258. Fe

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La noche lucía completamente cerrada sin rastros de la luna por ninguna parte, cuando Luna ascendió a lo más alto de la plataforma. La fría brisa marina cayó sobre ella en cuanto puso un pie en su superficie y no la abandonó mientras la atravesaba quedando de pie justo a su borde.

Las conversaciones, las risas y la algarabía que tenían lugar en algunos niveles inferiores no le permitían pensar con claridad y por eso había decidido subir.

Necesitaba hacerlo.

Las palabras de Lincoln no habían aportado mucho consuelo a la causa, aunque si aumentado su inquietud por los temblores acaecidos recientemente.

No quería admitir que estaba preocupada, pero lo estaba. Para ella lo primero era lo primero y lo primero sin duda era su gente. Protegerla, cuidarla y velar por ella gastaba buena parte de su tiempo y aunque a veces resultaba una pesada carga que soportar sobre sus cansados hombros nunca osaría cuestionarla de ninguna manera.

Su clan era una bendición. Una liberación que había salvado a muchos de la condenación de un mundo ordinario y cruel. Un refugio para aquellos que habían elegido otro camino lejos de la violencia y el temor.

Un santuario.

Y Lincoln pretendía que abandonasen todo eso y regresasen a tierra firme con la promesa de mayor seguridad, de un futuro prospero y nuevo lejos de los peligros de alta mar.

Debía resultar fácil tomar decisiones cuando día a día no habías estado allí para afrontar los problemas. Cuando no habías puesto tu cuerpo y tu alma a disposición de aquellos que más lo necesitaban y se habían convertido en mucho más que tus iguales. Aquellas personas eran familia...

Su familia.

Y si decidía llevarles a tierra firme y alguno de ellos moría esa muerte recaería sobre su cargada conciencia.

Lincoln había tratado de convencerla. Contado acerca de la muerte de Nia, de la unión de sangre entre Roan y Lexa, de la maternidad de Lexa. Le había hablado de las nuevas alianzas y treguas. De la reinante paz que acaecía ahora desde la llegada de Halena y de como Azgeda había nombrado una nueva reina leal a la Coalición pero sobretodo a Lexa.

La Montaña había sido completamente abatida y derrotada por Wanheda así que no había motivos para desconfiar y no volver a tierra si lo deseaban. Estaba totalmente convencido de la idea de que Luna podría alcanzar nuevos acuerdos de paz para su gente con Lexa y que ella aceptaría con tal de que esa paz fuese real.

—No te lo estarás planteando de verdad, ¿no? —preguntó Derrick tras largos instantes de silencio de pie a sus espaldas.

Luna no se volvió y en cambio guardó silencio.

—Luna, no podemos volver —dijo Derrick con una contrariada mirada en su rostro—. Ninguno de nosotros puede.

—Lincoln dice que las cosas son diferentes ahora.

—Lincoln dice... —murmuró con cierto reproche en la voz Derrick apartando la mirada de ella—. Luna despierta. Lincoln ha huido como el resto de nosotros, ¿qué te hace pensar que puedes fiarte de él?

Luna que se volvió a mirarle ladeo ligeramente la cabeza sabiendo bien el porque de su recelo.

—Te sientes amenazado por él pero esto no tiene nada que ver con nosotros, Derrick. El mar se queja, protesta... quiere que nos vayamos y lo advierte una y otra vez.

Él puso una cara al escucharla endureciendo su mirada.

—Este es nuestro hogar, Luna. Nuestro sitio.

—Si tenemos una oportunidad en tierra para una vida mejor, ¿por qué no aprovecharla?

—Porque allí nada nos espera salvo rechazo y muerte, sabes tan bien como yo eso —replicó él dando un paso hacia ella.

Luna que se le quedo viendo largamente sopesó todo cuanto decía, todo lo que su mente sabía y todo cuanto Lincoln reconocía. Si era cierto que las cosas eran diferentes ahora ella quería comprobar eso por si misma.

—Iré a Polis.

—¿Qué? —palideció Derrick al escuchar eso cambiando al instante su expresión—. No, no harás eso. Luna no puedes hacer eso, escúchame. Lexa te matará en cuanto pises sus tierras. Ella...

—Sé cuidar de mi misma Derrick —le interrumpió Luna nada más oír eso mirándole decidida—. Volveré en tres o cuatro días.

—No, volverás en tres o cuatro trozos Luna —insistió él con preocupación y angustia al verla tan decidida a hacerlo.

—Derrick, mirame... —murmuró Luna acercándose esta vez a él tomándole del rostro para verle llena de respeto y honestidad a los ojos—. Pronto este lugar ya no podrá sustentarnos más, peor aún sus cimientos se debilitan por momentos. Me gusta tan poco como a ti pero debemos hacer lo mejor para nuestro pueblo y lo mejor es que busque un refugio nuevo y seguro para ellos.

—Odio todo esto...

—Lo sé... —murmuró ella posando su frente sobre la de él antes de cerrar sus ojos sintiendo sus cálido aliento muy cerca—. Siempre has confiado en mi, por favor no pierdas esa fe ahora...

Fe era lo único que les quedaba ahora, fe en que todo se arreglaría para su gente. Fe era todo cuanto Luna respiraba cada día a sabiendas de que pronto acabaría todo...

Pura fe...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now