𝕻𝖑𝖆𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖂𝖎𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖊 - 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆

60.

Bebían mientras hablaban. Jennie se aseguraba de cuidar de su novia, que bebía al ritmo de su padre. Hace unos minutos la botella seguía llena, pero en segundos, ha pasado más de la mitad. Jennie ha tratado de no beber tanto, no quería hacerlo y menos con su salud aún inestable. Escuchaba lo que hablaba su viejo que contaba sus historias locas que ha vivido en el bello país. Lisa lo escuchaba atento con una sonrisa. Obvio Jennie sabe que su novia a este punto está ebria, lo sabe porque sus ojos se vuelven más chiquiticos y siempre mantiene una sonrisa en la cara. No podía dejar de mirarla. Incluso ebria es hermosa.

- ¿Así que son pareja? - Lisa asiente orgullosa - ¿desde cuándo?. Jennie, cariño. ¿No se supone que estabas casada? - se queda pensando - ¿Cómo era que se llamaba?. Kevin, Ken, Kenny.

- Kai, papá, Kai – el hombre chasquea los dedos.

- Eso. ¿Qué pasó con él?. Te juro que te vi tan enamorada que nunca pensé que lo dejarás - Lisa voltea los ojos y se remueve incomoda.

- No papá, no estaba enamorada de él. Y me voy a divorciar de él - informa. El hombre abre los ojos.

- ¿Lo harás? - asiente – vaya, lo suyo va muy serio - sonríe - me agrada escuchar eso. Ese hombre no me agrada. No lo sé, hay algo que no me cuadra – lleva sus dedos a su barbilla.

- Q-quiero ir al baño - anuncia Lisa. Jennie va a hablar, pero Lisa se levanta dejándola con la palabra en la boca.

- Creo que quiso decir que iba ir al baño - ríe - ¿crees que ya esté ebria? - su hija lo mira.

- Claro papá. La tienes bebiendo Whisky sin pausa – dice mirando la botella – te agradecería que le bajarás un poco – le pide amablemente.

- Vamos hija, no seas aburrida. Mírala, ella la está pasando bien – Jennie suspira.

- Solo no abuses – advierte. Jennie mira al lugar donde su novia desapareció.

- Estás enamorada de ella, ¿no? - lo mira – lo puedo ver en tus ojos y la manera en cómo la miras. La amas – Jennie da un largo suspiro.

- Esa palabra no es suficiente para describirlo – juega con la boca del vaso - ¿siempre lo supiste? - lo mira - ¿siempre supiste de mis gustos? - el hombre sonríe.

- Claro. Desde aquel momento que te gustaba tu mejor amiga de la escuela – admite – aunque tratabas de disimularlo, sé que ella te gustaba – Jennie se sonroja.

- ¿Y nunca te preocupo eso? - dice bajando la mirada.

- ¿Por qué tendría que hacerlo? - Jennie lo mira – claro que no. Depende de que seas feliz, yo aceptaría hasta un alíen – Jennie ríe.

- Pensé que te decepcionarías de mí - niega con la cabeza.

- Jamás, cariño - le acaricia la mejilla – antes, estoy muy orgulloso al saber que has escogido ser feliz. Dime, ¿tu madre lo sabe? - Jennie muerde su labio – claro que no. Si lo hiciera, ya me hubiera llamado para culparme por no ser duro cuando eran niños - ríe - ¿lo harás?, ¿se lo dirás? - Jennie asiente segura – eso me parece muy bien - sonríe - te amo cariño, quiero que lo recuerdes.

- Gracias papá - dice suavemente.

- ¿No quieres tomar? - dice señalando el vaso lleno.

- Sí. Es solo que me aseguro de que nada malo pase – su padre sonríe.

- Nada malo pasará, yo estoy aquí. Además, con esa mujer a lado. No creo que ningún idiota se querrá meter con nosotros - ríen.

- Lo sé, se supone que es mi guardaespaldas – su padre abre los ojos.