262. Diferente

410 46 116
                                    


El esplendido cielo de Polis alboreaba en tonos lilas, amarillos y azules cuando Clarke kom Skyrku, la legendaria Wanheda, Cazadora de la Montaña abrió sus claros y azules ojos de nuevo al mundo. Débil, extenuada y endeble, sordos ecos del dolor que la había abandonado instantes antes de despertar llegaron a ella como una interminable oleada de fatiga y recuerdo.

Nirrath Zarriah...

Nirrath había hecho aquello. Era ella quien había provocado tanto dolor, tanto sufrimiento.

Clarke trató de moverse, de incorporarse no sin esfuerzo en la mullida y confortable cama. Su aletargada vista se paseó por toda la enorme habitación posándose sobre las velas que titilaban por la suave brisa o en las raídas y vaporosas cortinas que se mecían suavemente empujadas por el viento.

Todo permanecía igual pero todo le parecía completamente distinto. Ella misma se sentía distinta. Algo en ella, algo muy hondo e insondable faltaba en su interior. Algo verdaderamente importante, intuyó.

Cerrando sus ojos trató de advertir qué era, pero nada llegó a ella. Nada capaz de explicar aquella amortiguada sensación, aquel vacío. Nada comparable a nada que hubiese experimentado antes. Una gélida sensación le recorrió la columna haciendo que se estremeciese.

Nada de nada...

Eso era lo que finalmente halló allí dentro, nada de nada.

En su rostro una escondida e insidiosa sonrisa no solo de alivio si no de mitigación apareció. Una involuntaria y refleja sonrisa que la hizo ser consciente del cambio en su interior. Toda aquella pesada culpa, todo aquel rencor, aquel resentimiento, la animadversión, el aborrecimiento, todo aquel desprecio, aquel odio por si misma, aquel resquemor que había estado atormentándola durante tanto tiempo sencillamente ya no estaban ahí.

Ya no quedaba nada de ellos.

Absolutamente nada.

Clarke se destapó y bajó sus pies al frío suelo sintiendo la tersa madera cosquillearle en la planta de sus desnudos pies. Podía sentirla. Podía sentir todo con tanta pasmosa claridad...

Todo...

Completamente todo...

Clarke ladeo la cabeza sintiéndose aún abotargada por el sueño y finalmente se puso en pie apoyando la mano de la mesilla de noche para sostenerse. Las piernas le temblaron un poco pero después de unos segundos la habitación pareció sostenerla a ella y no tuvo la sensación de que fuese al revés.

Abrumada por aquel vacío, por aquella carencia de emociones se acuclilló y al acariciar la madera del suelo el abundante y rubio cabello le cayó hacia delante.

¿Qué había hecho?...

¿Qué había ocurrido?...

¿A donde había ido a parar tanto dolor?

Bellamy que salía en ese momento del baño al cual había entrado para lavarse un poco la cara y despejarse se detuvo en seco nada más verla allí agachada.

—¿Clarke?

Clarke que escuchó lejana su voz tardó un tiempo pero finalmente elevó su mirada a través de su enmarañada melena y le miró distantemente.

—Bellamy... —recordó ella casi para si en apenas un susurro a medida que conseguía volver a ponerse en pie.

Ese era Bellamy.

Ese chico de ahí era Bellamy Blake, aquel que tanto daño le había causado, aquel que tanto amor le había brindado, era él...

—Oh dios, creía que te había perdido para siempre —murmuró él nada más dirigirse a ella con la intención de abrazarla.

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now