29.

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Baja las escaleras con pereza. Mira la hora y suspira, se dirige a la cocina mientras arregla su vestimenta.

- Wow, ¿Por qué tan arreglada? – Lisa se sienta en el taburete.

- Tengo una entrevista de trabajo – empieza a comer.

Rosé termina de fritar sus huevos. De sirve un poco de jugo de naranja, y se dirige donde su sobrina hacerle compañía. Se acomoda y suspira.

- ¿Sigues triste? – la mira.

Lisa alza los hombros.

- Nunca me presentaste quién era la chica – Lisa deja de masticar.

- No era algo seguro así que no quería acelerar las cosas – asiente.

- ¿Y no has vuelto hablar con ella?. Ha pasado dos semanas dónde lo único que haces es buscar trabajo y encerrarte a deprimirte en la habitación – Lisa suspira.

- No, y no creo que ella quiera hablar conmigo – dice triste – fue muy clara el último día que nos vimos.

- Puede ser, pero como las mujeres a veces somos tan complicadas. Puede que ella no quería que de verdad te fueras sino que te quedarás – Lisa la mira – tal vez ella quería que fueras detrás de ella, que la hicieras sentir que estabas diciendo la verdad, que nunca pasó nada entre Mina y tú – Lisa baja la mirada y niega con la cabeza.

- No podía hacer nada, de cierto modo ella sabe que si sucedió algo entre Mina y yo, y yo no podía hacer nada para borrarlo – suspira – ya no importa, ya ha pasado mucho desde la última vez que hablamos, ya es tema muerto – se levanta.

- Claro, porque prefiere huir que seguir luchando – Lisa se detiene – Lisa, nunca ha sido fácil, nadie nos dijo que tan difícil lo es, pero rendirse no es la mejor opción, es el camino más fácil, y la vida consiste en joderte para lograrlo, si huyes, no eres digna de vivirla – Lisa presiona sus labios.

- Dije que si empezaba a vivir aquí no me iba a enamorar y menos sufrir por amor – la mira – así será – le asegura – ya pasé por esto una vez, no volveré a pasarlo. Sí, fue lindo lo que sentí, y te juro que nunca lo había sentido. Pero habían muchas cosas en el camino y que por más que luchemos, ella no iba a mover esas piedras en el medio – suspira y manda la cabeza hacia atrás – no quiero hablar más del tema tía. Desde hoy, ha muerto todo esto para mí.

Rosé niega con la cabeza. Quisiera ayudar a su sobrina, pero se ha encerrado tanto que ha sido difícil y más porque no sabe muy bien como acercase a esa mujer que tiene deprimida a su sobrina. Suspira profundamente y sigue comiendo.

- ¡Ah!, ¡Lisa! – se levanta rápidamente.

- ¿Si? – la mira.

- Por si algo, si hoy no te sale nada, tal vez te tenga ya trabajo mañana – le asegura.

- ¿En qué? – dice con la ceja levantada.

- Es un trabajo que vi ayer, es buena paga y no es tan pesado, por si te interesa podría llevarte mañana al lugar – Lisa asiente.

- Me interesa – coge su maleta.

- Entonces mañana a las ocho, no lo olvides – asiente.

- Será mañana a las ocho – frunce el ceño - ¿Por qué me lo dices así?, ¿no vas a estar está noche? – niega.

- Voy a salir un rato con Jennie – Lisa hace un gesto, pero lo disimula – y después con Joy.

- Vale, entonces a las ocho – abre la puerta – bye.

- Adiós – cierra la puerta.





La oficina estaba en completo silencio. Jennie miraba la brillante pantalla de su computadora mientras leía varios papeles. Desde aquel día, algo en Jennie había cambiado. Ahora sonríe menos o se la pertenece en silencio perdida en sus pensamientos, en otras está de mal humor, y otras simplemente no quiere estar con nadie. No solo ha sido por el profundo dolor que siente por la chica, sino porque su mamá últimamente ha estado presente y la ha presionado, tanto que sus trabajadores y amigas han sentido el violento cambio. Las clases la han estado consumiendo, tanto que siente que aquella Jennie amable y amorosa se está escondiendo en algún lado adentro de ella, siendo reemplazada por algo más frío.

𝕻𝖑𝖆𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖂𝖎𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖊 - 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Where stories live. Discover now