Capítulo 94

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Personajes Utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—Esta es la última... —Reynare habló sacudiendo sus manos después de cubrir el cuerpo de Kuroka con una manta y las demás chicas yacían en el resto de la habitación de la misma forma, completamente inconscientes y entregadas a un inesperado descanso. —Fue buena idea comprar esto en Grigori antes de regresar a casa. —susurró y de su bolsillo sacó un pequeño recipiente con un extraño líquido, quien sabe qué era, pero ese contenido era aquel que provocaba una sonrisa victoriosa en su rostro.

La puerta se deslizó poco tiempo después y Gokú se adentró en la sala y la mujer corrió para recibirle.

—Por fin llegaste Go-kun. —Dibujando una sonrisa ella le abrazó, tal era la emoción que tenía que no notó muy bien la confusión que gokú traía consigo, seguramente aún absorto por los acontecimientos que vivió al estar acompañado con la demonio leviatán momentos atrás, pero poco le duró el sentimiento ante el escenario que le recibió.

—¿Qué pasó con el resto? —con Intriga preguntó y miró los alrededores sin dar con el paradero de las demás mujeres que se suponía le estaban esperando.

—Ya están descansando, así que no hagas mucho ruido. —explicó la caída y gokú rascó su cabeza sin entender muy bien la situación, pero al adentrarse pudo ver a las distintas damas descansar en los futones, no comprendía cómo pudieron dormir en tan poco tiempo, según entendía no tardó mucho tiempo con Serafall.

—debió haber sido un día bastante pesado. —al final concluyó y levantó sus hombros, una reacción que causó un seño victorioso en la única mujer que aún permanecía de pie.

—Si-si, eso creo... —Dijo la caída y se acercó bastante cariñosa y tomando el brazo de su amado se apegó bastante. —Ya que ha sido un día pesado para mí también, podría distraerme si paseamos por Kyoto —Sugirió. —Aún es muy temprano para irnos a dormir. — continuó, su tono se escuchó coqueto y suplicante que logró provocar algo de nerviosismo en el joven Son.

—En realidad, creo que también quiero salir a caminar un poco. —Gokú concordó, aún había mucho que procesar, aún mantenía la textura de los labios de Serafall presente en su piel, su corazón aún continuaba exaltado y seguramente no podría dormir tranquilo, la imagen de esa bella mujer no se iría.


Sobre la suave hierba una manta fue extendida, la luna brillaba intensa en lo alto del cielo y el paisaje nocturno de la ciudad podía verse más adelante, era un claro en el cual ahora reposaban, la brisa nocturna golpeaba la arboleda cercana y su canto alimentaba esta tranquilidad que les embargaba.

Habían caminado por los senderos que conectaban los distintos templos, adentrándose en un bosque cercano donde la calma fue más reconfortante y e aquí el sitio que escogieron, tan sereno que incluso Reynare creyó que podría disfrutarlo por el resto de la noche sin quejarse, solo si gokú estaba con ella y eso era algo de lo que gozaba.

—Hoy te ves muy linda. —él le resaltó, ya se lo había mencionado anteriormente, pero no de forma personal, fue por ello que su comentario alegró a la mujer y conmovida se recostó en el hombro de su fuerte chico.

—Me alegra, yo quería esto porque últimamente no hemos tenido tiempo solos. —Ella comentó en voz baja.

—Lo lamento Rey-chan, es mi culpa. —él se disculpó. —Prometo que lo arreglaré. 

—No, no estoy enojada, es solo que a veces extraño pasar tiempo contigo. —ella musitó y se recostó sobre su pecho. —creo que desde que soy tu novia, esta es la primera vez que puedo tenerte para mí sola.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora