176. Reencuentros

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—¿Murphy? —preguntó Bellamy captando la atención de Octavia también que volvió la cabeza para verle.

—¿Qué hay, Bellamy? —saludó él incomodo por la situación alzando la mano en un escueto gesto de saludo.

—Abby —murmuró Bellamy al dejar a Clarke acercándose a ella para abrazarla también verdaderamente feliz de verla—. Me alegra que estés bien.

Octavia que se sonrió débilmente entre lágrimas se acercó a Clarke abrazándola con fuerza.

—No sabes lo mal que lo hemos pasado al pensar en que no volveríamos a veros, especialmente Bell —murmuró Octavia con una amarga sonrisa entre lágrimas de felicidad—. Gracias, gracias por volver...

Clarke que estaba demasiado abrumada en ese momento se retiró un poco en cuanto Octavia la soltó no queriendo más que marcharse de allí.

—Abby, estabamos tan preocupados por vosotros —dijo Octavia al abrazarla con fuerza ahora a ella—. ¿Estáis bien?

—Estamos bien, Octavia —se sonrió Abigail cansadamente alegrándose también de verla a ella y a Bellamy.

Bellamy que se acercó a Lincoln agarró su brazo en un gesto de hermandad, dándole un breve abrazó.

—Gracias por traerlas sanas y salvas, hermano. No podría soportar perder a alguien más de nuevo.

Lincoln que vio la honesta gratitud en sus ojos se avergonzó más aún por lo que había hecho y tan solo asintió imperceptiblemente apartando la mirada.

—No quisiese romper está escena tan emotiva pero me voy —anunció Emori dispuesta a subirse a la carreta con todo el botín que se había adjudicado de la Jauría. Las personas "defectuosas" como ella, no solían ser bienvenidas entre el resto.

—Espera, ¿te marchas? —se volvió Murphy al escucharla acercándose a ella.

Nylan que se acercó a Starlette instintivamente palideció al ver como nada menos que la Heda de los Trece Clanes aparecía en el umbral de la Torre.

Lexa que se aproximó regiamente al verles allí busco enseguida la mirada de Clarke la cual estaba ansiosa por ver más no la encontró. Clarke que no parecía Clarke en aquellos momentos tenía la mirada puesta en el suelo y parecía abrumada y se atrevería a decir algo atosigada.

—Clarke...

Clarke que apenas escuchó la voz levantó lentamente la mirada viendo a Lexa acercarse a ella sintió sus ojos llenarse de lágrimas ligeramente, Lexa que se quedó totalmente quieta al entrever eso. Se acercó a ella rodeándola con sus brazos en un gesto que tomó por sorpresa a todos.

—Sabía que no habías muerto, lo sabía...

Bellamy que estaba junto a Lincoln se las quedo viendo advirtiendo en ella esa predilección y se sintió un tanto fuera de lugar ante ellas.

—¿La niña está bien? —preguntó Abigail con preocupación al dar un paso hacia ella—. Veniamos para hacia Polis cuando nos atacaron, Clarke me explicó que estaba muy enferma, Emori ha recuperado las medicinas que nos robaron —dijo volviéndose hacia la carreta donde estaban sus viejas bolsas con algunas de ellas dentro.

—Halena se encuentra bien —dijo Lexa al separarse de Clarke dirigiendo la vista hacia la carreta y hacia Abigail—. La envenenaron pero el culpable ha pagado por ello.

Murphy que no entendía nada de lo que hablaban muy cerca de Emori hizo un gesto débil.

—¿Quienes son? —preguntó Lexa viendo a todas esas personas que no conocía, especialmente aquellos que parecían tan débiles y lastimados.

—Cautivos, prisioneros de la Jauría —contestó Emori desde lo alto de la carreta.

—¿La Jauría? —preguntó Lexa con desconcierto no reconociendo ese nombre de antes.

—Mercenarios, esclavistas, desertores...—pronunció Emori con un gesto—. Se ocultan en tus bosques, saquean tus pueblos y comercian con los que no se atreven a enfrentarse a ellos ni a interponerse en tu camino...

El rostro de la Heda de los Trece Clanes cambió súbitamente endureciendo su mirada antes de volverse hacia los guardias a lo lejos.

—¿Mercenarios en mis tierras?

—Heda... —pronunció uno de los jefes de su guardia.

Lexa que enfrentó a los guerreros señaló hacia el bosque.

—¡Reune al ejercito trikru! —ordenó ella con fiereza—. ¡Peinad cada tramo del bosque! ¡Traed ante mi a todo aquel que incumpla mi ley! ¡No se comerciará con personas en mis dominios!

—Pero Heda...

—¡Hacedlo! —ordenó ella con severidad y dureza imponiendo su voluntad.

¿Mercenarios en sus bosques? ¿Cómo es que ella no sabía nada? ¿Acaso sus hombres se lo habían ocultado? ¿Acaso participaban de ello?

Si se enteraba de que era así, todos los implicados pagarían por ello. Nadie iba a vender esclavos en sus tierras, nadie iba a hacer negocios tan sucios como aquellos. La esclavitud era algo del pasado, de Comandantes débiles y obsoletos que no debieron permitir nada de todo aquello en su momento.

Los Trece Clanes y todo aquellos que los componían debían ser libres para elegir, para decidir sobre sus vidas. Nadie les arrebataría eso, no después del esfuerzo que a ella y a sus predecesoras tanto les había costado.

—Así se hará, Heda —repuso el guardia comenzando a proferir ordenes a sus hombres para que reunieran a sus tropas.

Lexa que se volvió de nuevo hacia ellos intentó mantener la serenidad y la compostura a pesar de lo exasperada que estaba en aquellos momentos.

—Debéis estar exhaustos todos, por favor quedaos en Polis como mis invitados —pidió a Starlette, Nylan, Emori y Murphy ya que la delegación skyrku como Abigail, Lincoln, Octavia, Bellamy y por supuesto Clarke ya tenía un lugar en la Torre donde quedarse—. Ordenaré que dispongáis de todo lo que podáis necesitar. Os aseguro que no tenía constancia de que esto estuviese teniendo lugar en mis tierras, pero los culpables serán llevados a la justicia. Vuestro pesar no habrá sido en vano y prometo que todos pagarán por ello —juró solemnemente Lexa, Heda de los Trece Clanes y precursora de la paz.

Nada de esto quedaría impune, nada.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now