Capítulo 18.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

—Sí que eres molesto —exclamó gokú mientras irina permanecía anonadada por semejante fuerza que el joven poseía y una velocidad que a ella le costó bastante seguir con la mirada.

—¡Maldito! —exclamó Freed mientras se recomponía y gokú poca expresión mostraba ante el exorcista, incluso la batalla no parecía interesarle, porque al final solo había algo que le importaba y aquel no era otro que kokabiel cuyos cinco pares de alas dejaron escapar una leve lluvia de plumas negras, y en ese horrible rostro una marcada risa se encontraba mirando fijamente al saiyajin sin siquiera parpadear porque había llegado al campo de batalla teniendo como trofeo a Xenovia entre sus garras.

—Así que al fin das la cara — dijo gokú secamente y en un tono frío, como respuesta el líder de los caídos soltó una fuerte risa.

—Veo que tienes apego a los miembros de la iglesia, superaste mis expectativas Son Gokú — respondió kokabiel.

—¿A qué te refieres con eso? — preguntó el joven. —Era tu plan que fuera en contra de azazel y los demonios? —cuestionó señalando intimidantemente con su mirada esmeralda.

—En realidad pensaba que después de que desatarías tu verdadera naturaleza vendrías a mí, pero verte con estos animales me decepciona —respondió el caído con esas expresiones de burla.

—Ten cuidado con tus palabras —Exclamó el rubio y sacó el báculo que mantenía en su contenedor. —Azazel no terminó bien parado, ¿Qué te hace pensar que tú terminarás mejor? —le preguntó gokú, pero sus palabras no parecían ser una amenaza en realidad.

—¿Crees que debería temer por eso? — le confrontó y luego simplemente apretó el cuello de la peliazul. —En realidad, tengo muchos factores que me ponen por encima de tí, me pregunto si la vida de esta dama te importa —continuó y su larga y puntiaguda lengua rozó la blanca piel de Xenovia. —también tengo una información muy delicada que puede llegar a algunos líderes de kyoto, y eso no es un problema para mí —continuó diciendo y mostrando su sonrisa burlona, aprovechándose del joven que apretó sus dientes ante esas declaraciones. —esa fuerza, habilidad y poder tuyos ¿no te sirven ahora verdad? en ese aspecto soy muy diferente a azazel, así que deberías comenzar por notar esa diferencia — dijo y apretó su agarre, tanto que Xenovia soltó un quejido.

—Amo, debería dejar que yo me encargue de este idiota, tengo cuentas pendientes con él —comentó Freed, pero su voz fue callada cuando la del rubio se levantó.

—Está bien, te dejaré ir por ahora —contestó Gokú ante las amenazas de kokabiel. —Pero mantén tu boca cerrada y deja ir a Xenovia-san y regresa la espada —añadió después, pero kokabiel levantó uno de sus dedos y negó con el gesto.

—La espada se queda —aclaró kokabiel y a este punto para gokú poco o nada le importaba el tema de las espadas, así que accedió y Xenovia fue lanzada desde las alturas siendo recibida gentilmente por el saiyajin que se quedó con ambas integrantes de la iglesia con él, casi sin conocerlo, sin pertenecer a ninguna organización podía lidiar con tanto y ahora ellas se convirtieron en parte de ese peso que ahora él carga, pero a pesar de ello, verles sanas era más importante que cualquier cosa. eso, de alguna manera se sentía hermoso.

Desacuerdos - Capítulo 18.

Sintió algo traer una reconfortante calidez a su cuerpo, la suavidad se presentaba en su piel y la comodidad era tal que querría continuar durmiendo, sin embargo recordó pronto que no debería estar descansando e inmediatamente se despertó angustiada, asustada y agitada por la anterior pelea, sin embargo no hubo rastro de kokabiel u algún otro enemigo, solo se encontró en aquel acogedor apartamento en el cual ya había estado, pues era el hogar de gokú.

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