Capitulo 68.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—¿Oye bikou, no podrías investigar un poco más? —preguntó Kuroka y repentinamente sin aviso previo rodeó al Son lentamente con sus brazos y se apegó a él juguetonamente.

—¡O-oye! —nervioso por el gesto de la mujer intentó separarse, pero ella no se lo permitió y la voz de Bikou también le interrumpió.

—¿Ah? ¿y por qué debería de hacerlo? —preguntó fastidiado. —Ya tuve suficiente con acompañarte y hablar con este tipo. —Afirmó poco convencido y el rostro de la Neko se mostró aburrido y molesto.

—Pues deberías hacerlo, recuerda que yo te salvé de este tipo, así que deberías pagarme el favor ¿No lo crees? —preguntó mientras abrazaba a quien se suponía era su enemigo de forma cariñosa, no le importaba mostrarse así frente al descendiente del rey mono, algo le dijo que los ojos de Kuroka se habrían fijado hace tiempo en este hombre que porta tan ridículo poder.

Bikou chasqueó su lengua y desvió la mirada, poco le agradaba estar actuando a espaldas de Vali y ayudando a Kuroka, sin embargo debía admitir que el asunto sobre Gokú le intrigaba también, ¿qué era exactamente y por qué tantas coincidencias?.

—¡No-no te me pegues tanto...! —Exclamó Gokú nervioso, sin saber qué era exactamente lo que kuroka buscaba y entonces Bikou volvió a hablar.

—Buscaré más información, aunque no prometo nada y tampoco quiero entrometerme mucho en este asunto. —Aclaró y señaló a Gokú con su báculo. —Él está en la mira de la brigada del caos, puedes estarte metiendo en un problema bastante grande Kuroka. —Afirmó y gokú se mostró curioso ante esa revelación, posiblemente él no sea el único que se estaba arriesgando con todo esto.

Un sello se formó a espaldas del apodado Son Goku, y en  su figura él desapareció, el silencio del bosque regresó entonces imbuido por una extraña sensación de angustia y nerviosismo.

—Creo que por fin estamos solos. —Kuroka susurró y rompió el vacío incómodo que se formó, lentamente apartó el contacto y se separó del varón. —¿Puedo llamarte Son-kun? —ella indagó después cuando caminó hacia el frente, sin embargo nunca apartó la mirada de Gokú.

 Bajo la luz de la luna su cabello moreno, sus hombros descubiertos y su rostro dejarían anonadado a cualquiera, pues describir cuán hermosa era podría simplemente quedarse corto para esta mediocre escritura, le costaba comprender que ahora estaban solos y más aún, no supo como ni cuando se encontró siendo cautivado por esa bella mirada y esa sonrisa violeta que le señalaban también.

—¿Eso es todo? —Dijo Gokú. —Y si resulta que no tengo parentesco con el rey mono, ¿qué hay de la otra opción? —Prosiguió, no podría conformarse simplemente con un solo camino, no tenía tiempo ni muchas oportunidades.

—Bueno, decir si eres un Youkai me resulta difícil, es como lo dijo Bikou; a pesar de que nuestros poderes son similares somos diferentes en muchas cosas. —Ella habló sentándose en una roca cercana en medio del claro donde la luna derramaba su plateada luz. —Pero algo me dice que hay algo más ¿no? —continuó preguntando y fue entonces que la mirada perdida de Gokú se desvió de ella.

—Aún así, si pertenecemos a la misma raza tengo un problema aún mayor. —Confesó con un poco de dificultad.

—¿Y cual es ese problema Son-kun? —intrigada por la expresión del rubio indagó meciendo su par de colas y recargándose sobre su brazo bastantante atenta. Aquí era cuando Gokú debía decidir dar el siguiente paso, buscar la oportunidad que tanto ha buscado aún cuando ello signifique expresar su más grande debilidad.

Mal de Amores.Where stories live. Discover now