Mal de Amores.

Capítulo 54.

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

La mañana llegó y los luceros castaños de Issei observaron la luz adentrarse por el cristal de la ventana y suspiró con pesadez, realmente todo lo vivido era tan irreal que obviamente tenía que haber sido un sueño, ¿él con un extraño poder? ¡tonterías!.

Sin embargo escuchó una voz tararear cerca de él, inmediatamente sus ojos se abrieron  y frente suyo, una hermosa chica deslizaba su dedo en la pantalla de su teléfono.

Por supuesto que inmediatamente se levantó por la sorpresa, no solo eso, el sitio en el que se encontraba no era su casa, ni algún lugar que conociese, pronto fue señalado por los aburridos ojos de Reynare observaron al castaño despertar de su siesta.

—Cariño, tu amigo el pervertido ya ha despertado! —anunció y perdiendo el interés volvió a prestar atención a su teléfono y por supuesto que fuese llamado pervertido sin siquiera saber quién era ella le desconcertó y de cierta manera le golpeó fuertemente.

—Vaya, así que estás bien Issei-kun —Una voz más habló y pudo observarse una rubia cabellera, era Asia que llegó a la sala trayendo consigo una taza de té.

—¿A-asia san? —preguntó aún más confuso. —¿Qué-qué es esto, dónde estoy? —preguntaba completamente perdido.

—Te desmayaste y Asia te ayudó —una voz más se escuchó inmediatamente buscó a la dueña y se encontró con Xenovia, eran el par de princesas de su clase, tal parecía que salía de un sueño para entrar a otro, sin embargo regresó a la realidad cuando Gokú entró vistiendo un delantal y afilando un cuchillo.

—¿De-desmayarme? —rascando su cabeza Issei murmuró, no recordaba nada concretamente, sin embargo los recuerdos llegaron a su mente de forma precipitada. —Un momento, ¡¿entonces nada de eso fue un sueño? ¡¿Realmente me torturaste de esa manera?! —interrogó levantándose y tomando de la ropa al Rubio que no parecía preocuparse.

—Así es, gracias a eso lograste despertar ese poder que tanto problema trae —Contestó Gokú causando impresión a Issei quien recordó esa parte e inmediatamente miró con asombro su mano.

—¡¿entonces eso también era real?! —continuó preguntando sin poder creer lo que había ocurrido. —¡Genial! — vociferó y saltó de la emoción, pero fue a parar al suelo cuando una almohada chocó fuertemente contra él.

—Qué escándalo, vete a gritar a otro sitio —exclamó Reynare, parecía no le agradaba mucho issei, después de todo por culpa de él se metió en muchos problemas, aunque si lo pensaba mejor, fue causa suya que conociese a Gokú.

—Lo-lo siento... — balbuceó sobando su espalda y luego observó los alrededores. —Entonces estoy en tu departamento?, se vé muy diferente —señaló desconociendo el sitio.

—No estás en el apartamento, nos hemos mudado y ahora vivimos aquí —aclaró Gokú.

—Supongo que ya conoces a Asia y Xenovia —Concluyó Gokú viendo innecesario presentarles y el par de chicas saludaron inclinándose levemente, Issei también correspondió, no había hablado mucho con ellas. —Ella es Raynare, Rey-chan, Issei —exclamó, pero la dama poco o nada prestó atención, tan solo se limitó a asentir mientras continuaba en el teléfono.

—Vaya, acaso no vas a presentarme a mi también? —repentinamente una dama más apareció, aquella era Kalawarner, inmediatamente los ojos del Castaño se abrieron al ver el gran escote que se pronunciaba en el pecho de la caída, ella estaba en otro sofá recostada, solo que un poco ajena a la situación.