35.

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Jennie hablaba con el conductor mientras esté las llevaba al hotel. Lisa miraba todo, sorprendida. Nunca en su vida había estado tan lejos, lo más lejos ha sido en Corea, pero ahora está en un continente lejos del suyo, en un país demasiado distinto al suyo. El vuelo fue muy largo, tanto que Lisa sentía que iba a morir de los nervios. Nunca le ha gustado las alturas y menos los aviones. Jennie tuvo que ayudarla a calmarla. Con las extensas horas de vuelo y el cansancio que sentía su cuerpo, quería llegar a bañarse y acostarse a dormir. Lamentablemente solo puede bañarse, ya que su jefa tiene cosas que hacer.

Las cosas entre ellas han estado mejorando. Las dos han tratado de que las cosas funcionen, aunque ninguna sabe cómo llegar al tema. Jennie ha estado pidiéndole últimamente pasar las noches con ellas. Obviamente no pasa nada, solo descansan. Aunque Lisa siempre termina yéndose a dormir en el sofá después de todo, pues no quiere faltarle respeto a Jennie y menos aguantarse los comentarios de su tía. Últimamente ha pensado en como pedirle una chance, pero aún no sabe cómo hacerlo, y eso la desanima. Lisa no es la única que se siente así, Jennie ha tratado también, pero los nervios la engañan y termina solo pidiéndole que se quede a su lado, al menos por un ratico. Joy ha tratado de ayudarlas, pero las dos aún siguen asustadas, temen de que, como las anteriores, no funcione y que está vez empeore lo que difícilmente han podido arreglar. Tanto como Jennie y Lisa, ninguna quiere perder lo poco que han construido en los últimos días, no quieren volver a estar triste o estar peleadas.

- ¿Primera vez aquí? – dice el hombre mirándolas por el retrovisor.

- Si – contesta Jennie.

- ¿Son pareja o algo así?.

Lisa deja de mirar la ventana y mira a Jennie con los ojos abiertos. Las mejillas de Jennie se pintan de rojo y tose cuando se atora con su propia saliva.

- Porque si vienen de luna de miel, les sugiero California, es bonito. O Miami – dice el señor sonriente.

- No, no somos pareja. Hemos venido aquí por trabajo – el señor abre los ojos.

- Perdón, no quería incomodarlas – ríe avergonzado.

- Tranquilo, no se preocupe – Jennie sonríe.

- Pensé que lo eran, pido perdón – asienten – bueno, hemos llegado – estaciona el auto.

Lisa se dispone a salir mientras Jennie paga el viaje. Espera a que el hombre abra el maletero. Presiona sus labios cuando recuerda lo que dijo el señora y se sonroja. Mira el maletero cuando se abre.

- Muchas gracias – el señor asiente con una sonrisa.

- Suerte – Jennie sonríe.

- Gracias.

El hombre se sube al auto y se va. Jennie va ayudarle, pero Lisa no lo permite. La mira y niega con la cabeza.

- Lisa.

- Ya te dije que yo me encargo. No te preocupes – las coge.

Jennie suspira y la sigue.

Se adentran al hotel lujoso. Jennie se dirige a la recepción mientras Lisa la espera apoyándose en la columna. Mira sorprendida el lugar sin aún creer que está lejos de su hogar. El lugar era precioso, ni quiere imaginarse cuánto costará quedarse unos días, todo lo que la rodea es demasiado lujoso y caro. Se separa de la columna y guarda sus manos en los bolsillos mientras observa los folletos. Coge uno y empieza a leer.

- Hola – voltea a mirar donde proviene aquella voz.

A su lado estaba una chica de cabello castaño, media igual que su jefa, solo que era un poco más alta, pero solo un poco. La chica miraba a Lisa con una sonrisa. Podría jurar que la ha llegado ver en algún lugar.

𝕻𝖑𝖆𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖂𝖎𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖊 - 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora