupes —le dio otro beso, esta vez en los labios—. Sigue durmiendo que es demasiado temprano.

Lexie asintió, todavía no estaba del todo despierta y ni notó cuando su novio salió de la habitación. Unas horas más tarde, cuando realmente despertó, extrañó verlo a su lado pero al ver su teléfono se dio cuenta de que le había enviado un mensaje de buenos días hacía unos veinte minutos como si hubiese adivinado la hora a la que despertaría. Se sintió un poco culpable por haberlo hecho trasnochar antes de un turno pero a él no parecía importarle.

Luego de responder el mensaje, salió de su habitación para ver si sus hijos ya estaban despiertos y los encontró con Nick en el sillón viendo televisión, cada uno con un plato de cereal en la mano. Lexie sonrío y se encogió de hombros antes de ir a la cocina a sacar un plato de cereales también para ella. Se acomodó en el sillón del lado y ahí se quedaron durante varios minutos viendo un programa animado.

Una vez que terminó el capítulo, Lexie le pidió a los niños si es que podían volver a sus habitaciones ya que ella debía hablar algo importante con su padre. Estos obedecieron y los dejaron solos. La rubia no sabía cómo empezar así que decidió ir directamente al grano, no tenía planeado ser tan directa pero apenas abrió la boca todo salió disparado.

—¿Quieres volver a vivir acá?

Acto seguido, Nick se atragantó con uno de los cereales y comenzó a toser descontroladamente. Lexie intentaba ayudarlo sin resultado hasta que por fin dejó de hacerlo y su cara dejó de estar de color rojo. Definitivamente, no se esperaba una propuesta como esa. 

La vida sucede (LIH#1)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang