190. Malas Intenciones

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El amanecer ha sobrecogido a los habitantes de la imponente Torre de Polis. Roan que está vistiéndose en las estancias privadas que comparte con la Heda de los Trece Clanes, su consorte, en lo más alto de la Torre no puede sentirse más satisfecho consigo mismo en esos momentos.

Ontari que abre la puerta sin siquiera llamar permanece de pie en la puerta con una fría pero dura mirada en su rostro.

—Es una pena que alguien tan joven pierda la vida —murmuró Roan sin volverse a verla sabiendo que era ella con una escondida sonrisa—. Espero que su espíritu encuentre la paz al otro lado de la orilla.

—Has sido tú, ¿verdad? —preguntó Ontari mirandole fijamente—. Tú has hecho esto.

Roan que se colocó el abrigo sacudiendo un poco este sin dejar de sonreír para si se volvió a verla indiferente.

—¿Por qué querría yo que una pobre chica muriese y destrozar así a su única amiga en el mundo? —preguntó él con tibio gesto refiriéndose a Clarke—. Sería desconsiderado...

Ontari que se le quedo mirando largamente arqueó friamente una ceja.

—Estás jugando a un juego muy peligroso, Roan —determinó ella con un súbito gesto—. Uno al que no puedes ganar.

—¿Qué te hace pensar que juego? ¿O qué he sido yo?

Ontari que clavó sus ojos en él le dió una zafia mirada.

—Que el embajador de Ouskejon Kru no ha regresado aún de su viaje —le espetó ella con dureza—. Sea quien sea el hombre al que has comprado para hablar con esa pobre chica, pronto estará condenado. Y Heda sabrá lo que has hecho.

Roan que se sonríe al escucharla hace un gesto indiferente mientras se acerca a ella.

—Si es que le encuentran...

El rostro de Ontari que cambió al escuchar eso se apartó de su rostro no queriendo verle cerca.

—Debes tener muy clara la protección que Heda te profesa o no te habrías arriesgado a venir aquí —murmuró Roan deleitándose en el rechazo que estaba provocando en ella, muy cerquita de su rostro deleitándose en ella—. No a sabiendas que te quiero ver muerta...

Ontari que cerro los ojos al escuchar su voz dibujó una presta pero resabida sonrisa antes de volver la cara hacia él quedando frente a frente a unos pocos centímetros.

—Lo que tengo es muy claro lo que te haré si siquiera lo intentas... —murmuró Ontari lentamente con voz amenazante muy cerquita de sus labios como si se dispusiese a besarle—. Así que adelante, intentalo... —le desafió ella con vehemencia separándose justo antes de que se rozaran siquiera. Roan que cambió su expresión anhelante ante el ardor del momento la vio sonreirse más que satisfecha contemplando sus ojos al comprender que aún sentía algo por ella—. Ya me parecía a mi...

Ontari que se apartó de la puerta se alejó por el pasillo mucho más segura de lo que llegó allí.

Engreído.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now