220. Medios Para Un Fin

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Emori que no ha dormido demasiado bien esa noche, se encuentra en las estancias privadas que comparte como invitada con John Murphy, recogiendo algunas de las cosas a las que más utilidad podría darle en su viaje de regreso a la Zona Muerta.

Ella que permanece de pie junto a la mesa observa un par de viejas dagas que se dispone a guardar junto con algo de ropa en la gastada bolsa.

Murphy que se ha dado un plácido baño sale del baño viéndola de espaldas a él y se acerca apartándole un poco el cabello hacia un lado antes de posar los labios en su cuello observando de paso lo que está haciendo.

—¿Qué haces fuera de la cama aún no teniendo que hacerlo? —murmura cerquita de su oído con desconcierto.

Emori que guarda un par de botas se encoge de hombros con un débil gesto.

—Organizo las provisiones que me harán falta si quiero llegar bien a la Zona Muerta.

Murphy que cambia su cara al escucharla hace un gesto apartándose de ella unos momentos.

—Espera, ¿qué? —pregunta él incredulo—. ¿Te marchas?

Emori que guarda un par de guantes también hace un gesto queriendo parecer indiferente.

—Está es tu gente Murphy, no la mía y por mucho que lo desees nunca me verán como a una de ellos.

Murphy que se quedo un tanto parado al escuchar eso se acercó a ella parándola para que dejase de hacer eso.

—¿Acaso alguien te ha dicho algo, Emori? ¿Alguien te ha...?

—Nadie me ha hecho nada, John pero seamos realistas en esto. Tú no tienes que venir conmigo puedes quedarte aquí con ellos.

—Pero... yo creía que...

—Tú tomaste tu decisión nada más verlos —dijo ella un tanto abrumada por el momento.

—Emori, no hagas esto... —le pidió él colocando las manos sobre sus brazos para que le mirase.

Emori que enfrentó sus ojos hizo un suave gesto apartando la mirada de él.

—Algún día volveremos a vernos.

—No, espera, espera por favor —insistió Murphy con un desasosegado gesto no entendiendo nada en ese momento—. Emori no te puedes ir, no puedes dejarme solo con ellos.

Emori que elevó su mirada se le quedo viendo serenamente.

—Tú no estás solo, John.

Murphy que entendió entonces a qué venía todo aquello hizo un gesto señalando hacia atrás con el pulgar.

—¿Clarke? ¿Lo... lo dices por ella? —preguntó más consternado él—. Yo solo quería...

—Sé lo que querías John, y soy demasiado mayor como para estar jugando a esta clase de juegos —dijo ella con resignada apatía sonriéndose con impertinencia.

—Emori, no puedes estar hablando en serio. Clarke es solo una amiga, es...

—Es más que eso, para ti es mucho más que eso aunque no quieras reconocerlo —contestó ella por él con sincero asentimiento—. Lo vi en tus ojos en aquel campamento... y volví a verlo anoche cuando llegaste de estar con ella... porque llegaste de estar con ella, ¿no es cierto?...

Murphy que tragó lentamente ya que le había dicho que solo había ido a dar un largo paseo bajó la mirada al suelo con cierto arrepentimiento.

Emori que se sonrió amargamente no podía ni creerse en lo imbécil que había sido todo ese tiempo, pero no podía culparle por ello. No a él.

—Que estúpida me siento...

—Emori no... no, escucha... —dijo John Murphy al acercarse a ella parándola un momento—. Si te he hecho daño, de verdad lo siento, yo... nunca fue mi intención hacerlo, escuchame por favor... —insistió él al ver tanta tristeza en sus ojos—. Tú eres todo lo que quiero...

Emori que se sonrió aunque esa alegría no le llegase a los ojos se le quedó viendo a ellos largos instantes llevando la mano a su mejilla.

—No, John...—repuso sincera ella sintiendo una lágrima caer sobre su triste sonrisa—. Yo soy todo lo que has necesitado para conseguir reunirte con ellos...

John que tembló ligeramente al escuchar eso perdiéndose en sus ojos por primera vez se dio cuenta de que el fin nunca justificaba los medios. En un principio se había sentido atraído por ella, realmente era inteligente, tenaz y fuerte, una superviviente como él la cuál le había enseñado a moverse entre ellos. Más tarde había empezado a sentir por ella algo que no había sentido en mucho, mucho tiempo pero entonces las cosas habían tomado un inesperado rumbo para ellos y quizás... quizás había echado más en falta a su gente mucho más que ellos a él.

Quizás en ese punto había perdido contacto con la cabeza y había permitido que el corazón dirigiese el rumbo de las cosas pero si era Clarke lo que se interponía entre ellos, no se había dado cuenta hasta ese momento. Incluso dudaba de que fuese cierto. Él quería a Emori, la quería estaba seguro de eso. Incluso se atrevería a decir que se había enamorado de ella pero... pero... ¿Clarke? Emori debía estar confundiendo amor con amistad y agradecimiento.

¿O no?

Él no la había utilizado. No a ella. Emori era... era alguien importante para él, lo era.

—Lo entiendo, ¿de acuerdo? —musitó ella con una triste sonrisa cogiendo la bolsa antes de colgarsela al hombro—. Lo entiendo...

—Emori...—murmuró él acercándose a ella que le paró con la mano no pudiendo hacerlo.

—Cuidate mucho, John —le dedicó una última mirada ella antes de alejarse de allí—. Ya nos veremos...

John que se quedo muy quieto en el sitio al escuchar como la puerta se abría y se cerraba de nuevo tembló ligeramente llevándose las manos al rostro frustrado.

¿Pero qué había hecho?...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora