209. Mal Momento

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Emori que nunca antes había tenido oportunidad de estar en un lugar así, recorría en silencio los pasillos de la Torre de Polis con expectante admiración y curiosidad.

Sus destartaladas paredes cargadas de historia, sangre, muerte y honor eran algo fascinante para ella. Nunca imaginó el poder estar en un lugar tan ilustre y celebre como aquel. Su familia la había desamparado a ella y a su hermano Otan cuando eran muy niños y relegados al desierto, su única subsistencia dependió de ellos y de sus habilidades para manipular, engañar y delinquir. Su capacidad de embaucar y desvalijar a todos cuanto en su camino se cruzaban la mantuvo con vida durante mucho tiempo pero de los muchos destinos que el mundo podría haber tenido preparado para ellos, Emori jamás barajó que este fuese uno de ellos.

Podría hacer una verdadera fortuna despojando de reliquias los muros esos pero una cosa era sisar en los bosques y otra muy diferente hurtar de la propia casa de la Heda de los Trece Clanes y su consorte.

Podrían colgarla por ello.

Peor aún...

Su muerte podría prolongarse durante días por ello. No merecía la pena arriesgarse a ser descubierta por eso. Murphy y ella encontrarían la manera de seguir adelante en esta vida tal y como siempre habían hecho cada uno por su cuenta. Ahora al menos se tenían el uno al otro y era una suerte ahora que su hermano había muerto.

Estar sola resultaba duro para ella. Este mundo no estaba hecho para la gente que como ella había nacido con un defecto.

Aunque ella no lo considerase como tal, no todos compartían su mismo criterio.

Los suyos especialmente, no comprendían que no había nada de que avergonzarse por haber nacido diferente.

Los repudiados como ella también eran seres humanos con la misma valía, el mismo honor y derecho a estar en estas tierras y a pelear por sus sueños.

Había cosas mucho peores de las que abochornarse en cuanto a comportamientos. Mayor ejemplo no podía tener en esa pobre chica y ese trikru, Lincoln. Cada parte de su cuerpo era como debía ser pero su mente estaba corrompida más allá de lo extremo. Eran amigos, familia y aún así lo que había hecho lo había hecho siendo consciente de ello.

¿Por qué ella misma tendría menos valor entre su gente que él entonces? ¿Qué cosa terrible había hecho ella más que robar, engañar y mentir que fuese tan condenable para ser exiliada en el desprecio?

No era ninguna santa. Había arrebatado vidas cuando había sido necesario hacerlo pero aún así no se consideraba peor que él, y era a ella a quién mirarían con malos ojos de conocer su defecto.

El mundo era injusto con ella.

Muy injusto...

Emori que no quiso darle muchas más vueltas se sentó finalmente en un escalón de la escalera que ascendía al piso de arriba. En ese penumbroso rincón, apoyó su cabeza contra la pared cerrando los ojos para tomarse un momento.

Era provisional.

Todo esto, lo era...

No debía acostumbrarse a aquello. Murphy le había contado la invitación de Abby para permanecer en Arcadia con ellos pero sinceramente, no estaba segura de querer hacerlo.

Tarde o temprano las cosas se torcerían y sería más duro empezar de nuevo. No tiene intención alguna de pasar por ello. La habían rebasado los últimos acontecimientos.

Necesitaba tiempo para digerirlo a solas y asumir lo que vendría luego.

Unos pesados pasos captaron su atención en ese momento y al abrir sus ojos y mirar hacia el otro tramo de escaleras que descendían a pocos metros de ella vio la silueta de Bellamy emerger de estas.

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Место, где живут истории. Откройте их для себя