Renacimiento agrícola en el mundo apocalíptico

Capítulo 74: El fin del mundo no es fácil

El sonido del acelerador de un coche resonó con fuerza en la oscura noche, y en algún momento había aparecido un gran agujero en una de las paredes de la escuela, y un jeep de gran potencia, aparcado previamente en algún lugar, se dirigía frenéticamente hacia el agujero abierto. Algunas de las habitaciones del edificio se iluminaron con fuego, y los que estaban durmiendo dulcemente se despertaron por el sonido y se apresuraron a la ventana, sólo para ver conmocionados cómo el arrogante jeep salía de su pequeña base...

Wei Xuan se asomó a la ventana y observó con cierta sorpresa cómo la escuela, que había estado tranquila durante el día, estallaba en llamas, y el automóvil que había salido frenéticamente de la escuela, se alejaba contra la marea de zombis.

Las carreteras de la ciudad eran difíciles de transitar, sobre todo a esa hora, cuando había una gran concentración de zombis frente a la escuela. Congestionaban las carreteras, uniéndose al suelo abombado, a las piedras caídas, a los cubos de basura volcados y a los postes telefónicos y semáforos, creando dificultades a cualquier persona viva que intentara pasar.

Pero el coche que salía de la escuela parecía haber sido fuertemente modificado, Wei Xuan no podía ver el aspecto exacto del coche desde este ángulo, pero aún así podía distinguir que el coche había sido equipado al menos con un montón de gruesas placas de metal, tubos de metal, etc. en el exterior de su carrocería. Probablemente era el coche en el que se habían confiado algunas de estas personas para llegar y ocupar esta escuela al principio del fin de los tiempos, ¿no?

Mirando el coche, y luego girando la cabeza para mirar la ya caótica escuela, se escucharon gritos de gente, estallidos de habilidades y el sonido retumbante de la construcción del muro de tierra. Wei Xuan no pudo evitar sacudir la cabeza con suavidad y suspirar ante una escena tan caótica: esta era la principal razón por la que no quería ir a la base humana, ni entrar en contacto con ningún superviviente o equipo de usuarios después de su renacimiento.

No fue capaz de determinar cuántos supervivientes había realmente en esa pequeña base de enfrente hoy, pero a juzgar por el número de personas que vio, y la frecuencia con la que esas personas pasaban por los pasillos, estimó que había como mucho unos cincuenta. Que una base tan pequeña y tan poco numerosa tenga una división interna... demuestra lo mal que está la situación dentro.

Sus ojos se dirigieron a la dirección del fuego nuevamente, no hay necesidad de adivinar, ¡Wei Xuan pudo adivinar con el dedo gordo del pie que el fuego debe ser un almacén donde se almacenaban alimentos y otros suministros! ¡La persona que se fue en el coche debió utilizar la gasolina que no pudo llevarse para prenderle fuego antes de irse!

¿Cuánta venganza se necesita para hacer algo tan terrible?

El sol de la mañana se abrió paso entre la oscuridad del cielo y los que sobrevivieron miraron la "tierra de cultivo" junto al edificio de la escuela que tanto habían trabajado para remover y recuperar de la pista de plástico. La tierra que albergaba su última esperanza estaba completamente invadida por los zombis que habían entrado a montones, y en la parte trasera del edificio de la escuela... seguía saliendo un ligero humo hasta ahora.

—¡Ese maldito perro desgraciado! ¡Bastardo hijo de puta! ¡¡No dejes que lo vuelva a ver, o le romperé la cabeza con mis propias manos!! —El usuario de tierra que ayer había estado tan orgulloso como si fuese el rey de toda la base, ahora estaba tan enfurecido que casi se le rompen los dientes.

Los que habían sobrevivido estaban ahora reunidos en las azoteas, con sus rostros cenicientos. El repentino ataque de la noche anterior casi les había costado todo, y ahora sólo quedaba una docena de las treinta personas que habían estado en la base. Lo que les hizo sentirse un poco más desesperados fue que habían perdido un usuario de rayo, un usuario de agua y dos usuarios de poder, sin mencionar al resto de la gente común...