31.

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Escribía en la computadora concentrada, leía los documentos asegurándose de todo antes de ser interrumpida. Suspira y toma el teléfono sin quitar la mirada de la pantalla.

- ¿Bueno?.

- Señoría Kim, tiene alguien en la línea.

- ¿Quién?.

- Su mamá – mira el teléfono.

- Pásamela.

- Si señora – suspira. Coge el teléfono y se lo lleva al oído.

- Ruby.

- Hola mamá, ¿Cómo estas?.

- Bien, bien. Dios, la voz de tu secretaria me molesta – voltea los ojos.

- ¿Qué sucede mamá?, ¿Por qué me llamas tan temprano?.

- Quería decirte que acabo de contratar tu guardaespaldas – Jennie suspira profundamente.

- ¿Quién es?.

- Pues necesito que vengas para que veas quién es – asiente.

- Lo siento mamá, pero por ahora no puedo. Tengo varias reuniones con algunos accionistas y tengo una cena con el señor Kang y su esposa.

- Pues aplázalo, porque desde mañana ya empezarás a tener compañía así que necesito que lo conozcas para que sepas quién es y sus capacidades – Jennie resopla.

- Bien, iré luego de las cuatro.

- Vale, así quedamos. Adiós.

- Adiós mamá – cuelga la llamada.

Jennie gruñe y manda la cabeza hacia atrás. Maldice y se tapa la cara.

- ¿Buenas? – se acomoda y la mira.

- Pensé que no estabas – su amiga se sienta al frente de ella.

- Llegué hace unos minutos, iba a pasar pero tú madre llamo así que preferí quedarme afuera – asiente - ¿Qué pasa?, ¿todo bien? – Jennie suspira.

- No, nada bien – admite – mamá ha encontrado por fin un guardaespaldas para mí – Joy la mira con la boca abierta – Dios, que pereza – pasa sus manos en la cara.

- ¿Tan rápido?, si que lo consiguió rápido.

- No quiero Joy, no quiero tener detrás de mí todo el tiempo a alguien que ni conozco – suspira.

- Lamento eso Jennie – dice suavemente - ¿Cuándo lo conocerás?.

- No lo sé, solo espero que no me traiga problemas – Joy sonríe.

- Que tal sea el amor de tu vida – Jennie la mira.

- Eso jamás Joy. Sabes perfectamente quién ha ocupado ese puesto – dice suavemente mirando la pulsera.

- ¿No la has buscado?, Jennie, ustedes deberían hablarlo.

- No lo creo Joy, y menos ahora que tengo guardaespaldas. El tiempo se me ha acabado – dice suavemente – pero bueno, ya no importa, ella y yo lo hemos acabado – guarda la pulsera – mejor, empecemos a trabajar – asiente.

Joy saca su cuaderno y su lapicero.

- Necesito mover algunas reuniones una hora antes de lo previsto – asiente – y cancelar la cena con los señores Kang.

- Vale – dice anotando – los contratos de Seattle están hechos. Te los daré luego – asiente.

- Puede ser después del trabajo, me los llevaré conmigo para leerlos – asiente.

𝕻𝖑𝖆𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖂𝖎𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖊 - 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt