51 No era ni soy quién para interferir

333 43 10
                                    

No hubo mucho que hablar en realidad. Lo que Anna les contó era exactamente lo que Pabbie le repitió a Jack, sólo hicieron falta algunas preguntas concretas para completar la información:

—¿Qué hay de el Hada de los Dientes? ¿De Norte? ¿Sandy? ¿Pitch? Debieron haberse enterado de alguna forma acerca de Elsa y su padre.

—Controlar el flujo de magia significa saber quién entra y sale. —Pabbie suspiró—. Todos ellos pueden entrar en fechas y momentos predeterminados. Las memorias de los dientes de Elsa y Anna y de cualquiera que sepa sobre sus poderes son cambiadas al dejar Arendelle. Bulda se encarga de eso desde hace unos años, antes lo hacía yo directamente.

El muchacho asintió.

—Sandy puede ver y crear sueños —continuó Pabbie—, pero los sueños pueden llegar a ser tan absurdos... jamás nos preocupó que sospechara algo al respecto por medio de ellos. Y Pitch Black... él no puede entrar aquí.

—¿Tratas de decirme que unos cuantos Trolls son capaces de enfrentar a Pitch Black? —Preguntó Jack con ironía, recordando la batalla de los guardianes contra el amo de las pesadillas.

—No lo enfrentamos, Jack. La barrera protectora de Arendelle hace que le pase... desapercibido. Si trata de acercarse su propia mente lo convencerá de irse. Y así con todos los demás.

—Que miedo. —Jack tomó un sorbo de su té. La magia de los Trolls no sería la más poderosa en un enfrentamiento, pero resultaba sencilla y efectiva. Demasiado. Mantenían el secreto de Arendelle aislado del mundo exterior. Convencían a reyes y reinas de mantenerse ocultos. Por quien sabe cuántos siglos ya.

—¿Qué hay de mí? —Preguntó Jack alzando la vista—. ¿Jamás te resultó extraño que logré pasar?

Pabbie sonrió. Su mirada se cargó de nostalgia. Soltó un suspiro y tomó también de su té.

—La primera vez que nos vimos estabas muy confundido. No sabías la razón de tu presencia aquí o por qué no podías volver a casa. Pero eras bueno. Sólo necesité saber eso para permitirte quedar. Quedaba claro que tu presencia se debía a algo más poderoso e importante que nuestra misión. No era ni soy quién para interferir contra ese alguien.

—Fue Katherine. —Jack no le vio sentido a seguir guardando el secreto. Pabbie se sorprendió por un segundo, al siguiente asintió con una leve sonrisa.

—Por supuesto. Mamá Oca.

—Perdón, Pabbie, pero no te creo. Quieres decir que después de siglos de control, ¿mi presencia no te alarmó en lo absoluto? ¿Sólo por qué soy guapo?

—Dije bueno.

—Ajá, ¿y cómo asumiste eso si no fue por mi aspecto?

El Troll rio suavemente y miró al fuego en medio de ellos. Pensativo. Nostálgico.

—Si te soy sincero... Me recordaste un poco a ella. Antes creí que podría haber sido quien te mandó a nosotros.

Jack enderezó la espalda. No esperaba traer de vuelta a la conversación a la misteriosa mujer de Pabbie, descartada de su interés hace ya mucho tiempo.

—No fue por tu aspecto o personalidad—continuó el viejo—. No. Fue más tu esencia... Tu espíritu. Incluso ahora. Una parte de mí resuena contigo.

—¿Me estás coqueteando?

—Seguro sentiste algo parecido con Elsa cuando era niña —continuó el Troll ignorando su comentario—. Una especie de conexión.

—No te ofendas, Pabbie, pero no siento una "conexión" contigo.

—¿De veras? —Pabbie frunció el ceño un poco—. Qué extraño...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Trilogía: A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora