46 Creo que ya sabes quién es

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Jack siguió abanicando a Anna con un libro mientras ella repetía las mismas preguntas una y otra y otra vez. Una vez calmada hizo narrar a Elsa su encuentro con el Hada Madrina unas tres veces, insistiéndole cada vez que tratara de recordar más detalles, como su aspecto y sus palabras exactas. La historia era vaga, la reina acababa de percatarse que su memoria no funcionaba correctamente cuando trataba de invocar aquel recuerdo. La imagen era difusa, las palabras de la extraña se le quedaban en la punta de la lengua. Lo único que pudo explicar era cómo llegó a su cuarto y la engatusó para aceptar un deseo que ni siquiera pronunció en voz alta. 

Anna y Jack se miraron una vez más, impactados por la susodicha y el interés que podría tener en Elsa. El muchacho tenía muchas más preguntas, las aguantaba para no confundir a Anna ni presionar a Elsa.

—Creo que mencionó un nombre —recordó Elsa en voz baja—. Me dijo algo sobre darle las gracias a alguien.

—¿A quién? ¿Quién la llamó? —insistió Anna al borde de su asiento.

—No lo sé. No me acuerdo.

—¿Podría ser Hans?

Elsa torció la boca.

—Es el único enemigo que tenemos, podría ser-

—Me temo que se trata de alguien más poderoso que ese Hans —dijo Jack poniéndose de pie, con la vista puesta en su báculo—. No quiero alertar a nadie, pero me parece parte del presagio.

—¿Qué? —preguntaron ambas hermanas.

Jack las miró sorprendido.

—La amenaza —dijo esperando ver una reacción—. El castigo por darte a conocer. La mujer. ¿No te lo dijo tu padre?

—¿De qué estás hablando? —preguntó Elsa.

—¿Saben sobre la persecución de la magia? —Las dos asintieron. Jack suspiró—. Bueno, tus poderes vienen en consecuencia a. No creo que hayan sido una maldición, pero así se vieron mucho tiempo, en especial porque se dejó la advertencia de jamás revelarlos al mundo, sino algo despertaría y pasarían cosas horribles.

—¿Qué cosas? ¿Qué despertó?

—No lo sé. A Pabbie una extraña mujer le dejó la advertencia hace siglos. Nunca volvió a verla y se supone que la advertencia pasa de padres a hijos.

—¿Pabbie? —preguntaron de nuevo al mismo tiempo. Anna completamente sorprendida y Elsa con cierto recelo.

—¿No te dijo nada el rey?

—Habrá olvidado mencionarlo. O quiso esperar y no llegó a poderlo decir. O no lo sabía.

—Dudo que Pabbie no se lo haya recordado después de lo que pasó.

—¿Los trolls conocieron a mi padre? —preguntó Anna.

Jack miró a Elsa, congelada en su lugar. Con los ojos le hizo callar. Al parecer aun existían secretos familiares, demasiados para el gusto del guardián.

—Como sea, he estado tratando de investigar sobre esta amenaza por el último año, y aunque he descubierto muchas cosas de su mundo y el mío, aun no consigo nada concreto. En el Bosque Encantado creí que podría descubrirlo, pero ahora creo que voy a necesitar más ayuda. Sabía que las hadas tendrían algo que ver aunque nunca podría haber anticipado a un hada madrina ni con un millón de pistas. Ellas no suelen actuar de este modo.

Trilogía: A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora