Capítulo 58.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

Koneko y kiba caminaban tranquilos, podían recorrer tranquilamente los pasillos, sin embargo observaron una multitud bastante grande más adelante.

—Parece que aquí también hay otro conflicto Koneko —exclamó el demonio y ella asintió, no parecían sorprenderse porque este tipo de peleas se dan muy comúnmente entre demonios jóvenes, sin embargo, de entre aquellas personas distinguieron esa cabellera rubia que se levanta desafiante ante la gravedad y fue entonces que comprendieron la gravedad del asunto.

—Maldición, es Gokú —exclamó Kiba completamente preocupado. —No veo a la presidente por aquí —dijo después mirando a todo sitio.

—iré a buscarla, tú quédate aquí koneko —dijo kiba y dando media vuelta corrió en busca de la mujer, sin embargo, aunque koneko intentase hacer algo al respecto ya era tarde, aquel demonio arremetió con un fuerte ataque que colisionó de lleno con Gokú. No se preocupó por el novio de akeno, se angustió cuando la sangre se precipitó sobre ellos, porque aquel brazo que el demonio utilizó para atacar fue arrancado sin compasión alguna, no pudo hacer más que abrir sus ojos ante semejante escenario perturbador.

Todos quedaron atónitos ante lo que frente a sus ojos se desató, el demonio conocido como Zephyrdor retrocedió y tardó varios momentos en comprender la situación, y no reaccionó hasta que el insoportable ardor se presentó sobre su carne desgarrada y fue entones que gritó.

—Maldito! —clamó, sin comprender aún lo que había sucedido, pero desde este instante todos sabrían que todos los conflictos de ver quién era superior no aplicaban para el humano que habían humillado, no, no era de esa forma , definitivamente no lo era y si habrían visto la batalla que libró Raiser se compadecerían de él, porque este dolor era el qué ese demonio resistió una y otra vez, sabrían que esas manos habrían derramado más sangre de lo que ellos seguramente harían por lo que les queda de vida.

Dos demonios más se abalanzaron, tal vez decididos a concluir con esto, no confiados como seguramente algunos lo habían echo, pero de nada les serviría, antes de que pudieran siquiera saber el destino de sus ataques él ya había reventado sus pechos de un fuerte golpe y a uno más le sostuvo antes de que fuese a estrellarse contra la pared y sumió su cabeza sobre el lujoso piso, después de eso, quien sea que pensaba en atacarle lo consideró, porque aquellos demonios que seguían las estupideces de Zephyrdor no se levantaron una segunda vez.

—¿A dónde se han ido sus arrogantes palabras? —preguntó, con su rostro salpicado de sangre señalo al demonio que más se había empeñado en humillarle a él, Ravel y Rias. 

—¡Humano bastardo! —exclamó mientras dio un paso hacia atrás, sosteniendo la herida de su brazo.

—¿Retrocedes ahora? ¿A dónde ha ido ese orgullo con el cual te burlabas? —preguntó fríamente. —¿Qué se siente ser sometido por un simple humano? Dime, ¿Qué se siente ensuciar legado de tu familia de la misma manera que lo hizo Raiser? —continuó preguntando, en un parpadear se acercó y arremetió fuertemente contra su abdomen obligándole al instante a caer de rodillas.

—Los demonios a los que enfrenté eran más fuertes que tú, me das lástima! —exclamó y levantando al demonio de su azul cabello le obligó a ver directamente sus ojos.

—¡su-suéltame o te arrepentirás! —apenas pudiendo articular su frase amenazó. —¡No tienes idea de con quien te estás metiendo! —continuó y con su mano restante intentó continuar, pero tal extremidad fue doblada y rota de tal forma que su codo se flexionó hacia el lado contrario de su articulación y soltó un crujido horrible, con él un grito más de sufrimiento se dio a conocer su horrible dolor.

Mal de Amores.Where stories live. Discover now