Capítulo 76.

910 149 31
                                    

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los crédito son para sus respectivos creadores.

Irina se encontró tranquila aguardando en uno de los cómodos muebles de la sala mientras las demás le miraban con intriga e incomodidad, pues esa es la sensación que un ángel produce en los demonios y ángeles caídos.

—Yo te recuerdo, eras la amiga de Xenovia. —Aburridamente la caída menor habló recordando aquella época en donde incluso compartieron el mismo techo.

—Eres Irina, recuerdo que también estuviste en las cumbres de paz acompañando a Michael-sama. —Resaltó la Gremory. —Tu manejo con la espada sagrada es bastante bueno. —añado después y esa declaración llamó algo de la atención de Reynare.

—¿También ayudaste a Go-kun en sus batallas?. —Indagó la caída.

—Bueno, podría decirse que sí, al menos lo fue antes de que él decidiera luchar solo contra los Dioses nórdicos. —contestó recordando el caos vivido en el inframundo, pero su respuesta causó más dudas en la chica de cabellera Azabache.

 —no me digas que también vienes a quedarte con Gokú. —Levantando una ceja Reynare preguntó señalando a la exorcista, sin embargo su comentario despertó la intriga de las diablesas y exaltó a Irina.

—¿Qué quieres decir con "también"? —preguntó Akeno repleta de dudas. —¿Alguien ya hizo eso? —indagó señalando intimidantemente a la caída.

—So-solo lo dije porque es amiga de Xenovia, uno nunca sabe las intenciones de los demás. —Explicó nerviosa, habían acordado con Asia y Kalawarner no hablar del asunto ocurrido con Rossweisse y por poco arruina todo.

—Mientes, sucedió algo en grigori ¿no es así? —Cuestionó Rias ante el descuido de la pelinegra, sin embargo, en ese momento Gokú entró al recinto y llevó a la mesita una taza de café que ofreció a Irina.

—Bueno, no sé de que hablen,  Gokú-san me dijo que podría venir cuando quisiera... —explicó dibujando una sonrisa y no dejaba de ver al susodicho e inmediatamente fue fulminado por las miradas del trío de mujeres.

—Ara, parece que alguien tiene intenciones de expandirse y convertirse en el rey del harem sin preguntarnos antes. —con un tono frío Akeno se dirigió al Son que inmediatamente entró en pánico.

—No-no es así, lo dije por si quería hablar con Xenovia! —explicó antes de que fuese asesinado en ese mismo instante. —Irina-san cuidó de ella, pero tenía que marcharse y no pudo permanecer más tiempo en el inframundo. —excusó, pero no pareció sonar muy convincente.

—Si, he venido por eso... —aclaró la exorcista con un tono melancólico y logró detener el castigo que se avecinaba. —He venido a hablar con Xenovia,.

Todos prestaron atención por la forma en que se expresó Irina, sobre todo la tristeza que de ella desbordaba. —Muchas cosas pasaron y la juzgué mal por sus decisiones, ahora sé que no hice bien y quiero arreglar las cosas.—Explicó la castaña. 

—Me enfadé con ella sin una razón clara, La desprecié de la forma en que me indicaron en la iglesia, sin embargo ahora entiendo que está rodeada de personas amables que darían la vida por ella. —habló y giró a ver a gokú con ojos brillantes insinuando que él era esa persona, no tenía alguna duda respecto a eso. — Además, he entendido que los demonios y caídos no son malos del todo, por eso también quiero disculparme con ustedes y con Asia-san.

—Bueno, supongo que está bien entonces. —Dijo Rias entendiendo mejor la situación.

—Xenovia ha salido, puedes esperarla si quieres. —informó Gokú, sin embargo en tanto terminó un sello mágico apareció y las figura de las tres chicas aparecieron, ese fue un momento de angustia cuando el ángel y demonio se encontraron.

Mal de Amores.Where stories live. Discover now