Capítulo 49.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—Bien Albión, creo que logramos provocarle —Pensó en sus adentros el lucifer bastante emocionado, sus alas demoníacas desaparecieron de su espalda y las extremidades que pertenecían a su sacred gear resplandecieron corroborando sus ansias por pelear.

—Ten cuidado  su fuerza aún es desconocida, además la última vez respondió demasiado bien a los ataques sorpresa, es veloz — comentó una voz que dentro de él respondía a sus comentarios, era el alma de su sacred gear y su nombre ya había sido mencionado.

—No parece muy entusiasmado —Pensó Vali al ver la postura encorvada de ese chico —Sus ojos están perdidos y su cuerpo simula estar cansado, ¿Qué es lo que planea? —continuó preguntando .

—Si tiene una sacred gear que respalde su poder, seguramente ahora se estaría alimentando de todo el odio que siente hacia ti, pero no siento ninguna pizca de energía desatarse, este tipo es extraño vali —continuó alertando el dragón, posteriormente, las alas celestes comenzaron a emanar un increíble poder.

Si, ahora la batalla que se había estado esperando entre estos dos estaba a punto de desatarse, algunos ojos aguardaban ansiosos poder ver el primer movimiento y la angustia no hacía más que aumentar con cada segundo que se extendía en esa espera que parecía volverse eterna.

—Gokú, ten cuidado por favor... —susurró Rias, no evitaba preocuparse, su amado estaba a punto de ir en contra de uno de los dragones que se dice tienen el poder para derrotar dioses, con la misma postura con la cual confrontó a Raiser y obviamente esta no era una situación que fuese igual, el nivel de peligro era considerablemente mayor, sin embargo, en medio de sus temores sintió una mano tocar su hombro, era Xenovia quien acudió a la preocupación de su ama.

—Gokú-san estará bien —susurró la chica de cabellera azul, Rias tocó su pecho y luego suspiró intentando apartar su angustia, si bien no podrían detener esto, lo menos que podían hacer era apoyarlo, definitivamente Gokú tenía que ganar.


El cielo se estremeció cuando de la velocidad de Vali no quedó más que un exorbitante destello que rompió el aire, apenas pudiendo ser visto por aquellos que aguardaban en el suelo, fue el lucifer quien había lanzado el primer golpe, uno tan poderoso que para muchos significaría la muerte, sin embargo, su ataque no alcanzó ni a rozar la mejilla de su enemigo, pues este le esquivó apenas moviendo su cabeza, posteriormente los músculos de Gokú se tensaron y tal cual una lanza, su brazo se dirigió al pecho del portador de Albión.

Una potente onda de choque estremeció los alrededores, junto con ella y desde el interior de la blanca armadura se soltó un quejido de dolor, fue cuando la sangre y algunos trozos plateados se precipitaban desde las alturas, pues el golpe de gokú había acertado completamente en el pecho de Vali, atravesando la fuerte y blanca barrera cuyos rotos bordes se tiñeron de un tono rojizo.

El dragón retrocedió por semejante golpe que fue más fuerte de lo que esperaron, la sangre se coló por el casco que ocultaba el rostro del lucifer y la mano de gokú se bañó con aquel líquido que brillaba extrañamente terrorífico.

—Mi-mierda, juré haberle golpeado... —con asombro Vali masculló en sus adentros.

—Fue muy rápido, pero más que eso; Utilizó nuestra fuerza y velocidad para su beneficio —alertó el dragón. —es casi como si nosotros nos hubiésemos chocado con él. —concluyó el alma de la sacred gear, por su parte Gokú no parecía preocupado, se mantenía con esa calma e inexpresión absoluta.

—Albión, repara la armadura —habló Vali jadeando y después de un destello el daño provocado pareció desaparecer, estaba más que claro que ese golpe advertía a lo que Vali se enfrentaba, no era un poder al que ya hubiese contrarrestado  antes.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora