Me abrace a el llorando, esperando a mi hermano y a mi mama, pero solo vino el llorando.

Ahi me entere de que ella se habia sacrificado para que los infectados no doblaran esta reja y nos atraparan. Deshecha en cuerpo y alma, salimos de ese lugar.

Poco despues igual perdimos tragicamente a mi cuñado y continuamos solo mi hermano y yo.

-Deberiamos de parar por comida -me dijo el mientras nos deteniamosen un arroyo y bebiamos algo de agua.

-Podemos seguir cazando.

-Estas en los huesos. Eso ya no nos servira, hay tiendas cerca.

-Y los infectados tambien estan cerca.

-No lo pondre a discusion, Vanessa, iremos a buscar comida -sentencio y comenzo a caminar dandome la espalda.

-Seras necio -replique, pero lo segui, habiamos comprobado de la peor manera que era un error permanecer lejos el uno del otro.

Caminamos poco mas de dos kilometros hasta llegar a un pueblo relativamente vacio, estabamos cerca de Atlanta, si cometiamos un error con este lugar, atraeriamos la atencion de los infectados sobre nosotros y con ello todos los de la ciudad.

-Esa se ve bien... Parece que la atrancaron -dijo mientras nos deteniamos en un supermercado pequeño.

-Es demasiado grande, mejor veamos las casas...

-No, ahi es seguro que obtendremos comida.

-Javier...

-Vamos -dijo y avanzo.

Abrio la puerta del supermercado y entro, el lugar estaba en su mayoria a oscuras, alguien se habia encargado de cubrir las ventanas con periodicos, bolsas y cortinas, parecia que le habia servido de refugio.

-Intentemos por ahi -susurro y me señalo un pasillo que tenia derribados anaqueles.

-No creo que sea buena idea...

-Vanessa, hazme caso -insistio y avanzo.

Mis sentidos estaba alerta, no queria sufrir un accidente, mucho menos ahora que solo eramos mi hermano y yo.

Suspirando lo segui con mi arco listo para atacar, el se recargo en un anaquel, comprobando si podria sostener su peso, cuando vio que asi era, dejo su espada encima y subio, sin pensarselo mucho se dejo caer del otro lado con un golpe en seco.

-Guarda silencio -lo regañe.

-Descuida...

Y con ese gemido que interrumpio su voz, supe que mi hermano habia cometido el error de no revisar donde se habia parado.

-¡Cuidado! -le grite empujandolo, pero fue tarde, escuche su grito de dolor apenas puse mis manos en su pecho.

-¡Maldicion, me mordio la pierna! -se quejo tomando su espada y clavandosela en la cabeza al infectado.

Sobra decir que nuestro gritos llamaron la atencion de todos los infectados de la zona, por eso, en contra de su voluntad, sujete a mi hermano de la ropa y lo saque de alli.

Para mi fortuna haba un bicicleta a media calle, asi que la levante e ingeniandomelas, comence a pedalear mientras me alejaba lo mas que podia de aquel lugar.

Termine deteniendome en un barrio que en algun momento debio de ser de gente adinerada, entre en la primera casa que vi cerrada, sin manchas de sangre en el portico, apenas y la revise por encima, lleve a mi hermano a la sala y revise su herida.

Era profunda y no paraba de sangrar, el no paraba de decir que lo dejara y me fuera, pero lo desobedeci y me di a la tarea de curarlo.

Pase toda la tarde tratando de hacer un milagro, pero apenas cayo la noche, la fiebre se volvio mi peor enemigo en esos momentos. Mi hermano me pedia perdon entre lagrimas hasta que el cansancio lo vencio.

El Arquero del Fin del MundoWhere stories live. Discover now