Mal de Amores.

Capítulo 20

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

Así todas las miradas se posaron e el tenue brillo celeste que poco a poco se apagaba en las alturas. No era un misterio que el dragón emperador blanco habría despertado ya y que su lucha eterna se libraría nuevamente, muchos debían temer a su poder y se tomaron un momento para detallarle, todos a excepción de él.

—Es el blanco... —Logró articular kokabiel con dificultad.

Entonces, desde las alturas la luz se deformó cuando aquella blanca armadura descendió a una casi imperceptible velocidad, posteriormente pudieron ver la explosión que el impacto generó en suelo, potente que levantó muchos escombros y una espesa estela de polvo que ocultó su figura.

—Qué velocidad — kiba habló ante el movimiento ejecutado. —No pude ser capaz de verlo —continuó diciendo, pero su preocupación se centraba en gokú, o mejor dicho su curiosidad, porque podría saber si la fuerza de aquel joven podría continuar con esta nueva calamidad.

—¿Otra vez tú? — de en medio de la cortina de polvo la voz se escuchó fría y cero emocionada, poco a poco la espesa nube se desvaneció y dejó ver lo que aguardaba en su interior y por supuesto que gokú seguía con vida después de ese ataque, pero no porque hubiese sobrevivido, si no porque lo había evitado.

Así era como se mostraba, El cráter que vali había creado solo le contenía a él, porque ni siquiera habría podido acercarse a goku que le evadió y que ahora se encontraba a un metro de distancia, aún con kokabiel en una de sus manos.

—No es sorpresa que pudieras evadirme —comentó el portador del dragón emperador blanco. —Pero que continúes ignorándome me trae cierto fastidio —prosiguió y aún con ello no pudo arrebatar alguna pizca de atención de gokú.

—Pa-parece que ya se conocen! —tsubaki informó a sona que también había llegado a esa conclusión, la intriga que rodeaba a gokú no hacía más que incrementarse más y más.

—Será mejor que te largues si no quieres terminar como la última vez —declaró el saiyajin.

—Vaya confianza con la que hablas —contestó Vali.

—Vine a resolver un problema y lo tienes entre tus manos —contestó él refiriéndose a kokabiel. —azazel me envió a traerlo porque supuso que esto terminaría así, no solo a él, a todos los cómplices de las imprudencias de kokabiel —continuó con su seria voz, entonces Gokú simplemente suspiró dejando escapar la frustración que parecía mantener aún y luego de ello arrojó el casi inconsciente cuerpo de kokabiel a los pies de Vali.

—Como quieras —fríamente respondió y sacudiendo su báculo apartó toda la sangre restante antes de guardarlo otra vez, con su mirada fija en los demás se dispuso a irse, sin embargo el brazo de vali se extendió impidiéndole el paso.

—¿Vas a ignorar el encuentro que tenemos pendiente? —La pregunta vino con prepotencia desde el interior de la armadura.

—Quita tu brazo antes de que vuelvas a perderlo por segunda vez —respondió gokú. —No estoy de humor par soportarte —contestó, para nada intimidado con el poder que vali podría desprender, entonces toda la atención se le fue dirigida a ellos dos, Gokú, quien incluso el portador del dragón emperador blanco se habría interesado por su fuerza.

—Deberás pelear conmigo quieras o no, no lo olvides Son Gokú —aclaró Vali apartando su extremidad, anunciando que tal vez hoy no sea el día, pero la batalla decisiva se daría en algún punto, Sin juegos y sin contenerse, entonces decidirían quien era el más fuerte.

—Piensa muy bien en las consecuencias — fue lo último que Gokú advirtió.

—No te preocupes Mittelt, Después de que Azazel hable contigo podrás venir con nosotras —Le dijo Kalawarner y la chica retrocedió.