Mal de Amores.

Capítulo 67.

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—¿Su batalla con los Dioses malvados fue complicada? —Una voz preguntó emocionada y los niños se acercaban en multitud a un Gokú anonadado que observaba a todos lugares sin saber qué hacer o responder. —¿Volverá a pelear otra vez? —Indagaban entre otras cosas que ayudaron a no hacer más que dejarle en nerviosismo puro.

—Yo-yo... — balbuceaba sin saber qué contestar, nunca ha sido el centro de atención y menos de esta manera.

—¿Me da su autógrafo? —Uno preguntó bastante emocionado y extendió una hoja de papel, todos de repente quisieron hacer lo mismo y le abrumaron aún más. —Puede tomarse una foto conmigo? —Continuaron suplicando un recuerdo del guerrero que derramó la sangre de Loki sobre las tierras demoníacas.

—Vamos chicos, están incomodando a Son-chan, aún está muy cansado. —Intentó calmar la leviathan, pero poco podía hacer cuando las ansias y la emoción persistían en los infantes cuando un héroe se mostraba frente a sus ojos, de alguna forma incluso era cautivante que los demonios reconocieran su esfuerzo y ella quien le vio devastado después de la batalla compartía parte de ese sentimiento, pero pronto sabría que tal vez esa admiración iba un poco más allá de lo que pensaba.

—Leviatan-sama, ¿podría pedirle a su novio que me de un autógrafo? —Repentinamente esa petición llegó a ella mientras alguien jalaba de la ropa y tal declaración quemó las mejillas de la hermana de sona, tal vez las cosas se estaban malinterpretando y Gokú quien le percibió también se quedó petrificado.

—¿Mi-mi novio? —repitió esa declaración nerviosa mientras sentía como el calor se apoderaba de su rostro, lo mismo podría decirse del chico que incrédulo se quedó mudo y se miraron mutuamente como si buscaran la reacción del otro, pero solo encontraron sus avergonzadas retinas que brillaban inesperadamente y de pronto todo se tornó confuso.

—¡Leviatán-sama y su novio trabajaron juntos, el novio de Leviatán-sama es muy poderoso! —exclamaban en un bullicio que no hizo más que aumentar más y más, extendiendo papeles buscando un autógrafo y proclamando cosas que no eran ciertas, los demonios de los alrededores murmuraban entre sí, posiblemente también intrigados por la noticia.

Y claro que aunque parecían una pareja no podrían serlo de ninguna forma, si bien ambos estuvieron involucrados no compartían esa relación, además él ya tenía un vínculo amoroso con miembros de Grigori y sería imposible que él se fijase en ella, es más, no sabía por qué simplemente estaba pensando en esas cosas, Gokú no le miraría nunca de esa forma y ahora posiblemente esté molesto.

—¡Ella no es mi...! —Intentó aclarar Gokú, pero los niños abrumaron su espacio y no le permitieron terminar, extendían las hojas buscando su nombre, al final lo que dijesen no pareció importar y tampoco hubo tiempo de cuestionarlo.

El caos concluyó horas más tarde y ambos salieron del lugar. Aún incómodos por los anteriores comentarios caminaban silenciosamente, a ojos de Gokú serafall sería la más afectada por las confusiones, había tratado de ser amable con él y ahora se encontraba envuelta en esos rumores que seguramente afectarían su imagen, después de todo ya es bien sabido que el hecho de no ser un demonio es un desagravio, lo vivió cuando todos señalaban a Rias y como le intentan humillar cada que pueden, tal vez por ello lo de hoy se tornó extraño, pero al final solo los niños fueron quienes le admiraron, eso debía ser un indicio. Pero serafall no pensaba de esa misma forma, no podía evitar ver al chico que camina a su lado, aún mantenía en su corazón la emoción de verle rodeado de personas que agradecían su ayuda y el chico que miró entonces fue muy distinto al joven que enfrentó al legado satán y a los dioses nórdicos, concordaba con ese mismo pensamiento que los más cercanos daban con él, ni aún cuando su nombre era conocido por derrotar al dragón emperador blanco se mostró prepotente o arrogante como muchos harían, tal vez de ahí que cualquiera se siente seguro a su lado.