272. Juegos Imperdonables

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La arena parecía haber alcanzado las más frías temperaturas mientras Nirrath Zarriah tiraba de la cuerda con la que llevaba amarrada las manos de Halena para que esta fuese incapaz de tocarla.

Halena tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no romperle el cuello allí mismo en el interior de la cueva cuando Nirrath la había amenazado con dañar a Lexa y había conseguido hacerle un corte tan profundo en la cara con una de las aguzadas piedras que a Nirrath se le habían quitado las ganas de volverla a amenazar más.

El camino hacia Errial Zarrath se le estaba haciendo un mundo a la vieja mujer que no recordaba después de tantos años tanto desierto de por medio. Mientras sangraba y maldecía en voz baja a la niña no paraba de jalar de ella que iba a varios pasos por detrás de ella.

—No sé porrque te empeñas en complicarr las cosas, niña ingrrata —farfulló la vieja mujer mientras avanzaba con solo la luz de la luna sobre las arena como guía—. Deberrías estarr agrradecida, una Wadesha como tú estarría mejorr muerrta. En mis tiempos no hubieses durrado tantas lunas con vida o algo mucho peorr, tu sangrre serviría para auspiciar nuevas buenas para rreyes y rreinas o con suerrte perrmanecerías encadenada a los pies de sus trronos.

Halena que le lanzó una mirada de desprecio desde atrás jaló con fuerza de la misma cuerda que sujetaba sus manos haciendo tropezar a Nirrath una vez más. La mujer se volvió aireada hacia ella con intención de golpearla en el rostro pero se detuvo con la mano en alto cargada de tensión antes de vislumbrar el expectante brillo en los ojos de Halena sonriéndose ligeramente con fríaldad.

—Sé lo que intentas pequeña arrpía, quierres que te pegue parra saberr como está tu amiguita, Clarrke. Te mostrre que desperrtó, ¿no? —le espetó con dureza ella—. No necesitas saberr más.

Halena que maldijo su suerte en voz baja le lanzó una mirada parándose en seco a mitad del desierto.

—Si lo necesito. Si no me muestras algo más no llegaré a Errial Zarrath con vida.

—Si que llegarrás —protestó la mujer con severidad acercándose a ella para enfrentar sus ojos—. Me prrometí que cuando fuese liberrada, Lexa pagarría las desgrracias que me había ocasionado y ahorra lo está haciendo.

Halena que distinguió el malicioso brillo en sus ojos escuchando aquellas últimas palabras abandonar su boca cambió súbitamente la expresión de su cara y supo que Nirrath había despertado a Clarke para que hiciese pagar a Lexa el exilio y el encierro de tantos años a manos de la anterior Comandante.

Nirrath abrió los ojos nada más darse cuenta de que sus palabras la habían delatado ante ella y antes de poder siquiera reaccionar y apartarse, Halena fue mucho más rápida y tardó lo que dura un suspiro en agarrar la larga cuerda con su mano y pasarla alrededor del cuello de Nirrath que acuciada por la sorpresa trató de apartar a Halena con la mano de ella, en cuanto la tocó imágenes de lo que estaba ocurriendo en Polis con Clarke, con Lexa se sucedieron sin orden ni control fluyendo en su mente y la expresión de Halena se endureció tirando de la cuerda de Nirrath con fuerza hasta que está cayó a sus pies contra la arena.

—¡Hale...! —gritó la vieja mujer antes de sentir como Halena levantaba su rodilla y la golpeaba en plena cara haciéndola caer hacia atrás aún estrangulada con la cuerda. La mujer gritó en el mismo momento en que la bota de Halena le pisó con fuerza el cuello y se inclinó hacia delante de pie aún sobre ella.

—No has debido hacer eso... —arrastró las palabras llena de rencor la niña—. No has debido jugar con la única familia que he tenido en toda mi corta existencia...

—Ha...Hale...—trató de no ahogarse la mujer mientras con las manos intentaba apartar la bota de su aprisionada garganta.

—Querías explotar mi poder, ¿verdad? —la ignoró Halena apretando más su pie empezando a ver a Nirrath ahogarse bajo ella—. Querías ver de lo que era capaz...

Los aterrados ojos de la anciana la miraron cargados de temor y sorpresa al tiempo que Halena clavaba los suyos en ella.

—Has herido a Clarke, pero sobretodo has herido a mi madre y eso no lo puedo tolerar —siseó la niña amenazante antes de posar las manos sobre la cabeza de Nirrath y que sus ojos brillasen a la luz de la luna en la noche—. Ahora serás tú la que desee estar muerta...

Nirrath que notó como Halena aflojaba el pie al tiempo que un intenso dolor se adueñaba de su cabeza partiendo de las atadas manos de la niña, gritó desgarradoramente sintiendo como si mil agujas estuviesen siendo clavadas una a una en su cabeza mientras imágenes horrorosas y terroríficas acerca del pasado, del presente y del inequívoco futuro que aguardaría a Nirrath cuando abandonase esta vida, se sucedieron desordenadamente acosando su ya maltrecho corazón que se fue acelerando cada vez más y más mientras sus devastadores gritos se elevaban por todo el desierto de la noche.

—Repararé todo mal que hiciste a Clarke, arreglaré el daño que causaste a mi gente pero sobretodo entregaré tu cabeza a Heda como trofeo y tu alma jamás hallará la paz —prometió Halena llena de resentimiento y rabia mientras veía como poco a poco a Nirrath se le iba escapando la vida y la atormentaban las imágenes y pensamientos que en ella había infundido—. Me encargaré de que no tengas descanso ni gloria, allá donde comienza la orilla y anhelaras la paz con tanta ansia que aunque la muerte planee nuevamente sobre ti en la otra vida no encontrarás consuelo alguno en ella...

Los gritos se elevaron cuando Nirrath llevó las manos a su cara arañando como si tratase de deshacerse de aquella tormentosa sensación de presión y dolor y Halena endureció el rostro apartándose lo que la cuerda permitía de ella—. La muerte no es el final pero tú profetisa de segunda desearás que lo sea...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now