200. Condena

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Bellamy que estaba aún temblando cerraba y abría la ensangrentada mano en la cual se había hecho daño mientras caminaba de un lado a otro de la fría y húmeda celda. Las mohosas paredes de los sótanos rezumaban putrefacción y humedad. Charcos de sangre, agua y excrementos corrían desde los agujeros de las celdas perdiéndose por los canalones del suelo desprendiendo un hedor aún más profundo.

La Heda de los Trece Clanes que no solía bajar allí salvo en casos excepcionales como este, entró en la destartalada habitación. En cuanto escuchó la puerta Bellamy alzó la vista aún tenso.

—Tu conducta ha puesto en evidencia al decimotercer clan en presencia de la Coalición —dilucidó Lexa serenamente mirandole con duros ojos—. ¿Querrías explicarme el motivo de tal afrenta?

Bellamy al que ganas no le faltaban de entregar a Lincoln a ella tembló con fuerza.

—Quiero hablar con mi hermana —pidió él con más exigencia de la que debiese.

La Heda de los Trece Clanes dio dos pasos colocandose frente a los barrotes que le separaban de ella.

—El único motivo por el que sigues con vida después de atacar a uno de mis invitados Bellamy, es que Clarke no soportaría tu muerte —dejó claro ella con dureza—. Pones muy difícil la coexistencia...

—Solo hablaré con mi hermana, Heda —le espetó Bellamy al escucharla hablar así—. Después te explicaré cuanto quieras saber.

Lexa que se le quedo mirando largamente a los ojos finalmente volvió la cabeza mirando a uno de los guardias fuera.

—Traedla.

—Si, Heda —escuchó decir inmediatamente fuera antes de que el hombre se marchase.

Los ojos de Bellamy que permanecían fijo en ella sabiendo que era lo único que separaba a Lincoln de una dolorosa condena, se sintió tentado de decirselo, de revelárselo todo.

Lexa que se apartó de los barrotes se dispuso a salir por la celda.

—No me disculparé ante nadie por lo que he hecho, Lexa —dejó claro él mientras la veía salir—. Ni siquiera si exiges mi vida por ello.

La Heda de los Trece Clanes que le escuchó alzó la barbilla soberbia y antes de proferir palabras de las que no pudiese retractarse luego se marchó de allí.

Bellamy que cerró sus ojos golpeó con la mano abierta los barrotes de la celda con fuerza. Lo había tenido tan fácil, tanto dios mio. Unas pocas palabras suyas y Lincoln sufriría un tormento como poco imaginable. Lo que le había hecho en comparación con lo que Lexa le haría sería un dulce paseo por la pradera. Y era cuanto se merecía.

Tardó unos minutos que a él se le hicieron eternos pero cuando Octavia entró en la celda viéndole encerrado en ella sus ojos se abrieron y su rostro palideció con celo.

—Bellamy...

Bellamy que escuchó pronunciar su nombre se volvió furioso hacia ella.

—¡Tú lo sabías! ¡Lo sabías y no me dijiste nada, Octavia! —la acusó él furiosamente señalandola—. ¿Cómo has podido mentirme en esto?

Octavia que sintió sus ojos retener las lágrimas enfrentó su mirada con dolorosa pena.

—Me lo contó antes de la reunión, yo no sabía nada de esto —repuso ella sincera viéndole—. Le he dejado por ello.

—¡Más vale que así sea porque no le quiero cerca de ti, no le quiero cerca de ella! —gritó Bellamy fuera de si viéndola—. ¡Por lo único que no le he contado la verdad a Lexa es porque sé cuanto te afectaría su muerte! ¡Pero no quiero volver a verle! ¡No le quiero cerca!

—Calmate, Bellamy —acertó a decir ella sintiendo las lágrimas caer en silencio por su desolado rostro—. Se irá de aquí... se irá lejos, no volveremos a verle pero no puedes contarle nada a Lexa... —imploró ella reteniendo las lágrimas abatida—. Se irá...

—¡No puedo creer que lo hiciese! —masculló Bellamy llevandose las manos a la cabeza golpeando con fuerza el suelo necesitando desquitarse con algo ante los ardientes deseos de contienda—. ¡No puedo creer que le hiciese una cosa así a ella!

Octavia que tembló al oírle miró de reojo hacia la puerta antes de acercarse a los barrotes queriendo que bajase la voz y no empeorase aún más las cosas.

—Por favor, Bellamy... por favor...

Bellamy que sentía que el corazón se le iba a salir del cuerpo se agachó cerrando los ojos con fuerza y el puño en el suelo.

—Si pudiese matarle ahora mismo Octavia, si pudiese hacerlo...

—Lo sé, Bellamy —susurró ella entrecortadamente entre lágrimas sabiendo que sus palabras eran ciertas—. Lo sé...

Lo que Lincoln había hecho era algo imperdonable, algo que había estropeado cualquier plan de futuro junto a ella. Algo que había echado a perder la mente de Clarke y también su cuerpo, algo que tardaría en superar si es que lo lograba hacer en algún momento. Octavia tenía claro que no podría perdonarle por eso, que había perdido su confianza, su fé en él y todo ese amor que sentía hacia Lincoln se había decepcionado casi por completo.

Lincoln se iría, se iría muy lejos. Morir sería lo más fácil. Vivir con lo que ha hecho sería la verdadera condena y aunque Octavia le había amado con todo su ser, perderla formaría parte de ella.

Quizás con suerte, Luna y su gente le acogerían entre las sombras. Entre su gente y la de Lexa ya no había sitio para su presencia...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now