Mal de Amores.

Capítulo 30.

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

Los ojos del chico resplandecieron como estrellas moribundas en algún punto del lejano espacio, el báculo se sujetó con firmeza y las llamas de Raiser envolvieron su cuerpo.

Sí, el objetivo de Raiser pronto se llevaría a cabo y mataría a aquel que arrebató su honor tomando a la mujer que estaba destinado a desposar, convirtiéndole en la burla del resto de familias, con su orgullo por los suelos y con semejante odio en su interior, aquí es cuando destrozaría al responsable y haría saber el precio de intentar jugar con él, pero lamentablemente no podría ser de esta forma, al menos no este día.

—¡Alto! —la fuerte voz de Grayfia volvió a resonar, esta vez más fuerte después de descubrir la verdad, ambos se detuvieron cuando ella se interpuso impidiéndoles continuar, por consecuencia la señalaron con sus intimidantes miradas.

Claro que ella estaba aquí para vigilar a Raiser en su propósito de recuperar el orgullo de las dos familias, sin embargo nunca se esperó que aquel que tomó a Rias fuese un ser que cuenta con el apoyo de Grigori y cuya fuerza debe ser considerada, de alguna manera darle más importancia sería lo correcto.

—Deberías apartarte, no quiero tener problemas con Lucifer-sama —amenazó Raiser a la dama de cabellera plata.

—Arreglar estos asuntos aquí sería problemático, por lo visto tanto para Grigori como para el inframundo sería indigno resolver este problema de forma tan poco noble —explicó, Raiser levantó una ceja y supo a lo que se refería, por ello mismo sonrió, pues Grayfia tenía toda la razón.

—Hasta que alguien dice algo con sentido en este lugar —habló Raiser, por su parte gokú no comprendió a lo que sea que se referían, pero pronto se enteraría y sabría a lo que se había expuesto.

—Este ajuste de cuentas se dará en presencia de las familias involucradas, pues el asunto tiene la intención de mantener el honor de ambas partes —continuó diciendo la bella mujer demonio, entonces todos mostraron impresión en sus miradas, pero gokú no, de ninguna manera podría esperar.

—Claro que no, lo mataré aquí y ahora! —habló y reanudó su paso. —No permitiré que este tipo haya insultado a mi familia, le arrancaré la lengua! —continuó hablando, dejando clara las razones por las que no podría detenerse y alertó a todos.

inmediatamente la realeza de Raiser se preparó para apoyar a su amo, todos en contra del humano que parecía no haría caso a las reglas que se habían impuesto.

—A-alto! —habló Rias y se posicionó frente al chico intentando calmarle. —Si lo enfrentas ahora no será igual, debes escuchar a Grayfia-san! —inmediatamente sujetó las manos del chico intentando hacerle entrar en razón, no cabía duda alguna que detrás de esa faceta tímida y nerviosa había un ser que solo se impulsa por la ira.

—Te esperaré en tres días, hasta entonces disfruta del poco tiempo de vida que te queda —mantuvo su orgullo y prepotencia hasta el último momento en que se marchó junto con su realeza, tres días, tres malditos días debería esperar para matar a ese despreciable demonio, lo esperaría y guardaría su ira para entonces.

—Los arreglos para el enfrentamiento empezarán desde hoy, le estaré informando la hora exacta para que se presenten —informó Grayfia y luego de ello desapareció también en un sello mágico, dejando un profundo silencio en aquel que era el club del ocultismo

La respiración de Gokú era un poco acelerada a pesar de su expresión carente, solo en sus ojos podía verse el enojo que toda esta situación le habría traído de manera inesperada.