63.

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Lisa terminaba de arreglarse. Frunce el ceño cuando se mira al espejo y nota lo mal que quedo el nudo de la corbata. Suspira cansada y vuelve a intentarlo. Saca su lengüita cuando se concentra.

- Listo, ya estoy lista – dice Jennie saliendo de la habitación.

Lisa deja de ponerle atención a la corbata y mira a su novia. Se queda boquiabierta cuando la encuentra parada en el pasillo con aquel vestido blanco, vestido que la hace ver como un ángel. Aquel vestido era ajustado a su cuerpo, sus pechos resaltaban más de lo que normalmente lo hacen. Sonríe como tonta al imaginarse como se vería hermosa el día en que se casen.

- Wow – dice eso mientras se acerca – estás preciosa – Jennie sonríe.

- ¿Me veo bien?.

- ¿Qué si te ves bien?. Dios, te ves jodidamente perfecta – Jennie suelta una risita.

- Gracias, nena. Tú también te ves asombrosa – le arregla el cuello de la chaqueta – pero déjame ayudarte con esa corbata – la coge y la jala acercándola más a ella.

Lisa baja en seco y sonríe. Se queda tonta mirándole la cara, estaba a punto de morir por la belleza de Jennie, era tan hermosa que le provocaba llorar. ¿Cómo un ser tan precioso podía existir en este mundo?. Jennie era tan perfecta que no parece de este mundo. Lisa simplemente se sentía bendecía por saber que se ha ganado al ser más puro del universo.

Jennie se sorprende cuando Lisa la besa. Sonríe y cierra sus ojos mientras sus brazos rodean el cuello de la alta.

- Discúlpame por lo que diré, pero verte así me llena de ilusión a imaginarte cuando entres a esa iglesia el día en que tú y yo nos casaremos – Jennie sonríe con brillos en los ojos.

- Para Lili, si sigues hablando de eso, te voy a pedir que me pidas matrimonio ahora mismo – Lisa rápidamente se quita su anillo.

- De una – se arrodilla – casémonos y quedémonos aquí para siempre, aquí donde nadie ni nada arruinará lo nuestro – Jennie la miraba con los ojos abiertos.

- Lili...

- Es justo ahora lo que más deseo. Te deseo a ti, te quiero a ti a mi lado, te quiero a ti y a nuestros hijos. Lo quiero todo contigo y nada más – se levanta – por favor, dime que lo haremos, dime que aceptarás y que seremos felices – Jennie sonríe.

- Lo seremos nena, claro que lo seremos. Y – coge el anillo – acepto – se lo pone. Lisa ríe – te amo – dice con su dulce voz.

- Te amo – la besa – te prometo que cuando volvamos aquí, será cuando tú seas mi esposa.

- Me agradaría pasar aquí la luna de miel. Es hermoso – Lisa asiente.

- Luna de miel en París, anotado – Jennie ríe.

- Ven mi dulce princesa, el deber nos llama – entrelaza sus brazos – tenemos una cena a la que asistir.

- Vamos – se dirigen a la puerta.

Esperan ansiosas llegar al piso de abajo. Lisa miraba el letrero con la mirada perdida, sonríe y trata de no burlarse de ella misma. Está loca, en serio lo está. Tanto como para pedirme de manera un poco oficial matrimonio. Voltea a mirar a su mujer, que estaba concentrada mirando el anillo con una sonrisa. Su corazón se acelera cuando empieza a pensar seriamente en esa probabilidad. Ver la cara de su novia, con tanta felicidad e ilusión, le hace entender que es el momento. Sabe que va muy rápido, que si la gente se entera de sus planes la llamarán loca. Pero sus sentimientos, son tan puros que no le importa verse como una loca. Jennie es la mujer con la que soñaba para toda su vida, ella es la mujer que deseaba amar con toda su vida. No puede dejar que el tiempo pase, y menos cuando no sabe qué sucederá en el futuro, y cuánto tiempo le queda. Tiene que hacerlo antes de que sea tarde. Es ahora o nunca.

𝕻𝖑𝖆𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖂𝖎𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖊 - 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Where stories live. Discover now