290. Halena Volverá

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Los precipitados pasos de Luna resonaron por todo el largo pasillo de la última planta de la imponente Torre de Polis que la Heda de los Catorce Clanes y su consorte el Príncipe Roan de Azgeda, ocupaban allí. 

Su preocupación se había acrecentado con el paso de las horas, dejar a Lexa en manos de la sanadora le había costado un mundo ahora que ambas habían vuelto a reencontrarse pero no podía ignorar del todo el motivo que le había llevado hasta allí. Su gente necesitaba ayuda, la necesitaba a ella y Luna no podía eludir la responsabilidad y el deber que tenía para con ellos.

Derrick había partido hacia la plataforma a petición de ella primero para tranquilizarles y segundo para prepararles para el cambio. Lexa había prometido conceder tierras a su gente y protección si a cambio ella buscaba a su hija, Luna había prometido encontrarla pero se veía incapaz de abandonar a Lexa en aquellos momentos sabiendo el mal momento que estaba atravesando.

Cuando Luna llegó a la puerta de las estancias privadas de Heda y abrió directamente temiendo encontrarse lo peor tal como le habían advertido que encontraría se quedo de lo más parada ante la escena. 

Lexa estaba sentada a la mesa, el largo y ondulado cabello por la humedad de la pasada fiebre le caía a un lado ocultando la cicatriz obsequio de su madre y el largo camisón negro caía sobre sus hombros con gracia mientras cortaba un pedacito de deliciosa carne y se lo llevaba a los labios comiendo con apetito.

Nada más elevar la vista de su plató y enfrentar los ojos de Luna, Lexa la miró apaciblemente tomando la copa para beber algo más de néctar y volver a dejarla sobre la mesa.

—Luna...

—Heda —saludó Luna haciendo una leve inclinación de cabeza viéndola de aquella forma antes de aproximarse a ella—. La sanadora dijo que querías verme...

—Así es —apuntó Lexa antes de hacer un gesto con la mano señalando la silla de enfrente—. Acompáñame por favor, me temo que he pedido demasiada comida y no podré terminármela toda yo sola.

Luna que no entendió el repentino cambio de humor ni de actitud se acercó apartando la silla para sentarse frente a Lexa y cenar junto a ella.

—¿Te encuentras mejor? —preguntó Luna con preocupación sin apartar sus ojos de ella.

Lexa que pareció pensarlo durante unos instantes se sonrió suavemente para si con una calma y una paz impropias de ella.

—Mucho mejor —murmuró pasándose la mano por el estomago sintiéndose reconfortada.

A Luna que no le paso desapercibido el gesto se la quedo viendo.

—Ahora que sé que estarás bien, partiré a buscar a tu hija y te la traeré.

—No —la detuvo Lexa suavemente con la mano haciendo un sutil gesto ante su desconcierto—. No hace falta que lo hagas. Ya no es necesario...

Luna que frunció ligeramente el ceño sin entender se la quedo viendo con cierto desazón.

—¿No?

—Halena está bien —repuso Lexa con una apacible expresión antes de sonreírse y continuar comiendo con atrasado apetito—. La he visto y está bien...

—¿Está aquí? —preguntó Luna sorprendida ya que no tenía noticia alguna de que la hubiesen hallado—. ¿La han encontrado?

—No, no está aquí pero la he visto Luna, la he visto en un sueño —contestó Lexa cargada de esperanza viendo a su casi hermana con inusitada convicción—. Mi niña está viva, está bien y pronto va a volver conmigo.

Luna que se dio cuenta de que igual Lexa no estaba tan bien como parecía tragó un poco, la fiebre la había hecho delirar, el dolor... la angustia sufrida durante tantos días muy probablemente la habían...

—Sé lo que piensas, Luna te conozco demasiado bien —resaltó Lexa alargando la mano para tomar su muñeca y que la mirase—. Pero créeme, no son fantasías mías, no son delirios. Halena ha venido a mi y me ha transmitido que pronto regresará, mis Natblidas están con ella, ellos la protegerán.

Luna que sintió la presión que cada vez más ejercía Lexa sobre su muñeca con la exaltación del momento se soltó suavemente poniendo la mano sobre la de ella para calmarla ya que se veía realmente exultante.

—Lexa, tal vez solo haya sido un sueño —intermedió ella suavemente para calmar sus anhelos—. Debemos encontrarla y...

—Halena va a volver, Luna —le aseguró Lexa llena de esperanza y convicción, el amor hacia esa niña parecía salirle por cada poro de su piel—. Va a volver y entonces todo será diferente, yo seré diferente... ella... ella va a cambiarlo todo...

Luna que intentó poner buena cara a ello asintió suavemente queriendo darle la razón aún sabiendo que solo deliraba por el momento.

—Lexa, si no voy a buscarla —comenzó diciendo ella a sabiendas del trato que habían hecho—. Mi gente...

—Estará completamente a salvo, te lo prometo —repuso Lexa radiante de calmada felicidad acariciando suavemente su escaso pero pronunciado vientre sobre el camisón—. Será un nuevo comienzo para todos cuando Halena regrese, ella será la luz que guíe nuestras vidas, sé que será así...

Tenía que ser así, Halena iba a regresar. Iba a hacerlo no importa cuanto la buscasen, lo que hiciesen, Halena hallaría el camino y el poder para regresar junto a ella y todo sería distinto.

Todo comenzaría a ser bueno de nuevo, Lexa estaba convencida de ello aunque observándola Luna tuviese sus dudas aún.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now