Capítulo 51: Aniversario

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Lexie se encontraba sujetando la mano de su pequeña mientras ambas estaban en la sala de quimioterapia. De vez en cuando, Cielo estrangulaba involuntariamente la mano de su madre debido al dolor que sentía una vez que el líquido se adentraba en su cuerpo. Su cabello se había caído completamente, ya que había pasado nueve sesiones de tratamiento y era inevitable. En un principio, no quería que su madre le cortara el poco cabello que le quedaba pero después de un tiempo aceptó porque era molesto y triste encontrar su cabello repartido por todos lados.

Hacía cuatro meses que Lexie se había reencontrado con su hermana y las cosas parecían ir muy bien, la relación hermana-hermana parecía no haberse visto afectada por el tiempo que estuvieron separadas y era increíble, considerando todos los años en que no se vieron. Isabella estaba siendo un pilar fundamental en la vida de Lexie y no había día en que no la acompañara a ellas ni a sus sobrinos, a veces hasta hacía de niñera cuando se daba cuenta de que su hermana necesitaba un descanso y despejarse, ya fuera con su novio o alguna amiga.

Una vez la sesión hubo terminado, Lexie acomodó a Cielo en el asiento trasero y encendió el auto. Sin quererlo su mente voló hacia Gianluca, su novio al que no veía hace una semana ni tampoco había hablado tan seguido por teléfono, lo que era muy extraño ya que él no desaprovechaba oportunidad de escuchar su voz aunque fuera solo por unos minutos y ella lo sabía muy bien. Con evidente preocupación, comenzó a preguntarse si tal vez ella había hecho algo que lo molestó en los últimos meses pero llegó a la conclusión de que todo había estado bien hasta hace unos días o eso creía ella.

«Tal vez ya se aburrió de mí», pensó con tristeza aunque luego se regañó por eso, ¿es que acaso no le quedaba claro todo lo que la quería? ¿Después de todo lo que había hecho por ella?

Definitivamente, sus suposiciones no la llevarían a ninguna parte por lo que decidió que le pediría a su hermana que cuidará a Cielo un rato antes de que llegara Nick y lo iría a buscar. Se sintió un poco culpable al haber demorado tanto en tomar la decisión ya que sabía que si ella se hubiese apartado, él no habría demorado más de unas horas en estar en su puerta preguntando qué era lo que iba mal.

Esa noche, como todos los viernes antes de que Cielo enfermara, los niños la pasarían en casa de Nick. Querían que todo fuera más o menos igual que antes, con la única diferencia de que ahora Lexie los acompañaba la mayor parte del tiempo. Solo que ese día, se había prometido que estaría con su novio y su familia lo entendería; después de todo, también merecía un poco de intimidad y tranquilidad luego de la agitada semana.

Hacía aproximadamente tres semanas, Cielo había vuelto al colegio por petición de ella. No quería perder más clases y afirmaba que extrañaba a sus compañeros, Lexie dudó mucho ya que pensaba que podía pasarle cualquier cosa pero terminó accediendo ya que entre Nick y Gianluca —hablando como médico de Cielo, no como novio— la convencieron de que lo mejor era que Cielo continuara con su vida y eso le serviría para despejarse ya que estar todo el día encerrada en la casa tampoco ayudaba.

***

—¡Lexie! —Giovanna la recibió con entusiasmo apenas abrió la puerta aunque la sonrisa que le mostraba no llegaba hasta sus ojos, no la conocía tan bien pero al igual que con su hermano era evidente cuando algo la preocupaba—. Tanto tiempo sin verte.

Le dio un abrazo y Lexie se lo respondió, nunca fue una persona amante de los gestos de cariño pero esa vez lo necesitaba. Si bien, en esos meses había logrado levantar una muralla para permanecer firme, aún existían grietas que amenazaban con tirar todo su esfuerzo a la basura.

Giovanna la hizo pasar y se acomodaron en el sillón de la sala.

—¿Cómo has estado? —preguntó Lexie—. ¿Y Oliver?

—Bien, creo que estoy aprendiendo al fin cómo ser una buena madre. Al menos ya no llora cada vez que me acerco —se pasó una mano por la cabeza con exageración—. Te juro que en un momento llegué a plantearme qué tan fea era como para que llorara cada vez que me veía, pero ahora ya no lo hace así que supongo que he vuelto a ser bonita.

—Los bebés son impredecibles y nadie nace sabiendo cómo ser madre. Con Adán fue difícil, imagínate que tenía quince años y terminaba llorando con él cada vez que no sabía lo que le pasaba. Fui objeto de burlas por varios años en la casa de Nick.

—Entonces, ¿es algo normal llorar cuando el bebé llora? —preguntó esta sorprendida—. Porque créeme que lo he hecho... Muchas veces.

—No sé si será normal pero a mi me pasó y creo que a Jo también.

—Es un alivio. Creí que estaba loca y Luca también.

—Hablando de él, ¿sabes dónde está? —comenzó Lexie encontrando el momento exacto para preguntar a lo que iba desde un principio—. Lo he estado llamando y no contesta, tampoco lo veo hace más o menos una semana, es muy extraño.

Mmm...

Ese titubeo por parte de la hermana de su novio no la dejó para nada tranquila, sabía que algo no estaba bien y tenía que averiguar qué era lo que pasaba con su novio.

—¿Mmm qué? ¿Me está evitando? —se apresuró a pensar y Giovanna negó con la cabeza pero tampoco respondió nada—. Entonces, ¿qué pasa?

—No te está evitando, solo necesita un poco de espacio —se dio cuenta de que sonaba mejor en su mente que en voz alta y se apresuró a aclarar—. No de ti, sino de todos. Sí te contó que se está tratando con un psiquiatra por todo lo que la muerte de Irina le provocó, ¿no? —Lexie asintió solo moviendo la cabeza, unos meses atrás, Gianluca se lo había confesado—. Bueno, no sé si sea yo la que tenga que decírtelo pero Luca está en esos días malos en que piensa que nada le saldrá bien, esta es una semana de mierda todos los años y ningún tratamiento que él tome podrá cambiarlo. Por esta fecha se aleja de todos, mañana es el cumpleaños de Venecia y...

—El aniversario de la muerte de Irina —terminó la frase por ella entendiendo a la perfección lo que estaba pasando el médico.

—Él fingirá que está bien como todos los años por Venecia. Pero yo lo conozco demasiado y sé que por dentro se estará destruyendo, que después de que piense que todos estamos durmiendo, llorará y golpeará cosas con furia preguntándose por qué la vida le arrebató a la madre de su hija. Creo que sufre más porque Venecia nunca podrá conocer a su madre que por él mismo, siempre dejará su dolor de lado y eso lo destruye todavía más. Me molesta no poder hacer nada por ayudarlo a superar esto de una vez por todas.

—¿Sabes dónde está ahora?

—No, se aísla y sale de casa hasta altas horas, aquí es difícil saber a dónde puede estar. En Italia lo encontraba en un par de horas ya que sabía los lugares que frecuentaba pero aquí se me hace casi imposible, ni siquiera puedo ir al supermercado sin perderme.

—¿Te molesta que lo espere aquí?

—Por supuesto que no, aunque no sé si sea una muy buena idea. No sé si puedas soportar verlo así y tal vez no reaccione como el príncipe que siempre ha sido contigo. El dolor suele nublar a las personas.

—Eso es lo que menos me importa —le sonrió con sinceridad—, él ha estado en mis peores momentos y créeme cuando te digo que ha evitado que toque fondo muchas veces. Es momento de que yo haga mi parte y estaré para él siempre que me necesite así como él me ha demostrado que estará para mí.

—Eres una mujer increíble, Lexie. Agradezco cada día que mi hermano te haya encontrado ya que no sé qué habría sido de él en esta ciudad sin el soporte que le has proporcionado. Siempre te estaré agradecida.

—No debes agradecer nada. Y tú también puedes contar conmigo para lo que sea, sabes que con solo una llamada basta aunque sea solo para hablar de pañales sucios.

—Eres un ángel —se abalanzó sobre ella y la abrazó con fuerza otra vez—. Nunca terminaré de agradecerte todo.

Lexie nunca pensó que ella podría convertirse también en un soporte para su novio pero se sentía bien de poder hacerlo, de sentirse útil para algo porque últimamente sentía que era una carga para todos. Le partía el corazón escuchar que Gianluca estaba sufriendo pero estaba convencida y se prometió en ese mismo momento que haría todo lo que estuviera a su alcance para que su novio saliera de ese agujero tan profundo en el que se encontraba.

La vida sucede (LIH#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora