Capítulo 80: Decisiones difíciles

4.5K 377 32
                                    

Jo por primera vez en años, no sabía qué hacer para que su amiga dejara de llorar. Estaba devastada, no sabía qué sería de ella en los próximos meses ni cómo enfrentaría todo eso.

—No puede ser una niña, Jo —sollozaba en el hombro de su amiga—. No puede. Le estoy fallando a mi hija, le estoy fallando a Cielo una vez más.

—No le estás fallando a nadie, este bebé no reemplazará a Cielo y lo sabes muy bien, pero tal vez sea esa luz que tanto necesitas, que todos necesitamos.

—Nick no me lo va a perdonar jamás y Adán tampoco.

—Sí lo harán, no traicionaste a nadie. Ese bebé está dentro de ti mucho antes de que con Nick se dieran la nueva oportunidad así que no pueden recriminártelo, va a ser difícil aceptarlo tal vez, pero no tienes ninguna culpa.

—No sé cómo seguir con esto.

—¿Cuándo se lo dirás a Gianluca? —Lexie apartó la mirada y Jo entendió perfectamente lo que estaba pensando su amiga—. ¡No puedes ocultárselo! ¿No recuerdas lo que pasó por ocultarle el embarazo de Adán a Nick? Porque créeme que yo sí que lo recuerdo, casi no te logro sacar de ese agujero.

—Tengo miedo, Jo. Él terminó nuestra relación hace seis meses, no fui yo, no puedo aparecerme en su puerta y decirle: «hola, adivina qué, vamos a tener un hijo». No me va a creer que es de él y no puedo soportar esa mirada de desconfianza, no en él.

—Lex, ese hombre daría su vida por ti. Si te dejó ir fue porque pensó que tu felicidad estaba con Nick sin importarle la suya, dime ¿quién en su sano juicio hace eso?

—Pero yo le di la razón al volver con Nick.

—Te voy a hacer una pregunta, Lex, porque sé que ahora tú mente está más clara sobre eso que la última vez que pregunté y sé que esa confusión dentro de tu cabeza ya no existe. Estoy segura de que los amas a los dos y lo entiendo, pero también sé que solo estás enamorada de uno y no influye en nada quién sea el padre de ese bebé. Así que, amiga mía, sé sincera conmigo y contigo misma cuando te pregunte, ¿de quién estás enamorada realmente?

La respuesta le llegó a la cabeza sin tener que pensarlo un segundo pero no se atrevía a decirlo en voz alta. No estaba segura de si era lo correcto o no pero sabía que su amiga tenía razón, a ambos los amaba con toda el alma pero a uno como amigo y al otro como al amor de su vida. No había forma de negarlo.

—Gianluca.

—Siempre lo supe, solo estaba esperando a que te dieras cuenta.

—No puedo estar con él. No soportaría que me rechace una vez más.

—¡Dios mío! —su amiga dio un gran suspiro y puso los ojos en blanco antes de volver a abrazarla—. Vamos a tener que hacer un largo trabajo contigo, Alexia Brooks.

***

Pasaron un par de semanas antes de que Lexie se hiciera la idea de lo que estaba pasando pero seguía aferrada a la idea de no decirle a nadie todavía sobre su estado. Habían pasado recién el día en que Cielo cumpliría siete años y no estaba preparada para hacerlo.

A pesar de eso, se comenzó a cuidar otra vez para sorpresa de los hombres con los que vivía, se alimentaba en las horas correspondientes aunque en poca cantidad aún porque no era conveniente que comiera demasiado después de tantos días de ayuno. Ninguno entendía la razón de eso pero estaban aliviados, algo había pasado para que Lexie se diera cuenta de que tenía que vivir y mientras siguiera así, todo iba a estar bien.

Por las noches, ya sola en su habitación, Lexie adoptó la costumbre de acariciarse la pancita apenas redondeada y hablarle a su bebé. Le solía hablar de Cielo con todo detalle y estaba segura de que cada vez que la mencionaba, sentía una pequeñas pataditas, como si se alegrara de escuchar cosas sobre la hermana que nunca llegaría a conocer pero que siempre estaría presente en su vida.

La vida sucede (LIH#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora