𝕻𝖑𝖆𝖞𝖎𝖓𝖌 𝖂𝖎𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖊 - 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆

32.

 En la noche:

Lisa entra a su casa con la mente en otro lado. Se apoya en la puerta sin aún creer lo que ha sucedido. Si corazón salta como loco, justo como aquel momento que vio a Jennie cuando entro en esa habitación. Presiona sus labios y presiona los labios. De verdad, no puede creerlo, o tal vez sí, y más cuando escucha la voz de su tía.

- Sobrina, ¿Cómo te fue?. ¿Qué haces ahí?, ¿acaso el diablo te estaba siguiendo? – ríe por la expresión de Lisa.

- Lo sabías – se aleja de la puerta – lo sabías todo este tiempo – dice quitándose la corbata.

- Alto chica, no tenemos que ponernos violentas – dice divertida – primero que nada, ¿de qué me hablas?. Primero día y ya te vas vuelto loca – Lisa bota la corbata al sofá.

- Sabías que el trabajo es para Jennie, sabías que era con ella – Rosé frunce el ceño.

- Espera, ¿Qué? – dice sorprendida - ¿el trabajo es para Jennie? – Lisa asiente.

- ¿No lo sabías? – dice ahora siendo ella la que tiene el ceño fruncido.

- No. Te recuerdo la que encontró el trabajo fue Joy, no yo. Ni siquiera me dijo eso, me dijo que un señor necesita guardias para su empresa.

- Y es así, sino que tenía otra tarea asignada. Al parecer me escogieron a mí y ahora soy la guardaespaldas de tu mejor amiga – se sienta en el sofá.

Rosé se sienta a su lado. La mira con los labios fruncidos.

- ¿Y hay problema con que sea ella? – Lisa la mira – te escucho más quejándote que comentándolo – presiona sus labios.

- Claro que no. Es solo que jodidamente extraño. No sabía si actuar como si la conociera o no.

- ¿Dime qué actuaste cómo si nada? – dice mirando preocupada.

- No. ¿Por qué? – Rosé suspira.

- Si su madre se entera que eres mi sobrina, nos mataría. Su madre siempre ha pensado que soy mala influencia para Jennie, que por mi culpa ella se volverá lesbiana. Si supiera que Jennie es más hetera que mi hermana – Lisa presiona sus labios – esa señora me odia. Si lo supiera pensaría que te mandé para que su perfecta hija se enamoré de ti, y tengan sexo por todas partes – Lisa asiente suavemente.

- No dije nada. Actúe como si no la conociera.

Aunque no sabe si lo hizo bien, pues cuando la vio recordó todo sus momentos. En cómo se besaban, en cómo aquellos días se la pasaron juntas. Durmiendo, riendo, haciendo el amor. Todo eso, tuvo que hacer como si no hubiera pasado. Aunque, cuando entro a esa habitación, lo único que deseaba era correr y besar esos adictos labios. Hacerla suya en el sofá de cuero que estaba en aquella puta habitación, y nunca dejarla ir, para así siempre estar juntas. Al menos por un buen rato.

- Me gusta que siempre pienses con mucha claridad y vayas dos pasos más adelante que los demás. Eres inteligente Lalisa, te mereces un beso en el culo – Lisa ríe.

- No exageres – la empuja.

- ¿Cuándo inicias?.

- Mañana. Me han dado un auto para mañana irla a recoger a su casa y llevarla a su empresa – Rosé abre los ojos.

- Pero mírate ahora, hasta de chófer te contrataron. ¿Acaso no te contrataría para cocinarle?, no te sorprendas cuando en vez de un chaleco de vida, tengas puesto un mandil – Lisa voltea los ojos.

- Exagerada – ríe.

- Ven, yo quiero ir a ver tu carrito último modelo. Porque apuesto que es un Porsche, cómo le encanta Jennie, no dudaría en pensarlo – Lisa ríe.