240. Verrdad

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Los primeros rayos del día resplandecían sobre la piel de Nirrath Zarriah mientras que la fría brisa de la noche poco a poco daba paso al cálido clamor de la mañana.

Nirrath que se pasea por la explanada bajo la atenta mirada de los guardias a lo lejos en la entrada de la imponente Torre se acerca al lugar sagrado donde entrenan a diario los Natblidas agachándose para tomar algo de fina arena entre sus manos.

Cerrando sus ojos concentrada en ella no tarda demasiado tiempo en dilucidar qué ocurre con los pequeños sucesores de Heda.

La muerte de Titus, la instrucción de Indra, el apego entre ellos, la admiración y los celos, el amor y la tristeza... el valor, la negación, la melancolía, la ira, la ansiedad, la felicidad, el éxtasis, la satisfacción, la consternación y el pesimismo que les rodea se entremezcla en ese lugar otorgándole una clara visión de todo cuanto allí pasa.

Está deseando conocerles a todos, especialmente a la que algún día será una reina. Ellos aún no lo saben pero son la última generación de Natblidas que pisará estas tierras.

Clarke que desciende los escalones abandonando la Torre por primera vez desde que llegó allí pasa por delante de los guardias y en pocos minutos llega a ella viéndola allí.

—¿Querías verme? —preguntó finalmente Clarke fijándose bien en ella arrodillada en el suelo con lo que parecía arena entre las manos.

—Esta mañana es tan herrmosa...—pronunció ella de espaldas a Clarke disfrutando del calor del sol sobre su piel—. Tan perrfecta...

Clarke que se la quedo viendo largamente dirigió su mirada a su alrededor no viendo nada fuera de lo habitual salvo calma y quietud por las tempranas horas que eran.

—Ven, acérrcate Clarrke kom Skykrru... —le pidió ella extendiendo su mano hacia Clarke mientras dejaba caer la arena que se desvanecía en el aire siendo devuelta al suelo.

Clarke que dudó un poco finalmente se acercó a ella arrodillándose a su lado con cierta cautela. Nirrath que cerro de nuevo sus ojos mientras en su rostro se dibujaba una misteriosa sonrisa tomó la mano de Clarke llevándola a la arena con la palma abierta.

—¿Sientes eso, Clarrke?

Clarke que sintió una desconocida pero intensa sensación provenir de la tibia tierra dirigió su mirada desconcertada hacia ella.

—Es la vida... —susurró Nirrath enigmáticamente disfrutando de la misma sensación que ella—. Esta y todas las que vendrrán luego de nuestrras muerrtes... Todas las vidas que ha tomado esta tierra laten al unisono Clarrke, nos hablan... nos enseñan... nos muestrran cuanto somos y cuanto serremos...

—Nirrath... —murmuró Clarke comenzando a sentirse algo mareada y confusa—. ¿Qué...?

—Algunas vidas han de serr tomadas para que nazcan vidas nuevas. Valiosas vidas que de otrra manerra no podrrían arribar a este mundo...

Clarke que comenzó a temblar sintió un intenso dolor en su interior que la obligó a cubrirse con la mano el estomago teniendo que aferrarse con fuerza de la tierra al caer hacia delante sintiendo una gota de sangre caer bajo ella manchando la arena y después otra y otra.

La respiración se le entrecortó al notar como el aire abandonaba sus pulmones y como la sangre resbalaba por debajo de su nariz hasta caer sobre la arena, cerrando sus ojos con fuerza al emitir un bajo gemido de dolor.

—¡Ni... Nirrath! —consiguió articular ella con autentico dolor, emitiendo un lastimero grito mientras por su mente toda clase de imágenes y acontecimientos futuros y pasados acaecidos en aquella Tierra llegaban a ella atropelladamente superponiéndose unos a otros.

La orgullosa mujer elevó la barbilla observándola con un deje de soberbia mientras la veía caer al suelo y llevando la mano a su rostro apartó su rubio pelo para obligarla a contemplar sus oscuros ojos.

—La tierra pide sangrre Clarrke... —murmuró Nirrath ásperamente perdiéndose en sus ojos—. Ahorra que jus drrein, jus daun ya no serrá más, la tierra tiene sed...

Clarke que la contempló aterrada y jadeante por todo lo que por su mente pasaba en aquellos momentos tembló aún más al escuchar esas palabras venir de ella. El eco del dolor de todas las almas arrebatadas sobre aquella Tierra hizo que lágrimas cayesen de los ojos de Clarke a la arena junto a las pequeñas gotas de sangre.

Nirrath que se inclinó hacia delante acercó su boca al oído de ella para desvelarle la autentica verdad sobre la Gente del Cielo.

—Nunca... debistéis volverr...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now