218. Buenas "Amigas"

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En una de las cercanas colinas de los bosques de Polis próxima a las ruinas sagradas donde los Natblidas de Heda entrenan cada amanecer, nace un manantial de la tierra que con el tiempo ha ido formando un pequeño lago oculto por los árboles a miradas ajenas.

Sus aguas calmadas y cálidas desprenden un suave vaho que indica su caliente temperatura sin importar la estación que sea.

Los primeros rayos del día acarician su clara superficie con su luz, y está se ve del color turquesa de las esmeraldas. Halena que jamás ha visto nada parecido se arrodilla junto a la orilla metiendo la mano cuidadosamente dentro, y al tomar un puñado de tierra mojada del fondo ve como minúsculas turmalinas, crisoberilos, apatitos y zafiros verdes se cuelan entre sus dedos resbalando junto a la empapada tierra que vuelve al lago.

Hashelee que se fija en ella mientras deja sus cosas junto a una roca medio sonríe.

—Nos gusta llamarlo Helah Oriken —murmura Hashelee con un gesto acercándose a ella para recoger algo de tierra entremezclada de la que caía de su mano viendo el color turquesa que adquiría en su mano con el brillo de la luz del sol—. Hace algunos años la Tierra tembló, se sacudió desprendiendo algunas grandes rocas de la montaña y del suelo manó calor, grandes grietas se formaron y el suelo se abrió.

Halena que la escucha contemplando al detalle todo ese lugar perdido entre la arboleda trata de imaginarlo todo antes de todo aquello.

—La montaña rugió y de ella brotaron aguas calientes que con el tiempo llenaron la cavidad del suelo. Cuanto más se llenaba, más verde se volvía y un día simplemente paró. Titus nos dijo que había sido un aviso de la Madre Tierra para que cuidasemos más de ella y cada amanecer después del entrenamiento nos hacía venir aquí para recordarnos que solo somos invitados en esta tierra...

Keryon que se zambulló inesperadamente desde lo alto de unas rocas a lo lejos las sobresaltó y ambas se echaron a reir por tan tonto susto.

—Aunque yo creo que eran fábulas de viejo para no tener que soportar tanto encierro en la Torre —le sonrió Hashelee sacudiéndose las manos sobre el agua viendo flotar algunas de las piedrecillas hasta hundirse nuevamente hasta el fondo.

—Nos contó que hacía muchísimos años la gente mataba por conseguir estas piedras y que ahora no tienen valor ninguno, tan solo admirada belleza...

—Son preciosas, si... —reconoció Halena con media sonrisa viendo como el reflejo de la luz del sol en ellas hacía que el lago se volviese más turquesa por momentos.

Aranae que se acercó a la orilla a lo lejos metió los pies poco a poco hasta que el agua la fue cubriendo hasta llegar a sus muslos metiendo las manos en la caliente agua para sentir su calor acogerla.

Hashelee que cayó sentada junto a Halena en el suelo la contempló al otro lado a lo lejos.

—Su hermano intentó ahogarla en un lago parecido a este en el momento en que descubrió que era una Sangre Nocturna, para su gente fue un honor que él no aceptó —dijo ella con un indiferente gesto recogiendo una ramita del suelo para jugar con ella—. Aranae le mató...

Halena que elevó la mirada al escucharla dirigió su mirada a la chica a lo lejos.

—Tenía ocho años por aquel entonces y le golpeó la cabeza contra una piedra hasta que nada quedo de ella —le explicó no tan confidente Hashelee—. Él tenía tres más que ella y aún así no pudo detenerla, es por eso que el agua causa inquietud en ella...

—¿Por qué me lo cuentas?... —murmuró Halena a sabiendas de que tenía cierta antipatía hacia Aranae.

—Porque es posible que un día esa información te sea de utilidad y estaría bien contar con una buena amiga...—sugirió Hashelee con una escondida sonrisa observando a Aranae bañarse ajena en el lago a lo lejos—. Además, nunca se sabe cuando un fatídico accidente puede sobrevenirnos a alguno de nosotros, ¿no crees?...

Hashelee que se sonrió mientras se apartaba sintió la mano de Halena cerrarse sobre su brazo con fuerza antes de jalar bruscamente hacia ella haciendo que Hashelee cayese ante ella de rodillas.

—Mirame a los ojos un momento Hashelee, sentirme utilizada es algo que detesto profundamente —amenazó en voz baja ella enfrentando sus ojos sin soltarla viendo la sorpresa reflejarse en la cara de estupor de ella—. Y qué me tomen por estúpida mucho más...

—No, yo no...—comenzó diciendo entrecortadamente ella viéndola a los ojos.

—Si se te ocurre hacer alguna estupidez que pueda dañarla a ella, lo que te haré será tan épico que quedará grabado en la memoria de cuantos te conozcan, ¿me he expresado con suficiente claridad mi querida "amiga"?

Hashelee que cambió la expresión de su cara sabiendo que la había subestimado, y que pretender utilizarla para deshacerse de Aranae había sido un craso error tragó con fuerza endureciendo su mirada, antes de asentir quedamente soltándose de ella.

Yakut que lo había observado todo en silencio junto a un árbol tras ellas, terminaba de quitarse algo de ropa para meterse en el agua con algunos de sus compañeros que ya disfrutaban de ella.

Aden que estaba extendiendo una áspera y vieja manta mientras con Ivory servía algo de desayuno para todos que habían traído en unas cestas se sonrió al charlar con ella echando un fugaz vistazo a Halena a lo lejos viendo a Hashelee pálida apartarse de ella.

Treior que se sonrió un poco mientras se acercaba a Halena le ofreció una roja manzana al pasar por su lado para dirigirse al agua uniéndose a Keryon que charlaba con Aranae a lo lejos.

Esperaba que a Halena le gustase mucho ese lugar, casi tanto como a ellos. Al fin y al cabo, ella sería quien heredaría después de todo los dominios de todo eso.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα