223. Luna

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Al borde de una vieja plataforma metálica allá contemplando el brillante superficie del mar hasta donde alcanza la vista, Luna cerro sus ojos respirando la paz que profesaba el fresco aroma que desprendía la cercanía de las profundas aguas del mar.

Eran libertad...

No importa cuánto dijesen, lo era. Las cargas que debían soportar los de tierra firme quedaban relegadas a un segundo plano en la plataforma en la que ella regía. Todo aquel que estuviese dispuesto a deponer las armas, predicar la paz y preservar los mismos ideales de vida que ellos era bienvenido a su mesa.

Era consciente de lo que significaba para la orgullosa Nación Trigeda dar la espalda a la violencia. Habían sido instruídos en ella desde niños. Entrenados y formados en el arte de la guerra, los Trigedas eran sangre y muerte lo que respiraban desde su comienzos en esta vida y no solían abandonar ese camino hasta después de su muerte.

Por todos era aceptado que la muerte no es el final a esta vida y que la paz persigue aquellos que cruzan la orilla con honor y buena fortuna.

El sonido de la agitada agua al chocar contra la cubierta de un enorme barco hizo que Luna abriese los ojos y mirase hacia abajo.

Alguien se acercó a ella por detrás y se detuvo a una prudencial distancia. Luna ladeo ligeramente la cabeza nada más percatarse de ello.

—¿Y bien?... —musitó Luna.

—Lincoln está con ellos —murmuró Derrick contemplando su figura de espaldas—. Tenías razón, está malherido...

—Llevadle a ver al sanador, iré enseguida... —repuso Luna volviendo a contemplar el apacible mar del atardecer frente a ella.

Supo que Lincolne estaba herido en el momento en qué la señal que debía advertir de su presencia se volvió oscura en la lejanía.

—Ha hecho un largo camino, Luna...

—He dicho que iré enseguida —le interrumpió ella serenamente.

Derrick asintió con la cabeza y finalmente se retiró de la superficie para unirse al resto.

Lincoln no habría acudido a ella si no fuese verdaderamente necesario. Él era leal a Lexa y contaba con el respeto de los suyos, algo debía haberle empujado a regresar aquí. Algo importante, y posiblemente recurrente por lo que habría tenido que acudir a ellos.

Fuese lo que fuese temía descubrirlo...

Lo temía porque no quería que nada malo perturbase la paz que tanto les había costado construir en ese lugar a ella y a su gente. Aún así, nunca le daría la espalda a nadie herido que acudiese a ella. A nadie...

Y mucho menos a Lincoln...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now